41

499 68 59
                                    

—Solo házlo —repito una y otra vez.

—¿Hacer qué? —cuestiona alzando una ceja.

En su rostro se nota de sobra que no entendía una carajo qué estaba sucediendo, pero si no entiendo yo, cómo lo haría él.

—ChangKyun...

Mis pies se mueven solos acortando la apenas visible distancia que nos separa, respirando tan irregular, que estoy seguro él puede sentir como choca sutil contra su rostro, como si fueran pétalos cayendo a manera de lluvia; suaves y apenas perceptibles.

Permanezco estático pensando sobre la situación de ese momento, más bien, si esto entraba en mi ética y manera de pensar. Estoy a unos centímetros de su rostro cuando me percato de lo que estaba a punto de hacer, observando sus brillantes orbes sobre mí. Donde nos encontramos es una zona solitaria, así que nadie se enteraría, pero aún así, algo en mí me detiene una y otra vez. Y de esa misma manera, me impulsa.

Cobarde.

Una vez más, aquella molesta voz toma el protagonismo, causando un desastre total de mi persona. A este paso, tendré que ser llevado a un manicomio o algo así. Es mejor que empiece a hacerme la idea.

—JooHeon —susurra ChangKyun.

Mi piel se eriza totalmente cuando mi nombre sale de sus labios en aquel tono tan suave, sintiendo como su respiración se une en una perfecta danza con la mía, mezclándose como la más dulce de las recetas, devorándose como la más hambrienta manada de leones.

Todo mi cuerpo se encuentra absorto en un trance del que no me siento capaz de huir. Ya no sabía qué hacer, qué decir, cómo actuar. Todo se habia vuelto desconocido. Una parte de mi realmente lo quería, pero otra simplemente lo rechazaba.

"No hagas caso del deseo prohibido. Nunca recibiras el perdón si logras ceder."

Recuerdo la voz de mi tío hablarme aquel día cuando tenía diez años y vimos a dos chicas besarse, él simplemente se asqueó y me llevó a un lugar alejado de ambas jóvenes. Ese día me explico lo mal que estaba aquella acción, llamándolo "Deseo prohibido" Y claro, me dio una larga charla del porque debo huir de ese tipo de cosas, ya que era una grave anormalidad.

"Nunca te atrevas a ceder. Tu alma se destruirá poco a poco"

"No serás feliz. Solo una deshonra"

"Vive adecuadamente, no como un desviado"

—Cállate —me llevo las manos a la cabeza, rompiendo en llanto.

Caigo al suelo de rodillas mientras mi llanto no tiene planeado ceder, pues aquellas palabras me estaban quemando vivo. Y nuevas preguntas sin respuestas empezaron a desarrollase, ya qué nunca me habían afectado tanto como en ese momento.

Me estoy volviendo malditamente loco, estoy confundido, asustado; tengo miedo de mí mismo y lo que puedo atreverme a hacer en ese justo momento.

Estoy perdiendo el rumbo de mí mismo.

"Tu padre será un fracaso si permite que te vuelvas uno de esos raros" "

Eres un niño de bien. No me decepciones"

"Un chico con otro chico siempre será criticado, lo mismo con las chicas. Vive evitando que la gente tire porquería sobre ti y no cedas a la rebeldía juvenil"

—Cállate, por favor —sollozo con mayor fuerza, mientras mis manos aplastan cada vez más mis orejas, dejándolas rojas.

—¡JooHeon, escúchame! —exclama ChangKyun, removiéndome desesperado.

Mis ojos llorosos e hinchados buscan el rostro de ChangKyun como quisieran encontrar un nuevo refugio. Su boca está entre abierta, sus ojos abiertos a más no o poder, y sus manos están posadas sobre mis hombros.

—Hyung, ¿estás mejor? Mierda, no sabía qué hacer.

"Nunca te enamores de un chico. Busca a una buena mujer y ten hijos para formar una familia como debe ser"

Otra vez las palabras de mi tío dan vueltas dentro de mi cabeza como si fueran una ruleta rusa; un disparo de mala suerte y moriría. Mi corazón late desenfrenado como si estuviera en una carrera de autos, sin signos de poder controlarse.

—A la mierda tu estúpida ética, y me importa un carajo decepcionarte —murmullo con el rostro de mi tío plasmado en mi mente.

Me pongo de pie y ChangKyun continua mi acción, haciendo exactamente lo mismo. Nuestros ojos no se separan ni un solo segundo una vez ambos estamos de pie.

—Hyung, ¿por qué tienes esa expresión?

—Si seré maldito una vez llegue el día de mi muerte, quiero ser bendecido en mis días de vida.

—¿Por qué estás diciendo esas cosas raras?

Mis manos se mueven solas hacia el rostro de ChangKyun, tomándolo con ambas manos delicado y atrayéndolo para acortar nuestra distancia definitivamente, y de esta manera, unir nuestros labios.

Solo bastaron unos segundos para que se dejara llevar y continuara el beso. Sus labios son suaves como un pétalo, dulces como pegajosa miel, perfectos como la más simétrica construcción, y sobre todo, adictivos como una peligrosa droga; aquella que dudas una y otra vez si probar, y cuando lo haces, no puedes dejarla tan fácil.

Deshago el beso para tomar aire, pero nuestros labios están casi rozándome.

—Bésame más. Solo una vez más —suplica enredando sus manos en mi cabello.

Yo ni siquiera lo pienso y vuelvo a besarlo, chocamos sin querer contra una pared debido a nuestros inexpertos y torpes pasos. Una vez tiene donde apoyarse, salta y permite que mis manos tomen sus piernas para cargarlo firmemente.

Mis belfos dan un corto, pero lento viaje, besando poco a poco cada zona de su rostro. Se mueven desde sus labios hasta sus mejillas, llegando a la barbilla y muy pronto a su lechoso y perfumado cuello. Aquel embriagante olor a vainilla me vuelve loco, dejando de besar para aspirar más detenidamente el aroma.

Ya estaba hecho todo aquello que jamás creí llegaría a tocar, pero no puedo detenerme ahora que estoy en este punto; que estoy en una situación tan envolvente como esta.













ligando al capitán › jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora