KIN
Se suponía que éste debió de ser uno de los fines de semana más fabuloso en mi vida, en cambio no podía recordar nada y recién despertaba en un lugar que no podía reconocer.
Me levanté lentamente de la cama, tenía un ligero dolor de cabeza y estaba mareada; de poco en poco fui intentado acostumbrar mi mirada a la luz del día, me miré de pies a cabeza y ¡Oh sorpresa! Estaba semidesnuda.
-Creí que nunca despertarías.
Escuché una voz frente a mi y pose mi vista en el punto donde la había notado; se me hacía ligeramente conocida.
Sentado sobre un escritorio y envuelto en una insignificante toalla, me encontré con un muchacho casi de mi edad. Él me miraba seriamente mientras peinaba su cabello todavía húmedo hacia tras.
Frunci el ceño como intentando comprender todo y reconocer al desconocido que me miraba con coquetería y que definitivamente no era mi novio. ¡Por los dioses de las resacas! Era muy guapo y ese cuerpo..., estaba confundida pero no tan mal para no darme cuenta de lo guapo que era.
-El café está casi listo.
Intenté decirle algo pero me di cuenta que ni si quiera tenía recuerdos de la noche anterior y aunque la situación era severamente incómoda y comprometedora la verdad es que no sabía lo que debía de hacer o decir.
-Tú y yo...
Las palabras quedaron suspendidas en el aire y el chico alejó su atención de lo que hacía para poder observarme con una sonrisa burlona.
-¿No lo recuerdas? -indagó él y se acercó sin un ápice de timidez, se sento a mi lado y me tomó de la barbilla con mucha delicadeza, no titubeó al acercar nuestros rostros y besarme en la boca.
-¿Ya puedes recordarlo Kin?
Mi cuerpo se quedó de piedra ¿Que diablos estaba pasando? No hice otra cosa más que pensar en mi novio mientras aquel desconocido me besaba y aunque no puse resistencia era obvio que no lo había disfrutado.
Lo último que me llegaba a la mente era que había ido a la casa de mi compañero de equipo para entregarle la mitad de nuestro ensayo. El chico era un inadaptado cuatro ojos que seguramente mejoraria mi parte con tal de sacar un sobresaliente y no arruinar su calificación.
Intenté hacer memoria pero todo se me había borrado de la mente por completo y eso me tenía muy asustada hasta que volví a fijar mi vista en el rostro que tenía de cerca y abruptamente separé nuestros labios.
-¿Donovan? -y al fin pude reconocer al "cuatro ojos".
-No, soy el.... ¿Cómo me dicen tus amigos y tú? ¿El Orate, el subnormal, cuatro ojos?
Abrí la boca por la sorpresa y las palabras no me salían mientras negaba con la cabeza.
-Yo nunca te e llamado...
-Kin, pequeña mentirosa -Donovan se puso algo serio pero recuperó su semblantes burlón inmediatamente. Se levantó tranquilamente de la cama y me dio la espalda, se sacó la toalla sin una pizca de vergüenza para proceder a ponerse unos boxers.
Me sonrojé como una cereza he hice la mirada hacia otro lado.-No te pareció tan malo este trasero hace un rato.
-¿¡Que!? -grité y me tomé la cabeza como intentando recordar con más ahínco-. ¿Entonces tú y yo lo...?
Pobre de mi, tenía una cara de miedo que nadie me la podía quitar, pensé en todo lo que había olvidado ¿Nos habíamos protegido al menos? ¿Que mierda había tomado anoche para terminar con él y no con mi novio? ¿Y si me habia invitado una bebida y le había echado algo para que pasara esto? ¡Oh Zeus! mi reputación y mi dignidad estaban en peligro ¿Yo acostándome con ese cuatro ojos?
No, no, no. Imposible. Y lo que me preocupaba más..., mi novio.
-Eso es lo menos importante hermosa, lo que importa ahora es saber como vamos a decirle a tú novio que ahora eres mía.
🖤Hola. Espero que estén disfrutando de la lectura, estoy muy emocionada de escribir esta nueva novela.
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Nos vemos en el siguiente capítulo.

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DETRÁS DE ESAS GAFAS -Libro 1-
RomanceSi le preguntaras a toda la clase por Kin Novelli ellos dirían que es fuego, la chica más candente y guapa de todo el salón, con una carita de que rompe mil platos y que todo el mundo estaría dispuesto a recoger para al menos recibir una de sus sonr...