39

486 65 48
                                    

Mis ojos se centran en ChangKyun, quien permanece apoyado sobre las taquillas con una expresión aburrida en su rostro. La noche anterior tuve un fuerte debate con mi propia mente, porque siento la necesidad de disculparme por mi falta de tacto, pero por otro lado, no quiero hacerlo. Quiero justificar mis acciones como una forma de defensa ante su constante acoso.

Aunque mi mente me repetía una y otra vez lo imbécil que soy, llegué a la conclusión que disculparse no era lo indicado. En gran parte, solo quería alejarlo de mí, él se buscó ser tratado de esa manera. ¿No puede sencillamente buscar un pasatiempo distinto?

—No tiene sentido que te acerques. Qué más da que se enfade o no —hablo para mí mismo.

Aléjate de ChangKyun. Mi mente se sacude ante aquel repentino recuerdo; mis propias palabras me causan escalofríos en todo el cuerpo, cuando caigo en cuenta que me había convertido en un bully para SeungCheol, y como siempre, a causa de Im problemático ChangKyun.

¿De dónde proviene mi maldita obsesión por no ser comparado con SeungCheol? Él no tiene nada especial. Es más, no es nadie. Pero, por algún motivo, me molesta que ChangKyun centre su atención en él, y entre más atención le presta, encuentra más motivos para compararme. Y lo que me asusta, es la forma en que me enoja. No quiero hacer conclusiones precipitadas, pero debería empezar a preocuparme, porque jamás había actuado de esa manera.

—¿Acaso está tratando de hacerme marica? 

Aquella incógnita se incrusta en mi mente como si fuera un clavo en la pared, siendo repetidamente martillado. Una sensación extraña recorre mi cuerpo, casi robándomente el aliento sin piedad. No podía tratarse de eso, quiero decir: puede que ChangKyun trate de hacerme parte de su comunidad o lo que sea, pero no es como si estuviera cediendo inconscientemente, ¿o sí?

Acéptalo.

—¿Otra vez esa voz? —suspiro golpeando mi cabeza sin ser brusco.

Me dí la tarea de investigar en internet a que se debía aquella voz que desconozco y tampoco entiendo por qué mierda está del lado de ChangKyun, y aparentemente, es una voz que solo se dedica a hacer de mi vida una desgracia y poner mi mundo peor que el apocalipsis. Parece que no tengo suficiente con ChangKyun ahora estoy condenando a beber el brebaje putrefacto de "Pérdida de cordura" A causa de una voz que no es mía y me trata como idiota. Lo que me faltaba.

Sin embargo, también encontré la forma de alejarla de mí. Aparentemente, evitar el estres y descansar, hará bien. Aunque, visitaré unos 50 psicólogos, para asegurar mi curación más que nada. Y claro, aquí la gran traba problemática: ¿cómo evitó estrés con ChangKyun a mi al rededor? Es como pedirle flores al concreto.

Observo a ChangKyun otorgar movimiento a sus pies, quienes obedientes, lo llevan en dirección al patio donde decide tomar asiento bajo el mismo árbol que la última vez. Aquel donde interrumpí su comida, siendo consciente que papá siempre me dijo que estaba mal. Pero como siempre, la ira logró cagarme.

Ahora que lo pienso más detenidamente, creo que encontré una única razón para disculparme con ChangKyun, y con Dios de paso. Botar la comida no está bien.

—Vamos, tampoco es tan difícil. Solo son palabras —aspiró el aire invisible del pasillo, que no era precisamente agradable, pero tampoco estaba mal.

Arrastro mis pies en dirección al patio, siguiendo únicamente mis pensamientos más razonables. Repito una y otra vez la razón por la que me estoy acercando, pero, incluso así, es difícil. ChangKyun me daría un boleto gracias a la mierda, pero cumplir mi parte sería suficiente para mí.

Una vez llegó al patio, tomó aire y lo dejó libre cual pajarillo, llevando mis negros orbes hacia ChangKyun.

—Im ChangKyun.

—¿Qué quieres, JooHeon?

Discúlpate. Tú puedes Lee, no es dificil. Me doy ánimos a mí mismo, porque jamás pensé que un "lo siento" Sería tan dificil como pedir matrimonio a una asesina.

—Mierda, esto es difícil.

ChangKyun abre sus labios para hablar, pero pronto los sella como si se tratara de una caja fuerte. Yo por mi lado, trato de organizar mis pensamientos, porque entre mi descontrolada voz mental, y mis ánimos para hacer esto, es difícil pensar con claridad.

—¿Por qué estoy haciendo esto? Él me acosa —me digo a mí mismo.

Los ojos de ChangKyun se entre cierran confusos, y para cuando vuelve a abrir sus labios liberándolos de aquel sello que anteriormente les había propinado, no los vuelve a cerrar.

—Qué? —preguntó.

Mis manos sudan sin previó aviso, cosa que me pone nervioso en todos los sentidos.

—Maldito inútil. Siendo una porquería tan fácil —me regaño de nuevo.

Mi mente ni siquiera es capaz de apartar la molesta neblina gris que tapa mi razonamiento, como para ayudarme a ver que mis palabras están perfectas para ser mal interpretadas.

—¿Para eso veniste? ¿Para decirme eso? —bramó poniéndose de pie.

Imbécil. Un gran imbécil.

Otra vez esa voz descolocando todo en mí. Entre mi intento de disculpa, esa estúpida voz insoportable y ChangKyun comenzando a enfadarse ante el mal orden de mis palabras, solo puedo ver una lluvia de fuego caer sobre mí y volverme una carga inservible.

No es mi día de suerte.

—No hagas drama. No formulé bien mis palabras.

—Pero me dirías algo similar ¿no? ¿Por qué mierda vienes aquí? —grita golpeando mi pecho una y otra vez, mientras sus ojos me amenazan a través de un lago triste de agua formándose en ellos.

Sostengo sus brazos para evitar que se caiga, logrando que su cabeza termine apoyada en mi pecho.

—¿Por qué no puedes acercarte y hablar adecuadamente? —solloza.

Mi corazón late con fuerza conforme su cabeza se mantiene recostada en mi pecho, casi robándome el aliento. Lo ayudo a recomponerse en su lugar, simplemente para alejarlo de mí.

Esa sensación no es una buena señal.

—Mierda, para ya. Detente —me refiero furioso a mi corazón. Pero, palabras graves en un momento no indicado.

—No es tan fácil para mí como crees, Lee JooHeon. Si fuera tan fácil, ni siquiera te hablaría aunque sea para insultarte.

—Im... Estás malinterpretando de nuevo.

—No JooHeon, tienes razón. ¿Qué mierdas estoy haciendo? ¿Por qué no puedo rendirme y dejarte en paz? Es gracioso. Jamás me había pasado algo así, y ahora estoy aquí, temiendo por mi propio sentir.

El no tarda el limpiar sus lágrimas y alejarse, dejándome con cientos de palabras por decir, pero que no quería fueran descubierta. No quería que por ningún motivo supiera que mi corazón estaba agitado. No sucedería si antes no llegaba a una conclusión buena y que me ayudara a entender todo.











ligando al capitán › jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora