—¿Cómo pretendes que te masturbe aquí? Ya casi suena el timbre para entrar a clases, no fastidies.
—Im ChangKyun —llamó por aquel nombre que, en ese momento específico, le está resultando muy excitante de pronunciar—. Dije que te hagas cargo.
—Y yo dije que no fastidies.
JooHeon tomó el brazo de ChangKyun bruscamente y lo dirigió hasta la salida, siendo él el conductor de aquella pequeña travesia hacia un lugar desconocido para ChangKyun. ¿Qué trama? Se preguntaba repetidamente, dejándose llevar por aquellas grandes y perfectas manos adheridas como cinta adhesiva a su piel.
Ninguno de los dos dijo ni una palabra, los pocos alumnos que rondaban en las profundidades de los pasillos los observaban sin apartar la mirada ni un segundo, algunos comentando a sus amigos a que podría deberse aquella extraña situación, y muchos otros compartiendo miradas con aquellos que los acompañaban igual de incrédulos. La mayoría había llegado a la conclusión que JooHeon estaba por darle una paliza a ChangKyun, pero ¿qué dirían si supiera lo equivocados que están?
ChangKyun atrapó con sus brillantes orbes el baño fuera de servicio, llevaba un largo rato así. Todo el tiempo decían y decían que lo arreglarían pronto, pero jamás cumplían su palabra. Eran demasiado tacaños para hacer algo como eso.
JooHeon abrió con dificultad la puerta, pues estaba casi atorada. Sin embargo, una vez la abrió, metió a ChangKyun al oscuro y estrecho lugar, mientras sacaba su celular y prendía la linterna. No se perdería ni un segundo de lo que estaba por suceder.
—¿Sabes lo que nos pasará si se enteran que entramos aquí? —rezongó ChangKyun, moviendo cosas con el pie con las cuales casi tropezaba.
—¿Sabes lo que te pasará si no te haces cargo de este problema?
ChangKyun chasqueó la lengua e inspecciono el lugar con ayuda de la linterna brillante, proveniente del celular ajeno. Para cuando se dio la tarea de voltear, JooHeon estaba desabrochando sus pantalones con patente desesperación.
—Házlo, ChangKyun —ordenó masajeando el duro miembro con su mano libre.
El menor rió con suavidad, usando este tono para evitar ser descubierto mientras extasiaba su ser completo ante aquel espectáculo tan interesante.
—Tócate tú mismo. Yo te miraré desde ahí —señaló un rincón vacío de la pequeña habitación.
ChangKyun giró sobre sus talones y caminó hasta el rincón que anteriormente señaló, apoyándose en la pared. JooHeon sonrió lascivo, siguiendo la misma dirección que ChangKyun, y al momento de enfrentarse, tomó las manos de ChangKyun y las posó sobre su duro miembro.
—Mírate, guapo capitán Lee JooHeon, pidiéndome que haga tu trabajo tan descaradamente —mofó acariciando la extensión, hasta liberar un gemido ronco proveniente de la boca del mayor— Yo jamás sigo las órdenes de nadie en este tipo de cosas, pero por ser tan malditamente ardiente y gustarme mucho, lo haré por ti.
JooHeon, creyendo que ChangKyun usaría sus manos, trató de besarlo. Pero sus ojos se abrieron resplandecientes cuando observó a ChangKyun sentarse con las rodillas flexionadas hacia atrás, poniendo las piernas a un costado de sus caderas, formando una "W".
—Esto será bueno —masculló besando la extensión poco a poco, hasta chupar el glande como si se tratara de una paleta.
—¡Mierda! Wow, eso se siente bien —jadeó echando su cabeza hacia atrás—. Sí, hazlo así, lindo —gimió enredando sus dedos en el cabello del menor.
ChangKyun sonrió con suficiencia, tragando lentamente más y más de aquella gran extensión, usando su lengua como complemento para dar mucho más placer al sensual chico dueño de la gran maravilla que su boca había sido bendecida de probar. O de esa manera lo veía él.
—Mírame cuando lo haces.
Escuchó aquella voz tan ronca estrellarse contra sus tímpanos, erizando abruptamente su piel. Rayos, ahora JooHeon no era el único con un gran problema allí abajo.
Sus brillantes ojos lujuriosos obedecieron la petición del mayor, sosteniendo su mirada mientras chupaba de adentro hacia afuera, con sus mejillas huecas y el único e icónico chasquido provocado por la acción tan atrevida de ese momento.
—¿Te gusta? —habló una vez sacó el miembro de su boca para tomar aire.
—Yo debería preguntarte eso. Mírate disfrutrar mientras lo haces —sonrió humedeciendo sus resecos labios con ayuda de su lengua.
Delineó el suave rostro del castaño con su pulgar, empezando desde la sien y dibujándose poco a poco hasta llegar a los labios humedos, que acarició delicadamente. Aquellos ojos tan únicos, explotando en lujuria y sensualidad, no ayudaban para que su problema se resolviera finalmente. Estaba tan absorto en ellos, que quería verlos cada segundo de ese momento tan gustoso.
—No soy creyente, pero por ti y este bebé —rió señalando el pene del rubio— rezaré todas las noches para que, en una estupenda próxima vez, mi boca no sea lo único que folles.
—Deberías empezar desde ahora, entonces —respondió alzando el mentón del menor—. Reza para que te folle. A lo mejor y tu deseo se cumple.
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—¡Por un carajo, aquí estás! —exclamó YoonGi atrapando a JooHeon en un cálido abrazo.
—¿Dónde te habías metido? —preguntó Oh Sehun, comiendo una barra de granola—. Necesitamos decirte algo importante.
JooHeon alejó a YoonGi, empujando lejos el cuerpo ajeno y limpiando la zona como si estuviera llena de suciedad.
—No seas gay conmigo —gruñó—. Tuve un problema, pero fue exitosamente resuelto —dijo tratando de ocultar su sonrisa, mientras observaba a ChangKyun de soslayo hablar con MinHyuk—. Perfectamente resuelto.
YoonGi deformó la expresión en su cara, reemplazando su emoción por sospecha.
—Eres raro, me asustas. Sehun, habla por mí —dijo escondiéndose detrás del más alto.
—Echamos a Han del equipo. Es un puto flojo, quiere todo fácil y ni siquiera asiste a los entrenamientos. Te ahorramos trabajo y molestias, de nada.
JooHeon bostezó asintiendo. Aún así, de vez en cuando miraba a ChangKyun de soslayo, hasta perderlo de una vez por todas de vista.
—No me importa. No me agrada de todas formas.
Sehun compartió miradas con YoonGi, viéndose ambos como dos tontos incrédulos. ¿Ese era JooHeon? Ni un grito, ni un insulto. Absolutamente nada.
—Mierda, ojalá hubiera reaccionado así cuando manché su uniforme de chocolate —resopló enfadado—. Mira su cara actuando tan bien. Seguro está fingiendo y luego nos torturará.
—Creo que está enfermo o algo así —carraspeó Sehun—. Loco sádico.
¿Sádico? Se preguntó a sí mismo.
—¿Eso qué es?
—Busca y lo sabrás. Si aparece tu nombre, que no te extrañe —habló YoonGi.
—Vámonos, este tipo está actuando extraño. Seguro se ha juntado con ChangKyun y lo contagió de su rareza.
YoonGi asintió y fue el primero en comenzar a caminar, claramente utilizando a Sehun como su guardaespaldas. ¿Qué tal JooHeon planeaba matarlos por la espalda? No podía ser posible que echaran un buen jugador y ni le importara. A lo mejor tendría una reacción lenta o algo así. Lo mejor era prepararse en caso que tratara de matarlos en otro momento.
—Sádico, eso suena como algo interesante.
lamentablemente no habrán más actualizaciones hasta que la autora original edite y re-suba el siguiente capítulo y todos los demás, por lo que el no actualizar no viene por mi cuenta.
tengan un lindo día (:
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ligando al capitán › jookyun
FanfictionJooHeon es el popular y guapo capitán del equipo fútbol del instituto. ChangKyun está buscando un chico guapo y popular que quiera tener sexo sin compromiso con él. ¿qué mejor que el capitán del equipo de fútbol? porque el sexo sin compromiso, siem...