Capítulo 14 - Parte 1

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Durante la cena se enfrascaron en una conversación sobre los hechizos menores, como los de refuerzo o los sellos.

—Es verdad que para activarlos tienes que invertir poco, pero si los mantienes en el tiempo al final el gasto superará al de hechizos grandes. —Ante la explicación de Nina, Kath le dedicó a John una mirada de superioridad. Un claro «te lo dije»—. Os puedo poner como ejemplo mi capacidad de regeneración. Es un gasto sostenido que a la larga me exige más que cualquier día de trabajo. El que sea gradual me permite reponer la energía, pero si lo juntara con otros hechizos podría agotarme en el peor momento.

Katherine asintió mientras se sujetaba la barbilla con el índice y el pulgar. Su mirada se perdió en las coralinas llamas. Por el brillo de seriedad y concentración que tenían sus ojos, Nina supo que le estaba dando vueltas a algo importante.

—Nina... ¿Qué ocurre cuando alguien se queda sin energía? ¿Puede seguir haciendo hechizos? 

Tras poner sus pensamientos en voz alta clavó su mirada en la adolescente. Entrelazó las manos y se inclinó hacia delante.

—Sí y no. Gastar toda tu energía no anula tus habilidades, pero sin ella lo único que quedaría disponible es la energía vital, y entonces...

—Mueres.

Nina vio que la ansiedad se acentuaba en la mirada de Katherine y se apresuró a continuar.

—En última instancia, sí. Usar la fuerza vital implica consumirse a uno mismo y eso te destroza. Pero no tienes que preocuparte, Kath. —Le dedicó una sonrisa tranquilizadora a su alumna—. Sobrepasar los límites de esa forma es muy difícil. Primero habría que romper las barreras naturales del cuerpo, y eso no es algo que ocurra sin querer.

Consiguió calmar las inquietudes de Katherine, quien le devolvió la sonrisa y asintió.

Terminaron de cenar y entonces John decidió cambiar de tema. Sacó a la luz una pregunta que le había rondado por la cabeza más de una vez.

—Oye Nina, llevo ya un tiempo preguntándome... ¿Cuáles son las habilidades de Kaufman? Quiero decir... Nos dijiste que tiene libertad de acción en el Gremio y suficientes conexiones con el Consejo como para hacerte una prueba en el instituto. Tiene que tener algo, ¿no?

La chica se centró en el baile del fuego con una expresión distante.

—Sus habilidades de curación son de las más codiciadas. De hecho, se dice que podría engañar a la muerte. Conmigo ha hecho maravillas algunas veces. —Le recorrió un escalofrío y cerró los ojos, pero las imágenes no se fueron. Todos los momentos en los que creyó que no vería un nuevo día—. Con cualquier otro me habrían quedado secuelas. Con él, nada. El Consejo lo tiene en muy alta estima porque, al fin y al cabo, tener buenos luchadores está bien, pero alguien que les permita actuar sin descanso está mucho mejor.

Ellos bajaron la cabeza mientras asimilaban la información. Kath abrió la boca para añadir algo, pero cambió de idea y sacudió la cabeza.

Los cuatro se perdieron en el fuego.

En ese momento, Nina se acordó de la chica misteriosa que la había ayudado con los unicornios. Ella tenía unas habilidades tan o más poderosas que Kaufman. No recordaba bien su cara, pero sí la vaga sensación de familiaridad que le había producido. ¿Estaría en el Gremio? ¿La habría visto antes? Tal vez en un torneo. El Gremio era enorme y había miembros de todo el mundo, pero podrían haber coincidido... Sacudió la cabeza. No merecía la pena pensar en ello, era muy poco probable que volvieran a encontrarse. 

Suspiró y se sorprendió a sí misma bostezando. Estaba cansada. Arrugó el entrecejo. No le preocupaba el cansancio físico, sino el mágico. Contempló su brazo derecho, sujetado aún por el pañuelo. Por primera vez desde que se lo había roto, intentó moverlo. Sintió el consecuente latigazo de dolor, pero su dedo índice se movió un poco.

El Legado Salazar I - NinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora