Capitulo 13

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¡Por supuesto que era Liverpool! ¿Cómo no iba a saberlo? Debería de haberlo adivinado.

Mire a Finn que se dio cuenta de que había descubierto su primera sorpresa. Sonrió ampliamente aun mirando el camino.

-Sorpresa –exclamó entre risas pequeñas. Sí que era una sorpresa.

Acorde el auto avanzaba mi mente reproducía aquel día que pasamos con Finn aquí, cuando apenas había llegado a Inglaterra. Parecía que había pasado tanto tiempo y recién eran dos meses que si las circunstancias hubieran sido las de un principio me quedaría un mes para estar en UK, luego tendría que volver a casa. Sin embargo las circunstancias habían cambiado, Reino Unido se había convertido en mi hogar permanente sin siquiera pensarlo.

-¿Cuantas sorpresas son exactamente? –le pregunté a Finn en tono de broma. Su sonrisa no se esfumaba por nada y por ende la mía tampoco.

-Depende de cual consideres que te sorprendió más. –no me gustaban mucho las sorpresas, mas allá de la impaciencia que generaban. Me hacían sentir mal por pensar que uno de los dos hacia mas por el otro. Finn por otra parte decía continuamente que no debía preocuparme por eso, que él lo hacía porque quería. Porque me quería.

Llegamos finalmente al hotel donde nos hospedaríamos, no me sorprendió ver que era el mismo en el que habíamos estado aquella vez de cualquier manera mi sonrisa no desapareció.

-Buenas tardes al Hotel Atlantic Tower. ¿En qué puedo ayudarlos? –la recepcionista sonrió  amablemente en cuanto nos vio. Yo reí internamente, todo era un gran Deja Vú. Obviamente me gustaba todo por el solo hecho de tener a Finn conmigo.

-He hecho una reserva al nombre de Finn Harries –le informó a la recepcionista, ella asintió y tecleo algo en la computadora que tenía a su derecha.

-Muy bien Señor Harries, aquí esta su llave –sacó una llave de debajo del mostrador y nos la entrego. Finn la agarro, agradeció a la señorita y tomo mi mano llevándome al ascensor. Esté se detuvo en el piso seis, Finn llevaba nuestros bolsos en su mano izquierda, con la derecha aferraba mi mano, caminamos por el pasillo y paramos frente a la puerta 605. Finn soltó mi mano para poder abrir, espero que entre yo primero para después entrar él. La habitación era simplemente tan hermosa como la anterior, una cama en la que podrían entrar cómodamente no menos de cuatro personas y aun quedaría espacio. Un gran sillón en una forma de “C” color bordo se encontraba a unos metros delante de la cama, frente al sillón se encontraba una mesa de madera roja, sobre esta un ramo de rosas al parecer recién comprados.

-Son para ti –dijo Finn cuando me descubrió mirando las rosas y su perfecto tono rojo que parecía sangre. Me di vuelta a verlo.

-Eres el mejor –lo abracé por el cuello y le di un beso corto en sus labios. El me abrazo por la cintura, estrechándome contra él y besó mi frente.

-Quieres descansar un rato? Todavía queda mucho por ver –Finn me soltó para poder quitarse sus zapatillas quedando en medias sobre la alfombra. Se sentó en el sillón. Me reí al ver que sus medias tenían dibujos de Muffins.- no te rías. Me las regalo Charly por mi cumpleaños

-Son adorables –continué riendo levemente- creo que tomare un largo baño, el trabajo me agoto hoy. Muchos idiomas –exhale pesadamente. Finn asintió y prendió la televisión que colgaba de la pared por encima de la chimenea.

Deje a Finn mirar la televisión para poder darme una relajante baño, llevé mi bolso al baño conmigo. El baño era una mezcla de tonos claros y el tono rojo de las rosas que me regalo Finn. Una gran bañera ocupaba dos cuartos del espacio, también cumplía función como ducha. Llené la bañera de agua, le puse espuma de baño, encendí el reproductor de mi celular y me sumergí en ella. La música sonaba y yo comenzaba a relajarme después de un día estresante. Me quede por un rato así pero no podía pasarme la noche entera en la bañera. Quizás Finn quería ducharse antes de seguir con las sorpresas así que salí de la bañera. Me envolví con una toalla el cuerpo cuando me di cuenta que no sabía lo que pasaría mas tarde. No sabía que ponerme. La noche en Liverpool se volvía mas fresca cuando el verano estaba por irse, así que opte por un atuendo casual. Un pantalón negro con una blusa suelta blanca de mangas largas. Salí del baño descalza, debía indagar en que planeaba Finn para saber que zapatos usar.

Veranos en Londres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora