—¿Te duele? —preguntó el pelirrojo mientras Frank se dedicaba a observar la sutura en su vientre.
—Solo un poco. —Con la yema de sus dedos acariciaba su herida, haciendo muecas cuando accidentalmente tocaba demasiado fuerte.
Llevaba ahí trece días ya, el inconveniente en las duchas había quedado atrás y sus lesiones estaban a punto de sanar, el único inconveniente parecía ser la sutura que atravesaba sus golondrinas tatuadas y terminaba bajo sus costillas, pues, cada vez que intentaba sentarse, su piel hacía fricción y se abría nuevamente la herida.
—Ya mejoró bastante, cada vez te haces menos daño cuando te mueves.—comentó.
—Es cierto, pero aún así duele como no te imaginas.
—Te duele más cuándo le prestas demasiada atención, deja ya de tocarla. —suavemente retiró las manos de Frank de su propio vientre y cuidando de no lastimarlo, reacomodó su bata.
Era realmente difícil para Gerard el mantenerse alejado, sentía la necesidad de estar junto a él, de acariciarlo y abrazarlo. Pero no podía hacerlo por temor a lastimarlo y a que reaccionara de mala manera, después de todo Frank parecía todo menos homosexual. Y eso rompía lentamente las esperanzas de Gerard.
—¿En qué piensas? —preguntó al verlo fuera de sí.
—Uhm... ¿Qué harás cuando salgas de aquí? —preguntó para desviarse de sus pensamientos.
Frank soltó un largo suspiro apenas escuchó la pregunta. No le gustaba su vida allá afuera. Estaba cansado de pasar sus días encerrado en su oficina revisando documentación, apenas tenía tiempo para escribir mientras estaba en la empresa. Aunque no podía quejarse de ello, su inspiración había desaparecido hace mucho, el artista que entregó al mundo ya no existía, no quedaba ni la sombra del chico soñador que escribió tan fabulosos libros. Ahora era solo un alcohólico promiscuo y solitario... Vaya vida.
—Creo que... volveré a trabajar. —dijo simplemente tratando de mostrar su mejor sonrisa. —¿Y tú Gerard? ¿Qué harás cuando te des cuenta de que no tienes que cuidar de mí? —preguntó con gracia a lo que Gerard sonrió.
—No lo sé Frank... no tengo idea.
«¿Qué haré cuando acepte al fin que no tengo oportunidad contigo? Quizá es hora de alejarme. Antes de salir herido.»
—Tú... ¿Me seguirás hablando cuando salga de aquí? —preguntó tratando de sonar casual.
—Solo si te parece bien. —Contestó.
Ambos sonrieron en confidencia.
«Estoy perdido.»
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No me dejes caer. |Frerard|
FanfictionFrank Iero es un empresario y escritor retirado que trás sufrir un accidente automovilístico, conoce a Gerard Way en el hospital, un jóven artista de cabellos rojos y una vida tranquila que se ofrece para cuidarlo mientras permanecía en recuperación...