Comenzó con el manejo básico de cada una y luego amplió la experiencia que ya tenían en el combate cuerpo a cuerpo. Tras la explicación vino la práctica, que supervisó de manera simultánea para los tres. Uno se dedicó a la esgrima; otro, a una mezcla de artes marciales; y la tercera a practicar su habilidad de tiro con dianas móviles.
Un par de horas de entrenamiento más tarde, corrigiendo sus posturas e interviniendo para pelear contra ellos cuando fuera necesario, llegó el descanso. Después de almorzar continuaron con la segunda parte de la clase, enfocada en la magia.
Les enseñó lo más importante, la canalización de su energía vital en energía mágica, con ello podrían hacer todo lo demás.
Una vez se acostumbraron al manejo, se atrevieron con los hechizos más útiles: el de refuerzo, tanto del propio cuerpo como de objetos; los que permitían transformar la energía, necesarios para las municiones de los dos magos; los que permitían cambiar de forma a sus armas mágicas; y el de invocación de cosas inanimadas.
Les dejó una hora para que asimilaran los nuevos conocimientos y añadió unas breves nociones de manipulación de la realidad.
Con todo esto en apenas seis horas les había introducido a la parte práctica más básica para ser buenos cazadores.
Aún quedaba algo de tiempo hasta la hora de la comida, así que lo utilizó para hacerles un control de lo que habían visto de teoría hasta el momento.
Respondieron bastante bien y como recompensa les dio un consejo.
—Sé que los volúmenes de teoría son muy pesados... —Le dieron la razón con un asentimiento de cansancio—. Por eso aprovecharemos que sois un equipo equilibrado. El manual básico tenéis que aprendéroslo de cabo a rabo sin excepción, pero podéis repartiros la carga de los tomos auxiliares. Como las habilidades de Luang le obligarán a ser un experto en animales mitológicos, debería centrarse en el bestiario y en la magia de invocación. —Fijó su mirada en Kath y John—. Mientras, vosotros podéis enfocaros en los otros libros. Al fin y al cabo, en un equipo cada uno se especializa en una cosa.
Tras la comida continuaron con lo teórico y luego regresaron a la práctica. Sin embargo, en su segunda bajada al sótano algo cambió.
Nina invocó tres maniquíes, de madera y articulados, que aparecieron en el centro de la sala. Dos eran humanoides, de cuerpo robusto y con la altura de Nina; con ellos entrenarían los dos chicos. El tercero era una pelota con alas, con ella practicaría Katherine.
Los policías los contemplaron con cierto escepticismo. ¿En serio iban a ayudarles a mejorar? Nina les dedicó una mirada de reojo y sonrió con misterio antes de chasquear los dedos. Al instante las marionetas cobraron vida y se orientaron hacia ella esperando órdenes.
—Veamos si podéis con ellos.
Su sonrisa ganó picardía y los policías supieron que los muñecos no eran lo que parecían. Se acercaron cada uno a su maniquí con pasos temerosos, esperando cualquier cosa.
—Me daré por contenta si a John y Luang no os dan una paliza, y Kath es capaz de rozar su objetivo con una de sus flechas. —Se recostó en la pared con los brazos cruzados, al lado de la puerta, y chasqueó los dedos de nuevo—. Bien, empezad.
Las marionetas se pusieron en marcha con un asentimiento. Los humanoides se lanzaron hacia sus contrincantes mientras que el insecto echó a volar a una velocidad endiablada.
Primer problema al que se enfrentó el trío, no eran lo suficientemente rápidos invocando sus armas, que habían dejado arriba a petición de su instructora. Entendieron por qué era tan importante estar siempre armados hasta dominar el hechizo de invocación. Asumido eso, Nina detuvo a los muñecos e hizo aparecer sus armas. Reanudaron la pelea al instante.

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El Legado Salazar I - Nina
FantasyOcho años atrás, Nina Salazar dio su libertad a cambio de ayudar a un desconocido, y así emprendió su camino como cazadora mitológica. No ha sido ni será fácil. Bajo la tutela del Maestro más severo de todo el Gremio su vida se convirtió en un inf...