La cabaña del bosque I

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(Narra Sam)

Que Ashton te diga que te va a dar una sorpresa es suficiente para que no pegue ojo, pero si encima ya te dice que habrá que madrugar entonces ya sí que no duermo. Soy una persona que vive casada con su cama. Necesito dormir más de las horas recomendadas. Puse el despertador a las 06:30 para darme tiempo a prepararme antes de que viniera Ashton a por mí. 

Sam despierta – dijo una voz en mi oído.

5 minutos más, por favor – le contesté a la voz que me susurraba mientras me giraba al lado contrario.

No tenemos 5 minutos más, levántate o prepárate.

Joder – dije levantándome de la cama.

Allí estaba sentado en el borde de la cama, con una cazadora negra, unos vaqueros pitillos negros y unas botas. Lo había combinado con un gorro de lana. Estaba monísimo.

¿Qué hora es? – le pregunté mientras medio dormida me sentaba en la cama.

Las 7 de la mañana, venga vístete que nos vamos. Ya te he preparado yo la bolsa – dijo tirándome una camiseta a la cara.

Ya voy Ashton, te odio – le dije mientras me levantaba e iba al baño a lavarme la cara.

10 minutos después ya estaba vestida. Vi a Ashton cogiendo una bolsa de mi armario e ir metiendo cosas en ella. No me hacía caso, solo me dijo que revisara que estuviera todo lo que podría necesitar. Seguía sin decirme a dónde íbamos. Bajé a la cocina a desayunar y cogí un batido de chocolate y unas magdalenas. Antes de que pudiera acabármelas, Ashton bajó las escaleras con dos bolsas grandes y me dijo que me esperaba en el coche. Decidí dejarles una nota a los chicos para que no se preocuparan.

“Chicos he salido con Ashton. No sé cuándo volveré. Os quiero, cualquier cosa llamadme”

Subí al coche y me senté en el asiento del copiloto. Ashton ya estaba sentado en el lado el conductor. Se había puesto unas gafas de sol y me miraba sonriendo.

¿Qué te pasa en la cara Irwin? – le dije con voz enfadada.

Qué bonito despertar tienes – rio

Es lo que ocurre si me levantas a las 7 de la mañana para llevarme a no se sabe dónde – le contesté.

Todo a su tiempo. Te he cogido una manta y un cojín. Puees dormirte un rato más - se giró a la parte trasera del coche y me dio una manta y una almohada pequeña.

Eres....

Adorable, lo sé – no me dejó terminar la frase – y ahora duerme un poco, nos queda un largo viaje.

Apoyé el cojín en el lado de la ventana y dejé reposar mi cabeza allí. Debí quedarme dormida enesguida, porque cuando salimos era de noche todavía y cuando desperté el sol ya estaba alto. Ashton seguía allí, tan perfecto como lo había dejado. Estaba cantando algo que sonaba en la radio. Giró su cabeza hacia mí cuando se dio cuenta que me había despertado.

Buenos días de nuevo

Hola, ¿Dónde estamos? – pregunté.

Let's be UnpredictableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora