One Shots,ㅤㅤㅤBucky Barnes (Editando)

IX.

título: secret(ary) of state

pareja: winter soldier x lectora

word count: 853

advertencias: plot twist(?)

resumen: trabajar en SHIELD es un sueño. sólo está por ponerse mejor...

― Necesito todos los papeles en este mismo instante, ni un segundo más ni un segundo menos; no hay tiempo que perder, deprisa mujer.

Enserio no la tolero, que alguien me agarre porque en cualquier momento la termino por ahorcar. Cree que por tener un puesto superior al mío me puede tratar peor que a una esclava. Sin embargo, me abstengo de cualquier comentario que perjudique el puesto de trabajo por el que he trabajado toda mi vida y reprimo todo dentro de mí, como suelo hacer.

― Como guste, señora.

Corro gradas abajo hacia mi oficina con la intención de terminar lo más pronto posible y al menos verle una sonrisa en su puta cara. Como la odio. Pero pronto, yo estaré encima de ella, pronto.

Llego al pasillo donde se ubica mi cubículo no sin antes pasar por el pasillo central. Me detengo a respirar y observo el emblema de SHIELD en el suelo. Sonrío con satisfacción por unos instantes y luego, prosigo.

Lamentablemente, mi oficina queda al final del pasillo, así que cuando llego a ella apenas y puedo respirar.

Abro la puerta con dificultad mientras hago un elaborado equilibrio con la tanda de papeles en una mano y la perilla en otra y entro. Me doy la vuelta para cerrar la puerta y coloco la tanda en el escritorio. De repente, siento un aire helado correr por toda mi espalda.

Algo andaba mal.

Coloco una mano sobre mi cintura y sacó el arma de su funda. Me giro con los nervios a flor de punta y me maldigo por no haberla recargado antes. Volteo y mis nervios se disipan al instante.

Observo la vista que mi oficina me da; el sol empezaba a ponerse ya. Pronto terminaría mi turno gracias al cielo. El aire entra y mece las cortinas con delicadeza, hace un poco de viento. Aunque para ser otoño, no es ninguna novedad. Ruedo los ojos y me dispongo a cerrar la ventana abierta.

― Maldita ventana―murmuro.

Mis nervios vuelven: aún siento una presencia en la habitación. En ningún momento suelto la pistola, y casi me atraganto cuando escucho un ligero movimiento. Siento una mano sobre mi hombro y volteo rápidamente, disparando mientras suelto un grito eufórica.

Apenas y veo el destello que provoca el arma cuando la bala se detiene en seco. Un profundo eco retumba en la habitación. Un sonido a metal.

― ¡Tranquila muñeca, soy yo!

― ¡Oh, por Dios idiota!―suelto un grito exasperada―, ¡Casi te mato!

Él solo curva esos labios que tanto amo besar y se carcajea, aquello parece hacerle gracia. Se acerca a mí y los posa sobre los míos, depositando un casto pero tierno beso en ellos.

― Es una suerte para ambos que tu novio resulte ser mitad máquina.

Me río un poco, dejándome caer en el sillón que se encuentra en una esquina. Me dejó salir del trance y digo.

― ¿Qué haces aquí?―reprocho―, Sabes que Sitwell me matará si te ve conmigo.

― Tú no te preocupes, puedo contra él.

Suspiro derrotada y coloco mis manos alrededor de su cuello. Planto un pequeño beso en sus labios y me dejo caer en su cuello.

― No tienes remedio, soldado.

Continuó el camino de besos por todo su cuello y noto como se estremece bajo el contacto de labios calientes sobre su cuello frío.

― Déjate llevar―murmuro excitada.

― Preciosa, yo-

― Shhh.

Siento como se rinde y sonrio triunfante. Empiezo a desabotonar mi blusa cuando el pestillo de la puerta se gira.

― Demonios―alcanzo a decir.

Reconozco la silueta de Rumlow en el umbral de la puerta― Señorita ______―una sonrisa socarrona aparece en su maldita cara al verlo junto a mi―. Vaya, vaya, pero si es el soldadito de plomo...

Hago una mueca― Basta Brock.

Brock llevaba siglos enamorado de mi desde que me uní. Así como él estaba enamorado de mi, yo lo detestaba. Lo odiaba, aunque no ocupaba el primer lugar.

― Vamos preciosa, ni siquiera se ha de recordar sobre el libro.

Odiaba a mi adorado novio, en especial desde que se enteró que salíamos. Nunca hacía nada por detener ningún maltrato hacia él. Además, sus constantes bromas pesadas y ofensas me tenían al borde.

― Sal de aquí, yo salgo en un minuto.

― En realidad, debes ir ya―su sonrisa socarrona desapareció ―. El jefe te llama, es urgente.

Mire a James y él asintió. Murmuro un suave 've' con sus labios no sin antes posarlos sobre mi frente.

― Cuídate.

Su tono era triste, y Dios, sabía que lo estaba. Su vida no era muy feliz después de todo.

― Bien, vamos.

Subimos el ascensor camino a su oficina. Aunque fue un momento incómodo lo dejé pasar.

― Pasa.

Abrió las puertas de par en par y vi a Alexander Pierce en el medio de la sala.

― Agente ______.

Su voz me puso los pelos de punta, pero mantuve la compostura. Espere a que Rumlow cerrara la puerta para que mi corazón pudiera volver a su pulso normal de nuevo.

― Hail HYDRA.

Sentí la sonrisa crecer en mi cara― Hail HYDRA.