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—Acaricie suavemente la espalda de el acompañante y golpeé suavemente, subiendo la intensidad poco a poco —dijo JooHeon. —¡No! Tremendo agresivo era el tipo.

Se pusieron de acuerdo y decidieron ir juntos al instituto, vivían relativamente cerca, así que no había demasiado problema en irse juntos. Pero desde el primer momento en que JooHeon salió de su casa, llevaba el celular en mano y solo apartaba la vista del celular para ver por donde caminaba y evitar meterse un santo putazo.

HoSeok observaba con confusión y cierto temor a JooHeon mientras ambos caminaban hacia el instituto. No tenía idea de lo que estaba leyendo el de ojos afilados a causa de su mala vocalización con las palabras, pero todo el camino, y lo poco que logró parecía ser a cerca de golpear gente. A lo mejor el rubio quería volverse un maleante de barrio o algo así. Tenía ganas de tirar a JooHeon al medio de la calle, pero entonces recordaba que era su mejor amigo y lo re-consideraba.

—¿Qué cosa para degenerados estás leyendo?

—Sadismo. Está bueno, ¿quieres ver?

Sadismo, entonces de eso se trataba.

Una que otra vez HoSeok había tenido que enfrentarse a eso, no para practicarlo o algo así, sino porque algunos de sus amigos lejanos al instituto hablaban de ello muy emocionados, así que se dió la tarea de investigar un poco sobre ello, y quedó bastante traumado a decir verdad. Tenía suficiente con el hecho que HyungWon fuera masoquista como para tener que enfermarse la mente con algo como eso, aunque ni siquiera lo necesitaba.

HoSeok era una persona diferente frente sus amigos, familiares y desconocidos, pero en la intimidad, específicamente con HyungWon, era algo completamente diferente. A veces se declaraba culpable de haber convertido a su antes inocente ángel en un masoquista fuera de control y con un fetiche enfermo con la palabra "Daddy". En ocasiones se cuestionaba de dónde HyungWon sacaba todas esas cosas raras.

—¿Por qué mierda estás leyendo eso, enfermo?

—Está divertido, aunque hay excepciones.

—¿Qué cosa? —preguntó atónito. Saco su celular del bolsillo y lo pegó a su oreja —¿Alo? ¿Loquero? Tengo un desquiciado a mi lado, manden ayuda.

—Déjame en paz, soy yo no tú. Solo quiero saber.

—Estas enfermando tu mente JooHeon, no seas estúpido.

El mayor se detuvo a medio camino, y con él, a su mejor amigo. Lo observó fijamente a los ojos, esperando que pudiera entender lo que trataba de decir. Ese tipo de cosas nunca le habían parecido, y no quería que JooHeon se volviera una de esas personas.

—¿Cuál es tu problema? Solo tengo curiosidad. No hagas drama.

—Cuida lo que haces, no seas idiota —advirtió con una mirada severa.

—Hablas como si fuera a asesinar a alguien —bufó irritado—. Ya estoy grande como para que me digas que tengo que hacer cuando no tienes ningún derecho.

—Solo quiero tu bien, eres como mi hermano —respondió soltando un resoplido poco después—. No quiero que vivas de esa manera.

JooHeon y HoSeok se agradaron desde el momento en que se conocieron, comparten muchos recuerdos juntos y para HoSeok, JooHeon es como su hermano. Jamás olvidaría el momento en que aceptó su sexualidad y relación con HyungWon, aunque en ese entonces ese tipo de cosas no eran de su agrado, o eso expresaba.

Pensar en su amigo como un enfermo mental con atracción por golpear personas para excitarse le resultaba muy turbio, aún más porque siempre se ha mostrado como una persona seria, reservada, firme y muy desinteresada con todo. Ver esa nueva faceta no era muy agradable. Bueno, ver una nueva faceta de él era agradable, pero no una de ese tipo.

—Si eres mi hermano, deja de meterte en mi vida, metiche —espetó adelantándose. Tenía que seguir leyendo más.

—Idiota —HoSeok arreglo los cabello de su flequillo que molestaban su visita y posteriormente siguió los pasos de su amigo.

Ya le había advertido, todo lo que hiciera desde ese momento era completamente su responsabilidad.




ligando al capitán › jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora