El día de mi cumpleaños 21 cae domingo por lo que junto con mis amigos más cercanos decidimos festejarlo la noche anterior de sábado. El plan era salir a comer, de ahí ir a algún club a bailar y pasar la noche. No era mucho de salir a clubes, me gustaba más quedarme en mi casa con amigos a comer y ver películas pero de vez en cuando hacia excepciones. Mi cumpleaños y la insistencia de mis amigos contaban como una excepción.
Las horas pasaban. Comimos una deliciosa cena, luego de allí fuimos a un parque muy lindo para visitar de noche nos sacamos varias fotos por lo aburridos que estábamos por esperar que sea la hora perfecta donde los clubes eran mejores. Alrededor de las 23 horas dejamos finalmente el precioso lugar para adentrarnos en la verdadera noche. El club contaba con una gran pista de baile repleta de gente bailando al ritmo de la música o bueno eso intentaban. También tenía un bar con mucha gente a su alrededor saturando con sus pedidos a la chica que atendía. Pobre de ella. Por ser mi cumpleaños pagaron para estar en la zona vip del lugar, no había mucha diferencia del resto solo que tenias más espacio personal, pidieron un par de rondas de vodka con no se qué. Pasada alrededor de media hora nos fuimos todos a la pista ninguno bailaba del todo bien pero no nos importaba hacer el ridículo, otras personas eran peores que nosotros y nadie objetaba nada. De repente la música fue perdiendo volumen y el DJ hablo –La medianoche llego y con ella el cumpleaños de una chica en nuestro público. Emma ¿donde estas? –El reflector me apuntó y sentí como la sangre se concentraba en mis mejillas haciéndolas hervir de manera exagerada. La gente comenzó a aplaudir- ¿Qué dicen si le cantamos el feliz cumpleaños?- Todos empezaron a cantar la terrible canción de cumpleaños, mi cuerpo no respondía, no tenía idea que hacer, mi único pensamiento era que la tierra se abriera y me tragara en ese instante. –Feliz cumpleaños Emma –finalizó el DJ, la música volvió. Mis amigos me abrazaron fuertemente.
-Feliz cumpleaños Em. –dijeron todos al unisonó.
-Los matare y lo saben. Pero gracias –sonreí. Volvimos a la mesa y allí nos esperaba dos botellas de champagne cortesía del lugar para brindar por mi gran día. Las horas pasaron, bailamos, tomamos mucho y no recuerdo como llegue a mi casa pero cuando desperté gracias a que mi pequeño perro caniche Lou se subió arriba mío mire a mí alrededor y estábamos todos desparramados por mi habitación. Traté de dormir nuevamente pero me fue imposible así que me levanté, fui al baño a lavarme la cara y así despertarme o al menos parecer despierta. Bajé hasta la cocina sigilosamente y escuché a mi mamá hablar con mi papá.
-Tendríamos que decírselo hoy, es el momento correcto –dijo mi mamá en tono neutral.
-Pero sabemos que no podrá pasar hasta en unos meses, esperar tanto tiempo va a ser feo-le respondió mi papá en el mismo tono. No aguante más y entre, tenía hambre.
-Buen día –dije normal como si no hubiera estado espiando su conversación.
-Que los cumplas feliz, que los cumplas feliz –empezaron a cantarme mientras mi mamá me traía mi desayuno de cumpleaños, panqueques y chocolatada. Desde que era pequeña era siempre lo mismo. Una vez que terminaron de cantar me abrazaron los dos besándome ambas mejillas- Te amamos cariño
-Y yo a ustedes –sonreí. Desayune junto a ellos, todos los demás aun dormían incluidos mis hermanos menores. William y Kevin, son gemelos de 5 años. Les lleve el desayuno a mis amigos en mi habitación, el único despierto era Thomas. Deje la bandeja con tazas de café en mi escritorio.- ¿Los despertamos? –Le pregunte a Tom.
-Yo digo que.... Si- se levantó rápido y se acerco a molestar a todos, me reí y lo seguí yo también. Los destape y les hice cosquillas en sus pies. Todos despertaron con fingida molestia que no les duro mucho al ver el desayuno.
Pasó la mañana y con ella la tarde también, tuve un genial cumpleaños con mis amigos y familia. Llegada la noche después de una cena informal mi mamá trajo el gran pastel que ella junto a mis hermanos hicieron, en él tenia escrito "Feliz cumpleaños Emma" al soplar las velas como tradición del mundo hay que pedir tres deseos. Deseo #1: Londres, deseo #2: Londres y deseo #3: Un chico británico. ¡Si! Mi obsesión es Londres y pido eso todos mis cumpleaños. Toda mi adolescencia ahorré para poder cumplirlo pero hace unos años mis padres estaban mal económicamente y no podía ser egoísta con eso así que les di mis ahorros, ellos se negaron pero no podía quedarme de brazos cruzados mientras no teníamos nada y mis hermanos eran bebes.
-Te amo hija –me dijo mi mamá sacándome de mis pensamientos londinenses- Emma tenemos un regalo para ti –compartió una mirada cómplice con mi papá y el asintió- Queremos que cumplas todos tus sueños de ayer, de hoy y siempre, sabemos también que por ayudarnos a nosotros retrocediste unos años pero hoy en día podemos decir que estamos bastante bien y por eso queremos regalarte –se quedo callada.
-Regalarme ¿qué? –pregunte esperando que continuara.
-Vas a pasar todo el verano en Londres –solto de pronto.
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Veranos en Londres.
Fiksi PenggemarEmma es una chica latina que siempre soñó con viajar, ver el mundo y sobre todo ir a la preciosa ciudad de Londres, Reino Unido. Ama todo de ese país, su cultura, su gente. El día de su cumpleaños número 21 su familia la sorprende con un regalo que...