Celos

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(Narra Ashton)

Odio los cambios horarios, el jet lag me estaba matando. Ya estábamos en Australia pero seguía teniendo el horario de Londres. Nunca me acostumbraba. Estuvo bien volver a ver a la familia, la verdad es que los echaba de menos. La madre de Luke vino a buscarnos al aeropuerto y nos llevó a cada uno a casa. Estaríamos en Australia una semana para después volver a Londres para preparar la gran gira. Estar en casa era genial, tenía mi propia habitación, que estaba igual que cuando la dejé. Aprovecharíamos esos días para estar con la familia y quedar con viejos amigos, nunca estaba nada mal hacer eso. Aquí teníamos más fans así que sabrían donde estaríamos en cada momento, eran expertas en eso. Miré el reloj, era la 01 de la mañana en Sídney así que en Londres serían las 2 de la tarde. Me tumbé en la cama y encendí el Skype. Sam no contestaba y eso me extrañó. Ya no tenía que ir a ensayar para las funciones porque estaban de vacaciones, ¿dónde estaría?

“¿Dónde estás?” le mandé un mensaje de texto, pero no contestó.  Habíamos quedado que ninguno haríamos ninguna locura mientras estuviéramos separados, y eso había sido hacía dos días. La llamé y tampoco cogía el teléfono. Estaba empezando a preocuparme, ella siempre me contestaba, salvo que estuviera enfadada conmigo, pero no le había dado motivos. Me revolví en la cama, no podía dormir. Media hora después mi móvil se iluminó:

“¿Por qué tengo 1000 llamadas perdidas tuyas? ¿Estás bien? He comido fuera y mi móvil se ha quedado sin batería”

“Ah, ok, solo quería hablar contigo un rato, tengo insomnio” le contesté.

En mi portátil empezó a sonar como una especie de llamada de teléfono, me asustó al principio porque tenía los cascos puestos y me gritó en todas las orejas.

Con que insomnio ehh – su cara apareció en la pantalla del ordenador. Parecía que venía de la calle, porque aún llevaba puesto el abrigo rojo con su gorro a juego y una bufanda grande que sol dejaba ver sus ojos.

¿Nieva en Londres? – pregunté.

No, aún no, pero lo hará pronto. ¿qué tal por Australia? – se quitó el abrigo y lo dejó en la silla, y después se quitó el gorro y la bufanda.

Mucho calor, creo que me voy a resfriar por estos cambios de tiempo tan radicales – fingí toser.

Pues le diré a Michael que te cuide bien, que te haga sopitas y esas cosas – se sentó en su escritorio y empezó a reírse.

Prefiero que me cuides tú. Michael es peligroso – le contesté.- Así que te has ido a comer por ahí, ¿debo ponerme celoso?

Si, deberías. Hemos ido al teatro a perfilar unas cosas y luego a ensayar, ¿te acuerdas de Mark el chico nuevo del que te hablé? Pues me ha invitado a comer.

Claro, el que vino a sustituir a Martha – Como no me iba a acordar de Mark, Sam no había dejado de hablar de él desde que vino en sustitución a la bailarina que se había lesionado. Él era alto, guapo y buen bailarín y parecía haber hecho mucha amistad con Sam ya que ella era la que le tenía que enseñar las coreografías. ¿Estaba celoso?.

¿Qué te pasa? – preguntó extrañada.

¿Por qué lo preguntas? – No había hecho nada, a no ser que ella hubiera notado mi cara de asco al decir el nombre de Mark.

Let's be UnpredictableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora