Todo comenzó cuando me mude a San Francisco, una ciudad como cualquier otra, ¿no es así? Pues sí, pero experimenté una parte de esta que no me esperaba...
Vivo con mis padres, como cualquier adolescente. Somos una familia que se podría proclamar como famosa, es decir, mis padres son escritores. Sus fans saben que tienen una hija, pero no saben quién es, no me muestran en las redes sociales ni en público. Los fans saben mi nombre, pero no quiero ser famosa, no por ahora, o no por mis padres. Si ganara fama prefiero que sea por cuenta propia. Aunque si cualquier persona ve mi apellido y conoce a mis padres, sabrá al instante quien soy.
Cuando llegamos a la cuidad muchos comentaban al respecto:
«¡Oh! ¿Los Speers En la ciudad?» «¿Se acabó su gira?» «¡No puede ser! Los quiero conocer hace mucho» Son algunas de las cosas que decían.
Vamos al grano. Se preguntarán por qué llegamos a San Francisco.
Llegamos aquí tras terminar la gira de mis padres, escriben terror psicológico y suspenso. Sus novelas son muy buenas, ya las leí todas. Quizás las vuelva a leer después, ellos son mis escritores favoritos y no lo digo solo por el hecho de que son quienes me dieron la vida, sino porque es cierto. Amo leer, y esos libros son mi vida, lo digo en serio.
Por otra parte, estudio por internet desde los últimos tres años, es lo peor, no lo hagan. Esto porque mis padres tienen que viajar contantemente, por su trabajo, es algo que no entiendo mucho la verdad. Pero gracias a que viajemos tanto he conocido muchas partes del mundo, a las cuales deseo volver. Quizás volvamos en algún otro viaje lo hagamos. Es normal que nos quedemos en una ciudad tres meses, a veces más, y a veces menos.
Esta mañana llegamos a la ciudad, estamos arreglando la casa con nuestras pocas cosas, la casa que alquilaron es bonita y grande, con cuatro habitaciones, las cuales serán; el dormitorio de mis padres, mi dormitorio, la oficina de ellos y un cuarto de juegos.
Mientras escuchaba un pódcast y arreglaba mi habitación escuché la voz de mi mamá sobre mis audífonos.
—Liz —me llamó. Todos mis familiares y personas que me tienen cariño tienden a decirme Liz, es el apodo poco común cuando se llaman Elizabeth. Nunca me llaman como Eli o Betty, pero si mi mamá me dice Elizabeth está enojada seguramente. Me quité los audífonos y ella continuó—. Estuve pensando en que es mejor que dejes tus clases por internet y entres a algún instituto, sabes, para que tengas amigos cerca.
Al escuchar esas palabras me emocioné, realmente me emocioné.
—¡Oh Mamá! ¿Eso significa que nos quedaremos un tiempo más de lo de siempre?
—Así es, quizás no viajaremos más por este año. Estamos un tanto cansados.
—Esa es una muy buena noticia, nos estableceremos en una ciudad. En esta que es tan bonita. Y estudiaré en un instituto —Me agrada la idea de estudiar de nuevo en un colegio, ya extrañaba un aula con muchos estudiantes que de tanto verlos terminan siendo odiosos—. Aunque estamos en segundo semestre, ¿me dejarán entrar?
—Estuve comunicándome con mis contactos y me dieron el número de varios directores de la ciudad, algunos respondieron, otros no. Y uno de los que me respondió, el director Brown me concedió el permiso en dejarte entrar a su colegio; él leyó tu expediente y se enamoró.
He estudiado en los mejores colegios en línea, por lo tanto, tengo el promedio adecuado para entrar es un instituto de excelencia académica, como dice mi madre que es este.
—Gracias mamá —respondí cuando ya había terminado de hablar y le doy un beso en la mejilla —. Estoy nerviosa y entusiasmada por ya comenzar. Por cierto, ¿Cuándo me incorporo?
—No hay de que, Liz. El lunes podrías ya ingresar. Mañana te compraré el uniforme y todas las cosas que necesites para que te sientas cómoda en ese nuevo espacio.
—Claro que lo estaré, no puedo esperar que sucederá.
Antes de la hora de cenar le pedí permiso a mi mamá, para ir a dar una vuelta y así conocer al menos un poco. Ella accedió, dejándome como condición que volviera pronto, ya que la comida estaba casi lista. Fui a mi armario y me alisté con una ropa y zapatos cómodos. Luego de eso tomé mi celular y salí.
Mientras caminaba por esa ciudad comienzo a recordar por todos los países y ciudades que hemos pasado y me alegra de haber sido San Francisco la ciudad a elección para establecernos. Anhelo que nos quedemos bastante tiempo, si es posible años. No quiero que de la nada mi mamá me diga «Elizabeth, nos vamos de la ciudad el fin de semana», como ya lo ha hecho. No, no aguantaría. Ya me ilusionó con esto y yo me quiero quedar acá, tener amigos y buenas experiencias.
Estoy... tan encantada que en pocos días entraré al colegio. He estado años sin socializar de frente con chicos de mi edad, incluso ya siento los nervios y no sé si lo haré.
¡Oh! ¿y si me ven como la rara que no habla con nadie? Pero, tengo vergüenza de hablar con esta gente, no sé cómo son ahí, cuáles son sus pasatiempos ni actitudes. En cada país, ciudad y colegio son distintas las personas.
Pensándolo bien... Sí hablaré con alguien, con la primera o el primer chico que se me acerque conversaré. Sí, así será.
Veía a la gente pasar por delante de mí o yo por delante de ellos; unos riendo, otros hablando por teléfono, otros en auto y a lo lejos se escucha una fiesta.
Sin darme cuenta, el tiempo pasaba. En el momento de mirar el reloj en mi muñeca, percatándome que se me había pasado media hora decido mirar mi móvil, que por cierto estaba en silencio, y veo que tengo cinco llamadas perdidas de mis padres. Me asusté, no sé por qué, ni siquiera había hecho algo malo, sólo estaba caminando. Simplemente me distraje con el ambiente.
Empiezo a correr tan rápido como puedo para llegar a casa cuanto antes. En este transcurso veo a una chica de pie en la esquina de la acera. Al principio no pude ver más que eso... Hasta que se dio la vuelta y la terminé de ver; tenía las manos y parte del rostro ensangrentado, las observaba y luego levantó la vista, se notaba a leguas que estaba aterrada.
Y yo no hice nada.
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A Prueba
Mystery / ThrillerElizabeth es nueva en la ciudad, sus padres han terminado su gira y deciden establecerse. La matriculan en un instituto y es entonces cuando empieza lo que nunca imaginó... Anthony estudia en ese mismo instituto, pero en segundo y es líder de un ban...