Afuera, el invierno la recibió con una brisa gélida pero la joven no se inmutó. Aún no hacía el frío suficiente para sentirlo.
Alzó la vista al cielo. Parecía mentira el giro que había dado su vida. Y todo tras haber conocido a John, Katherine y Luang. Se le hacía muy extraño. Apenas un mes atrás había estado dispuesta a tirar la toalla. Había abandonado toda esperanza. Y ahora...
Inspiró hondo y llenó sus pulmones con la frescura de la mañana.
Había vuelto a sonreír, había recuperado sus ganas de vivir. Les debía mucho a los tres. Mucho más de lo que podían imaginarse.
Mientras esquivaba trabajadores con prisas y padres que llevaban a sus hijos al colegio, pequeños copos blancos comenzaron a caer. Como cada vez que veía nieve, evocó el olor a chocolate y a madera quemándose. Se llenó de nostalgia y suspiró. Aquellos días quedaban muy lejos y sin embargo... Por primera vez en mucho tiempo sentía que podría recuperarlos.
Sintió un pequeño retortijón al pensar en su familia. En sus momentos más oscuros había decidido mantener las distancias en un intento de evitarles sufrimiento. ¿Cuándo había sido la última vez que había llamado? ¿Y visitado? No fue capaz de recordarlo. Demasiado tiempo. Pero ahora las cosas habían cambiado. Se prometió a sí misma que se lo compensaría. Ya les había causado demasiadas preocupaciones, era momento de darles una alegría.
Continuó perdida en la lenta danza de la nieve. No cuajaría, pero se estaban acercando a la época blanca. Sonrió con emoción. Tenía muchas ganas de ver todo cubierto de blanco. Cuando llegaran las grandes nevadas tendría que llevar a los novatos en un paseo por el bosque. Podría mostrarles muchas cosas, maravillas que había descubierto.
Muy pocos en el Gremio dedicaban su tiempo a ampliar los límites de lo que se conocía sobre el mundo mágico. Y era una pena. Había tantos lugares inexplorados, tantas criaturas esperando a ser descubiertas...
Su rostro se relajó en una expresión soñadora. Recordó las largas conversaciones que había tenido con Mitcher sobre sus viajes y descubrimientos.
—Para controlar a las criaturas mágicas primero hay que conocerlas. Antes de enfrentarte a algo desconocido, ¿qué haces? Lo buscas en un bestiario, ¿no es así? Bien, ¿y quién crees que llena los bestiarios con información? Personas como yo. Hay tanto que nos queda por conocer... Y tanto que redescubrir, que reaprender...
Era algo fascinante, en eso había coincidido con él. Por breves momentos había llegado a imaginarse a sí misma como una exploradora. Había encontrado algo que la apasionaba.
Por desgracia, no podría dedicarse a ello nunca, no se lo permitirían. Kaufman la había entrenado para pelear y el Consejo sólo la veía como un arma a su disposición. Aunque se convirtiera en Maestra, jamás admitirían que se especializara en algo tan vano como el estudio de criaturas mitológicas. Lo había mantenido como un hobby secreto, algo de lo que disfrutar a solas...
Hasta ahora. Por fin tenía la oportunidad de compartirlo con alguien además de Mitcher. Pensar en ello hizo que la sensación cálida en su corazón se extendiera por todo su cuerpo. Aquel sentimiento... Estaba feliz.
Mientras continuaba su camino estiró el brazo y dejó que algunos copos se derritieran en la palma de su mano. Apenas se percató de que el agua estaba helada.
El progreso de John, Kath y Luang en tan poco tiempo; el cambio de ambiente en el instituto... Parecía que las cosas comenzarían a ir bien.
El desarrollo de su esencia, su premonición, su incierto futuro... Ninguna de sus preocupaciones podría arrebatarle aquella sensación.
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El Legado Salazar I - Nina
FantasyOcho años atrás, Nina Salazar dio su libertad a cambio de ayudar a un desconocido, y así emprendió su camino como cazadora mitológica. No ha sido ni será fácil. Bajo la tutela del Maestro más severo de todo el Gremio su vida se convirtió en un inf...