Capítulo 17 - Parte 3

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Rose se interpuso entre ambos y sujetó a Greg por las muñecas, consiguiendo que se detuviera en seco.

—¡Suficiente!

Le soltó con brusquedad y le empujó hacia atrás.

La clase se sumió en un silencio sepulcral.

La severidad en la mirada de Rose no dejó lugar para réplicas. Alzó la cabeza en una pose llena de autoridad. Se llevó una mano a la cadera y extendió su dedo índice hacia su compañero, dispuesta a reprenderle.

—Debería darte vergüenza, Greg, me decepcionas mucho. No me puedo creer que le hayas dicho todo eso a Nina, y que encima le hayas pegado. ¿Sabes con certeza lo que ha vivido? ¿Puedes afirmar sin ninguna duda que todo lo que has dicho es verdad? ―Esperó un momento por una contestación. Se cruzó de brazos y continuó—: Antes de actuar como lo has hecho, deberías. Para empezar, ¿cómo puedes decir que ha comprado sus notas? ¿En serio piensas que el director Hill permitiría algo como eso? ¿Tan poca confianza tienes en él?

Greg no pudo sostenerle la mirada y se centró en el suelo. Negó con reparo. Ella se mantuvo impasible, no podía sentir pena por él ahora. Debía mantenerse firme.

—Y sobre los cazadores... No sé qué miembros del Gremio te habrás encontrado, pero yo conozco a varios; y te puedo asegurar que su vida es de todo menos fácil. Ellos son los que nos protegen de criaturas como aquel gólem; y se encargan de ello cada día.

Sin darse la vuelta, señaló a Nina con un ademán de su mano. Se dirigió a toda la clase.

—Tan sólo pensadlo. ¿De verdad creéis que todas las veces que Nina ha faltado a clase era porque simplemente no le apetecía venir? —Sacudió la cabeza en una contundente negación y comenzó a gesticular con las manos—. Estaba allí fuera, manteniéndonos a todos seguros, permitiéndonos dar nuestras clases felizmente y sin preocupaciones.

Se detuvo un momento y cogió aire. Observó a todos los alumnos que tenía delante pero ninguno mantuvo el contacto visual.

―Y lo peor es que lo sabéis. Lo sabéis y aún así todos la habéis mirado con miedo... ¡Con rencor! ¡Con desconfianza! ―Resopló―. ¡No me extraña que haya decidido mantenerse alejada de todos! ¿Alguno se ha molestado en hablar con ella?

Alzó una ceja a modo de reto. Nadie se atrevió a responder. Greg bajó aún más la cabeza, hundió los hombros y se sujetó un brazo con frustración e incomodidad.

Rose continuó con una actitud implacable, pero su voz se tiñó de emoción, incapaz de contener lo que sentía. 

—Debería daros vergüenza, a todos. ¿Quién aquí haría lo que ella hizo la semana pasada? Que levante la mano el que se hubiera enfrentado al gólem para proteger la escuela. Sin dudarlo ni un segundo y sin salir corriendo en cuanto las cosas se torcieran.

Nadie se movió. Ella asintió y se cruzó de brazos. Esperó unos segundos para que la realidad calara en todos, para que la culpabilidad se asentara.

―Lo suponía... Yo, después de lo que he visto, no le tengo miedo.

Dio una vuelta sobre sí misma y se centró en Nina, con una expresión cargada de sentimiento. Sonrió con sinceridad y mantuvo la cabeza alta.  

―Yo confío en ella.

Esperó la respuesta de la cazadora con paciencia, aunque los nervios comenzaron a devorarle por dentro. Era consciente de que se había dejado llevar por el fervor del momento. Esperaba no haberse pasado de la raya y que sus esfuerzos no tuvieran el esfuerzo contrario al que buscaba.

El Legado Salazar I - NinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora