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Antes de comenzar mi acción, me tomo el tiempo de ir al cajón y sacar un condón, porque por supuesto nuestra seguridad es importante. Aunque bueno, si por mí fuera, ni siquiera lo usaría.

—JooHeon — gime con un rostro desesperado y ansioso. Rio ante la necesidad que su voz desparrama.

Es precisamente excitante verlo morir por mí de esta forma. Ya lo hacía desde hace un tiempo, pero ahora lo hace más que nunca.

Camino hacia él y tomo sus caderas con fuerza, asegurándome de incrustar mis dedos en su piel hasta que se vuelvan pequeños huecos de piel. Una vez tengo su trasero esperando por cualquier movimiento de mi parte, tomo mi miembro y, rompiendo su empaque primeramente, me pongo el condón para seguidamente alinear mi pene y meterlo poco a poco, hasta que un fugaz pero malvado pensamiento me lleva a dar una feroz embestida e insertarlo todo.

ChangKyun grita algunas maldiciones a la misma vez que lanza gemidos agudos acompañados de palabras obscenas en las cuales pedía ser penetrado una y otra vez. He de admitir que me pareció curioso, pero más que todo gracioso; verlo tan a gusto conmigo después de la gran cantidad de cosas desagradables que le he dicho. Parece que su dignidad no le importa demasiado si se trata de sexo, pues ahora nos hallamos en esta situación.

—¡Oh por Dios! —exclama al sentir la velocidad de mi pelvis golpear repetidamente contra su piel—. Mierda, esto va a matarme —dice con gran dificultad entre risas.

—¿Debería ser menos rudo? —pregunte bajando la velocidad.

Los ojos de ChangKyun se abren grandes luciendo más expresivos de lo normal. Hasta parece que es primera vez que soy amable con él, imagino que la situación lo hace ver extraño, pues no encuentro otra explicación.

—Vaya, pero si estás hecho un caballero.

Antes de que dijera alguna otra cosa más, una sonrisa ladina se apodera de mi rostro repleto de sudor, y es en ese momento donde aprovecho para dar otro gran golpe sin previo aviso, que le obliga a arquear su espalda y gemir con fuerza.

—Está tan profundo —dice con poco aliento, y sin previo aviso, su culo comienza con movimientos circulares que absorben no solo mi apenas visible pene, sino mi cordura. Porque verlo hundirse más y más dentro de él me volvería loco en cualquier momento.

—¿Te gusta? —pregunta con un brillo reluciente en sus ojos.

Yo asiento sin siquiera poder hablar, pues ChangKyun estaba tan apretado y exquisito, que apenas podía darme el lujo de pensar.

Antes de que hiciera algún movimiento de mi parte, ChangKyun saca lentamente mi pene sin usar las manos, únicamente bastó un movimiento hacia adelante para que saliera disparado y aún duro.

Se levanta de la cama bajándose por el lado derecho de esta, caminando coquetamente hacia mí. Sus pasos ni siquiera pueden escucharse, son sigilosos y cuidadosos. Cuando menos lo espero, Im me empuja sobre la cama y se monta sobre mí. Besa mi estómago, y desde ese punto, su lengua se encarga de crear un camino por todo mi pecho hasta llegar a mi pezón derecho y lamerlo.

Un ronco gemido provoca que en mi garganta haya una sensación de vibración, que sacude mis cuerdas vocales. La sensación de su lengua estimulando corta el oxigeno que entra por mí nariz, dejándome limitado de este.

Su lengua deja de tocar mi pezón y recorre lo poco que falta para llegar a mi boca, donde una vez llega, se esconde en mi boca para así poder encontrarse esta vez con mi lengua.

Entre aquel beso, ChangKyun dirige su mano hacia mí pene el cual alinea y pronto está siendo engullido por segunda vez, frenando el beso un momento para darnos el placer de gemir. ChangKyun re afirma su posición y comienza dando saltos sobre mí, mientras yo sostengo sus caderas con fuerza, jadeando hasta que mi garganta queda seca.

—¡Ah! Carajo, ChangKyun —gimo mordiendo mi labio.

Mi cuerpo empieza a moverse por su cuenta, y cuando menos lo espero, mi mano derecha está apretando ambas mejillas de Im hasta que su boca toma una forma de beso. La velocidad de sus saltos aumenta descaradamente al igual que sus gritos, aunque le resulta difícil dejarlos libres a causa de mi agarre.

—Yo...voy a —dice a medias.

Sin siquiera darle tiempo a terminar de hablar, su semen termina regado en mi pecho. Es entonces que me toca a mí; tomo su cuerpo desde la cintura y empiezo feroces penetraciones con chasquidos sonoros y escandalosos, pero que son lo suficientemente excitantes como para ayudar a que me venga mucho más rápido. Una vez acabo dentro del condón, ChangKyun se baja y se recuesta a mi lado, mientras yo me ocupo de quitarme el condón y botarlo en el cesto de mi habitación, siendo precavido por supuesto y escondiendo este mismo para que mi padre no sea capaz de verlo.

Al terminar mi acción, me tiro a la cama con ChangKyun a mi lado, quien no me quita los ojos de encima. Tomo la sabana desordenada y nos cubro a ambos con esta, sintiendo su tela suave resguardar mi piel.

—Me encantó. Espero pueda repetirse en otra ocasión —sonríe acercándose a mí y apoyando su cabeza en pecho. Sus ojos se cierran mientras su respiración suave choca contra mi piel, lo que me hace deducir que esta durmiendo finalmente.

No respondo sus palabras y simplemente acaricio su cabello con cariño, mirando un punto muerto y tratando de entender cómo esto que he aborrecido tanto ahora lo estoy amando. Probablemente vienen días difíciles para mí, pero disfrutaré este tipo de situaciones tanto como pueda. Disfrutaré tener a ChangKyun aunque algo dentro de mí siga sin estar de acuerdo que esto está bien y es lo mejor para mí.














ligando al capitán › jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora