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—¿Y bien?

—¿Y bien qué?

—ChangKyun, estamos en los vestidores del equipo de fútbol, si nos ven, nos harán tragar sus balones hasta que explotemos. —espetó MinHyuk con desaprobación—. Además, huele sumamente asqueroso. Me siento como cuando mi abuela se tira sus famosos "pedo bomba" estremeció su cuerpo en desagrado al recordar el sufrimiento que pasaba al tener que soportar los gases de su abuela.

—No te preocupes, están en entrenamiento —sonrió adentrándose más en los vestidores—. No creo que nos vean, no si no eres escandaloso.

—¿Qué demonios hacemos aquí? —el azabache llevó su dedo pulgar e índice hacia su nariz para taparla. El hedor a sudor y calcetines sucios estaba acabando con su olfato. Y pronto con su vida si no salía de ahí rápido.

—Necesito encontrar la taquilla de JooHeon —MinHyuk suspiró al ver las veinte taquillas que los rodeaban.

Estaban las taquillas de los jugadores principales al lado izquierdo y las taquillas de los suplentes al derecho. Habían decidido separarlas de esa manera para evitar mal entendidos con pertenencias. Más de una vez habían tenido conflictos porque los suplentes "robaban" Cosas de los jugadores principales y viceversa.

—¿Cómo encontrarás la maldita taquilla de JooHeon entre todas éstas?

ChangKyun siguió buscando la taquilla de JooHeon, ignorando por completo a MinHyuk. En ese momento era lo que menos importaba, aunque suene cruel ya que estaba sufriendo con el hedor tan ofensivo que había por su culpa.

El pelinegro gritó cuando casi se desliza por pisar un calzón que tenía un color café mezclado con verde, bastante curioso.-¡Que maldito asco! Exijo irme de este nido de cagones compulsivos.

—¿Quién anda ahí? —ChangKyun fue rápido y se acercó al pelinegro, tomando su brazo y llevándolo a las duchas.

Ambos buscaron con la mirada donde esconderse, MinHyuk parecía muy alterado y ChangKyun frustrado, su plan se había ido a la mierda definitivamente. Cerró la puerta que conducía a las ducha y se mantuvieron ahí hasta que el toque en ésta los exaltó y preocupó.

—Salgan de ahí, pillos.

El mayor lanzó una mirada de preocupación al castaño, ChangKyun estaba pensando qué decirle a la persona detrás de la puerta. No podía culpar a MinHyuk ya que fue él quien lo llevó a esa situación, siendo consciente de lo escandaloso que podía llegar a ser. El castaño llevó el dedo pulgar a su boca y comenzó a morder la uña, tenía la mala costumbre de morder sus uñas en situaciones así de tensas, aunque según dijo su doctor, era un acto de nerviosismo causado por la ansiedad.

—Salgan inmediatamente de ahí.

—Confía en mí —susurró ChangKyun—. Solo guarda silencio y no digas absolutamente nada, ¿entiendes? Nada de nada —MinHyuk asintió.

ChangKyun tomó el metálico pomo de la puerta roja, la cual en la parte superior tenía un cartel con las palabras 'Soccer Team' en color verde limón y con pequeños balones adornándolo. Era bastante feo la verdad, y combinaba horrible con el color de la puer- ta. Haló la puerta hacia atrás, no son antes respirar profundo, presentándose al desgraciado que les había arruinado todo.

Un apuesto chico que ChangKyun juraba nunca haber visto, yacía firmemente parado frente a la puerta, que ahora estaba abierta por fin; tenía delgados y rojos labios, cabello anaranjado, piel muy blanca y que parecía ser muy suave. Y la verdad parecía no medir más un metro setenta y cinco.

—¿Quienes son ustedes y qué hacen aquí?

—¿Nosotros? La pregunta aquí es ¿quién eres tú? —replicó ChangKyun.

ligando al capitán › jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora