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—Tus labios son tan suaves —hablo entre el beso—. Saben bien.

Si esto fue el pecado del que me estaba perdiendo toda mi vida, admito que no me arrepiento de nada. Su piel es tan deliciosa, tan delicada, que le provoco gemir con el más mínimo contacto. Pero aquellos melodiosos gemidos son como cantos de ángeles para mí. Y es que nunca me habían parecido tan maravillosos.

Escuchar su voz tratando de contenerse y resguardarse, y de esa forma no salir disparada con fuerza, es sin duda algo que me matara muy pronto si no lo hace ahora mismo.

—Esta vez no te viole con mis labios de gay —bromea con una sonrisa, tomando mi rostro con delicadeza.

Y no sólo sus labios eran suaves como una preciosa ventisca de noche negra, sino sus manos también. Y no me sorprende, él toma mucho cuidado de sí mismo, y puede notarse a distancia, aunque para muchos sea difícil de aceptar. Puede lucir incluso más pulcro y perfecto que una chica.

Su broma me provoca reír por varios segundos, chocando nuestras frentes. Mis ojos se cierran tratando de procesar todo lo antes sucedido, pero es realmente complejo, que no es algo que tardará unos cortos minutos.

—Maldita sea —jadeo— ¿Cómo terminé en esta situación?

Él no parece hacer mucho caso de mis palabras y solamente mueve su cabeza, separando nuestras frentes. Pronto siento aquella parte de su cuerpo esconderse como un gatito asustado en la zona de mi cuello, mientras su calmada respiración me golpea delicadamente, y se siente realmente bien.

—Estás descubriendo quien eres realmente, no te asustes —habla con su voz siendo apenas audible.

Mi corazón siente calidez cuando su voz se crea entre las líneas del viento, siendo tan suave, frágil y bonita. Ya se había convertido en un sentimiento que no podía esquivar. Mis ojos estaba persiguiendo su encanto, así que sería realmente complicado que todo volviera a la normalidad.

Y ya que me estoy tomando la molestia de utilizar el recurso de la sinceridad, quisiera quedarse así un largo rato; permanecer eternamente.















ligando al capitán › jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora