49

504 61 9
                                    

JooHeon llegó finalmente a su casa después de una larga jornada de estudio, aventando su mochila lejos sin importarle dónde fuera a caer. Agudizó su sentido de audición e inspeccionó el silencio de su hogar minuciosamente para confirmar que estaba vacío y no había nadie que molestara. Aunque su padre llegaba a altas horas de la noche trabajando, en ocasiones lo sorprendía y se tomaba el día libre o llegaba temprano; incluso su tío se colaba de repente en su hogar.

Subió las escaleras a toda velocidad y se encerró en su habitación despojando su uniforme. Busca ropa cómoda en sus cajones y se vistió rápidamente, y al momento de acabar, se dirigió hacia el pequeño escritorio situado cerca de su armario y prendió la computadora ansioso.

Esperó a que el sistema se iniciara y el WiFi se conectara correctamente. Cuando por fin todo estaba listo abrió Google y escribió con gran velocidad, buscando todo tipo de cosas relacionadas con el sadismo. Vídeos, imágenes, información, todo eso y más estaban llenado su historial de busqueda de lo que deseaba. Quería saber todo lo que pudiera saciar su hambrienta necesidad de entender algo tan disparatado como el sadismo, quería saber que es lo que debía hacer como practicarlo, que usar.

—Diosito, que cosas más turbia. Brutal












—Llegue —exclamó tirando su mochila al sofá roto— Ah, es cierto, nunca me espera nadie —suspiro tirándose al sofá junto a su mochila.

Estiró sus músculos lo más que pudo como si fuera un gato recién despierto soltando un largo suspiro cuando sintió sus músculos más relajados, observó el techo de madera dejando a sus pensamientos fluir como olas de mar.

La imagen de JooHeon apareció en su cabeza e inmediatamente sonrió, al final no necesitó los diez pasos para conquistar a su chico, cayó por si solo como todos. ChangKyun siempre lograba lo que se proponía, JooHeon no cambiaría eso por ningún motivo, una vez más ganó.

Aunque ni siquiera sabía todo lo que eso indicaría. Había capturado al pez equivocado.

—Quien lo diría Lee JooHeon, ahora fuiste tú quien buscó mi presencia —rió recordando aquellos labios tan expertos y deliciosos moviéndose al ritmo de los suyos— Tú solo has caído.

Aquellos recuerdos de lo sucedido con JooHeon lo estaban volviendo loco, pues se había enamorado de aquella tan erótica e interesante experiencia. Le gustaba recorda la sensación de los salvajes besos, aquellos ojos mirarlo con ferocidad, su voz tan grave hundiéndolo en lo más profundo de la peligrosa lujuria; cada pequeño recuerdo, era algo maravilloso y extasiante de recordar, de revivir.

Amaba aún más que todo, el sonido de aquellos graves gemidos reproduciéndose en su cabeza, cuando ágiles labios hacían su trabajo. Jamás creyó que JooHeon le pediría una mamada, pero sin duda fue de las mejores cosas que le han pasado.

—Ah, ese bastardo es tan atractivo y difícil de olvidar. Debo estar volviéndome loco o algo similar.











JooHeon apagó la computadora luego de limpiar bien sus manos. Después de ver todo aquello, fue inevitable no masturbarse, le gustó más de lo que pensó. Se sentía extraño pues él nunca se masturbaba, le resultaba incómodo cada vez que lo intentaba incluso si sonaba extraño; sin embargo esta vez fue diferente. Pudo sentir el placer encarnado recorrer su cuerpo acompañado de corrientes eléctricas. Aquel pecado de la lujuria lo estaba ahogando, pero de alguna manera no sentía arrepentimiento.

Era un sensación diferente, pero placentera. Algo nuevo, pero interesante. Deseaba practicarlo, lo deseaba con gran fuerza, ya había caído en la red de lo morboso, ya no había nada que lo sorprendiera, ahora solo quería más. Pero quería intentarlo solamente con ChangKyun, ya que finalmente había encontrado su lado atractivo.

—Dios mío, debo estar enfermo o algo.

Dijo para sí mismo una vez cayó en cuenta de todas las cosas tan perversas que estaba pensando. En su vida se imagino hallarse en una situación como esa, y aunque le resultaba excitante, también le parecía perturbador. No se sentía como él mismo. Sentía que había otra persona manejando parte de sus pensamientos.

—¿Es un alter ego o algo así? —dijo para sí mismo.

No podía negar sentir un poco de inquietud porque todas aquellas cosas que solo meses atrás consideraría aberrantes, sobre todo si las imaginaba con alguien como ChangKyun, una persona que le desagrado desde el primer momento en que lo acoso, pero ahora quería ir más allá con él, lo estaban cubriendo por completo, apoderándose de él. Esperaba no volverse un adicto a ese tipo de cosas, sería ciertamente desagradable para su persona imaginarse obsesionado con algo como el sadismo.









ligando al capitán › jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora