Despertó al encarar la luz del día, seguramente a Gerard le gustaba la luz, pues había abierto las cortinas de par en par.
-Gerard... -lo llamó y cuándo su mano no pudo sentirlo junto a él decidió ignorar su pereza y ponerse de pie. Tomó sus pantuflas de perritos y, una vez se las puso, salió de la habitación. Tallaba sus ojos, luchando por mantenerse erguido, era muy temprano para él. Buscó al pelirrojo en la sala de estar, en el baño y en la cocina pero no lo encontró.
Desde el umbral de la cocina pudo ver una nota junto a un vaso de leche y hot cakes.
"Lo siento, Frank, tuve que irme. Debo presentar un examen. Preparé tu desayuno, puedes quedarte tanto como quieras. Siéntete como en casa".
Al terminar de leer hizo un puchero, no quería estar solo. Miró la hora, recién eran las siete la mañana, tampoco tenía ánimos de ir a trabajar pero le había dado el día libre a Michael y la empresa no se dirigía sola.
Guardo el pedazo de papel en su pantalón de pijama y tras desayunar volvió a la habitación tirándose en la cama, no sin antes cerrar las cortinas. Con el ceño fruncido miró al techo unos segundos y tomó su móvil para enviar un mensaje.
"Frankie <3 a las 07:26...
Gracias por el desayuno, cocinas muy bien. Me gustaría quedarme y esperarte pero debo ir a trabajar. Te llamaré más tarde.
XOFRNK".
Presionó el botón de enviar y continuó mirando el techo.
Por la noche no había podido sacarse de la cabeza la idea de que quizá Gerard estaba enamorado de él pero no estaba realmente seguro, o más bien no quería estarlo. Gerard era un gran amigo y le gustaba que las cosas fueran de esa manera, así que prefería creer que sólo estaba sobre pensando las cosas, aunque por otro lado también pensaba que de ser el caso a Frank no le importaría, siempre y cuando Gerard comprendiera que él no era gay ni nada por el estilo y aceptará que sólo son buenos amigos.
Lo único que le molestaba de todo aquello era que quizá Gerard hacía cosas buenas por él porque seguramente quería tener sexo, no porque fuesen amigos. Muy en el fondo temía que cuando Gerard comprendiera que sólo pueden ser amigos se alejara y nunca volviera. No quería perderlo.
Luego de abandonar el departamento de Gerard e ir al suyo a darse una ducha, fue a trabajar.
De alguna manera, Jamia siempre se las arreglaba para poder estar ahí en el momento exacto en que Frank llegaba, lista para colgarse de su cuello y besar sus mejillas. No había pasado mucho desde que habían tenido sexo innumerables veces dentro de su oficina pero Frank se había hartado y para retirarse como un caballero le había dicho que no quería que fuese de esa manera, que quería hacer las cosas bien con ella. Jamia había estado muy feliz con esa respuesta pero en realidad el castaño sólo quería deshacerse de ella. Cabe decir que falló rotundamente pues la pelinegra se había ilusionado aún más y ahí estaba colgando de su cuello en el ascensor.
-Frank, ¿te sientes bien? -preguntó al notar su mal humor.
-Si, estoy bien. Sólo que estoy preocupado por los preparativos de aniversario eso es todo... -Mintió.
Jamia respondió besando su mejilla.
-Eres el mejor, todo saldrá bien. -lo abrazó con fuerza una última vez y bajó del ascensor rumbo a su oficina que estaba un piso abajo de la de Frank.
-Gracias... - musitó. Ella no pudo escucharlo pero el castaño lo decía enserio, Jamia siempre de sabía cómo hacerlo sentir mejor, esa era una de las razones por las que inconscientemente no la rechazaba por completo.
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No me dejes caer. |Frerard|
FanfictionFrank Iero es un empresario y escritor retirado que trás sufrir un accidente automovilístico, conoce a Gerard Way en el hospital, un jóven artista de cabellos rojos y una vida tranquila que se ofrece para cuidarlo mientras permanecía en recuperación...