One Shots,ㅤㅤㅤBucky Barnes (Editando)

IV.

título: choices

pareja: sebastian stan x lectora

word count: 2,015

advertencias: narrado en primera persona, menciones de infidelidad y consumo de alcohol (no de parte de la lectora)

resumen: una noche mala sólo se puede poner peor gracias a una visita inesperada.

parte: I/II

Observé de nuevo la imagen que emitía la transmisión, sin poder aceptarlo. Mis ojos seguían pegados a la pantalla, sin conseguir dar crédito.

― Anímate cariño―dijo mi madre sentándose a mi lado―. Tienes mayores prioridades de las cuales preocuparte y lo sabes. La nueva novia de tu ex esposo no está en ellas.

El solo hecho dolía, pero dicho ya en palabras dolía más. Era como aceptarlo del todo. Verlo ahí, en la gala de los premios Óscar junto a su joven novia, me bajaba cualquier ánimo posible.

Pero mi madre tenía razón, ahora tenía otras prioridades.

Caminé hasta el cuarto donde yacía profundamente dormida la pequeña niña fruto del amor que Sebastian y yo sentimos alguna vez, con el corazón apretado.

Me acerqué y acaricié su pequeña cabecita decorada por hermosos tirabuzones rubios. Lo que más amaba de ella eran sus ojos azules, lastimosamente parecidos a los de su progenitor, que siempre me recordaban a él. Aún con ese constante recordatorio, eran los ojos azules más hermosos que hubiese visto en toda mi vida.

― Te amo―susurré mientras depositaba un casto beso en su frente, para luego salir allí.

― ¿Mami?

Su pequeña y adormilada voz me hizo detenerme al borde de la puerta.

― ¿Sí?

― ¿Por qué lloras?

No me había percatado de aquello. Rocé mis ojos con la punta de mis dedos, y noté que efectivamente, estaban húmedos.

― Por nada cariño, yo... Tengo una pequeña basura en el ojo, nada más. Vuelve a dormir, ¿Sí?

― ¿Es por culpa de papi, verdad?

No pude evitar y soltar más lágrimas gruesas. Odiaba llorar en frente de mi hija, (en especial si se trataba de Stan) pero estaba cansada de finjir ser fuerte frente a ella desde que él nos había dejado.

Algo me impedía seguir adelante y olvidarlo. Él me podía haber dejado de amar, pero yo no corría la misma suerte. Odiaba no poder ser fuerte para ella.

― No llores mami―me susurró―, ¿Un abrazo?

Asentí suavemente mientras sonreía, en serio amaba a esta niña con todo mi ser. Siempre tan dulce, preocupándose en el bienestar de los demás por encima del suyo. Al menos había sido bien educada en un hogar de respeto y amor, antes de que este se desmoronase por completo, calor.