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JooHeon caminaba tranquilamente por los pasillos en busca de HyungWon y HoSeok, necesitaba hablar seriamente con ese par y advertirles que dejaran de tocarse en los vestuarios, porque sí, JooHeon tuvo la desdicha de ver como HyungWon masturbaba a HoSeok.

Jamás podría sacar esa aterradora imagen de su cabeza, incluso, a veces se reproducía en cámara lenta, dándole más escalofríos de los que tenía. Un tormento más la lista.

Mientras buscaba por todos lados al dúo de descuidados, observó a ChangKyun sentando bajo un árbol en el patio del instituto. El menor comía felizmente un empaque de galletas girasol con sabor a miel, las comisuras de sus labios estaban llenas de migajas que limpiaba repetidamente con su lengua o pulgar.

Golpeaba sus pies entre sí meciéndose en su lugar, y aunque JooHeon no escuchaba, tarareaba canciones infantiles. Viendo aquella imagen tan infantil, decidió que el dúo de descuidados podían esperar, tenía mejores cosas que hacer.

—Vaya, vaya, pero si es "ganaré las nacionales por ti" —burló.

ChangKyun lo ignoró sin darse ni un solo segundo para pensar en la persona que tapaba su cálida vista al sol, centrándose en sus galletas. Por la culpa de aquel chico molesto, había mandado las nacionales a la ruina, y con ello, su posible rescate de reputación. Ahora estaba más hundida que nunca.

—¿Cómo fuiste tan estúpido de caerte? ¿Estabas pensando en alguien a quien raptar con tu acoso?

—¿Puedes irte? Quiero comer mis galletas tranquilo —respondió con una mueca desganada.

Ya había tenido suficiente drama con las nacionales y sus lesiones, como para crear una telenovela de bajo presupuesto completa.

JooHeon frunció el ceño arrebatando las galletas de las manos de menor, las tiro al suelo con brusquedad y las pisoteo sin humanidad ninguna.

ChangKyun flexionó sus piernas y escondió la mitad de su rostro en el hueco que estas formaban, dejando sólo sus ojos libres. No quería decir nada al respecto, ¿Para que amargarse la vida mucho más? Estaba cansado del mismo bucle todo el tiempo; la gente fastidiando, él enfadándose, una gran dosis de lágrimas con una pizca de decepción y muchas quejas. Ya no quería más de lo mismo. Solo deseaba pasar de todo el mundo y vivir tranquilamente. Ser invisible por un momento.

Mucha gente ambiciosa dice que tener una mala reputación es mejor que ser invisible, pero si lo vives, deseas mil veces más ser una ráfaga veloz e invisible de viento, y que la gente ni siquiera se percate de tu presencia. Todo era más tranquilo y fácil.

A JooHeon le resultó extraño que ChangKyun no estuviera a la defensiva, siendo algo tan usual de él, que lo había dejado totalmente descolocado, como si fuera la pieza incorrecta del rompecabezas. ChangKyun apartó su mirada y la centro en sus galletas pisoteadas; JooHeon acababa de pisotear su desayuno, no cargaba dinero porque, como siempre, su madre se negaba a darle, su padre no llegó a casa y MinHyuk no llegó a clases para al menos le prestarle dinero. ¿Podía tener un peor día? Definitivamente la desgracia lo perseguía sin descanso. Nunca tendria una buena vida, donde fuera feliz y nada le faltara.

Esa era una de las razones por las que detestaba el hecho de su existencia. Estaba tan hundido, que ni siquiera se visualizaba teniendo un futuro próspero. Bueno, ni siquiera visualizaba su futuro. Probablemente moriría joven por algún "accidente" De auto o un desliz de edificio. Por el momento, no sucedería, pero quien sabe luego. Lo pensaría detenidamente.

—¿Por que estás tan callado? —preguntó curioso.

—Solo lárgate —suspiró triste.

Estaba harto de lo lamentable que su suerte era y de la porquería de padres que tenía. De la forma en que la gente se esmeraba en hacer de su vida un infierno. ¿No podían simplemente hacer sus estúpidas vidas en silencio?

ligando al capitán › jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora