XXIV.

6.7K 322 60
                                    

título: mother!

pareja: sebastian stan x lectora

word count: 919

advertencias: rayita es insoportable ÑSWDKLG 

resumen: un día de las madres en compañía de sebastian y tu hija, tus dos mayores tesoros.

resumen: un día de las madres en compañía de sebastian y tu hija, tus dos mayores tesoros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siento un leve toque en mi costado, haciéndome gruñir.

― Cinco minutos más―murmuro cansada.

Escucho la voz de mi esposo reírse.

― Sólo quiero saber si mi bebé está bien―dice.

Volteo, lentamente y aún medio dormida. Sebastian me observa tranquilamente, con ojos cariñosos.

Sonrío a mi pesar― ¿Cuál de los dos?

Sebastian acaricia mi vientre sobre las sábanas― Mm, puedo saber acerca de los dos.

Veo cómo se acerca y recuesta su cabeza sobre mi abultado vientre de siete meses. Lentamente, como si fuese de cristal, roza su mano, sobandolo.

Rio suavemente mientras peino su cabello― Bueno, estábamos bien hasta que nos despertaste.

Él ríe también― Lástima, pero era por una buena causa.

Arqueo una ceja, confundida.

― ¿Ah sí?―cruzo los brazos―, ¿Y qué buena causa podría ser mejor que dormir hasta el medio día un fin de semana?

Sebastian solo se encoge de hombros, a penas y conteniendo una sonrisa de oreja a oreja.

― ¿Qué?―repito.

El castaño sólo se levanta de la cama, dispuesto a salir del cuarto.

Empiezo a molestarme― ¿Sebastian a dónde vas?

Lo peor de mi embarazo han sido y serán los cambios hormonales. No lo puedo evitar, nunca he sido muy paciente. Ahora menos.

Malévolo, se da la vuelta antes de salir por la puerta, listo para encogerse de hombros de nuevo y cruzar por ella.

― Idiota―mascullo.

Al menos estoy sola de nuevo.

Al ver que pasan un par de minutos y no regresa, decido echar cabeza de nuevo. Serán sólo unos segundos, sin embargo.

― ¡Mamá!

Un terrible grito atraviesa mis oídos, levantándome de golpe.

― ¿¡Qué!? ¿¡Quién es!?

Cuando mi visión logra re ajustarse, observo claramente a mi hija de cuatro años sentada frente a mí, mi esposo junto a ella. Los observo a los dos, que me observan a mí, sonriendo de oreja a oreja. No puedo decir lo mismo.

― Ugh, ¿qué?―gruño.

― Mami despierta―vuelve a decir la voz, suplicante.

― Ugh, sólo eres tú―murmuro cansada.

Madison rueda los ojos. A continuación salta en mi cama, ocupando el espacio libre junto a mí.

― Trataré de omitir tu comentario y no ofenderme―replica. Extiende sus brazos, rodeándome lentamente. Bufo pero acepto el abrazo de regreso, con una sonrisa.

― Entonces―exclamo, acomodándome―, ¿Qué es más importante que una buena siesta?

Sebastian se acerca a mi rostro, mirándome largamente. Me sonrojo, bajando la mirada, sin embargo, él ojiazul levanta mi mentón. Se acerca aún más y me estiro rendida, lista para un beso. Sebastain niega, con una risa.

― El día de las madres boba―responde Sebastian burlón.

Frunco el seño más él solo ríe. No obstante, estando desprevenida, deja un beso en mis labios. También devuelvo el beso, alargándolo un poco más.

― ¡Ew, estoy aquí aún!―se queja Madison.

― Tiene razón, no queremos apurar el siguiente―dice Sebastian sobando mi vientre y guiñándome un ojo. Niego ante tanto descaro (pero tiene razón, no tenemos control alguno).

― Mejor vamos a la sopresa―prosigue Madisson―, ¡Mira máma, te hice algo!

Arqueo un ceja― ¿Me hiciste algo?

― Papá insistió en que te compráramos aquel collar de perlas que tanto querías, pero yo insistí en que merecías algo original, así que te hice un dibujo.

Extiende sus brazos, dibujo en mano, para que lo vea mejor. Siento mis ojos picar y suelto un pequeño hipído.

― ¿Lloras porque te gustó?―pregunta ella, con sus ojitos azules brillando de la emoción.

― ¡No! ¡Lloro porque en verdad quería ese collar!―grito.

La pequeña castaña nos mira con ojos llorosos; Sebastian corre al rescate.

― Mamá no lo decía en serio pequeña, sólo estaba jugando ¿Verdad?―pregunta, lanzándome una mirada recriminatoria.

Limpió mis lágrimas, avergonzada― Si princesa, era solamente un chiste.

Ella hace un puchero y parece que va a llorar. Agarro el dibujo y lo contemplo, temerosa de arruinarlo más.

― Mira cariño, mira como me gusta―trato de animarla―, ¿Ese no es papi?

― Si―dice ella sorbiendo su naricita y orgullosa por mi observación―, Y esa eres tú y ese es Nathaniel.

La contempló feliz y sobo su cabecita― Ya quiero conocerlo.

Beso su coronilla― Yo también mi pequeña artista, yo también.

Sebastian rompe el silencio― ¿Puedo darte ahora mi obsequio?

Asiento y al ver el envoltorio suelto un grito de emoción― ¡El collar de perlas!

Sebastian ríe― Claro, un adorno para mi estrella brillante.

― ¡Mami brilla más que todas esas feas y caras perlas!―dice Madison riendo.

Me sonrojo y Sebastian asiente― Así es, brilla más que cualquier estrella o universo, porque ella es la perla que ilumina mis días... Y porque es más barata que el collar, que si es caro.

Río escandalosamente pero le propino un buen golpe en el costado― Cállate, lo arruinaste.

Mi esposo sólo me contempla divertido― Sabes que bromeo: Tú eres unas de las cosas por las que más he luchado, y no me arrepiento. Además, ¿Realmente lo hice?

Me inclino para dejar un beso sobre sus rosados labios.

― Creo que no―murmuro, acercando a nuestra hija para un abrazo. Ella se acurruca más y me veo celebrando internamente el hecho de que al parecer, tendremos otra ronda de sueño más.

― Gracias―susurro, acomodando mi cabeza en su hombro―, No cambiaría esto por nada.

Y es cierto: Porque sin importar cuantas veces fui criticada, o cuantas veces nos dijeron que nuestra relación no iba a durar (más cuando salí embarazada por primera vez) aquí estábamos, juntos, y no podría estar mejor.

― Feliz día de las madres hermosa―susurra Sebastian jugando con mi anillo―, Te amo.

Sonrío largamente― Y yo a ti.

One Shots,ㅤㅤㅤBucky Barnes (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora