CAPÍTULO 14

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TORY

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TORY.

Hago una rabieta en cuando cruzo la puerta de mi hogar ¡como se atreve a amenazarme como si fuera cualquier cosa!

—Veo que está temprano en casa —los comentarios de Anders no ayudan en mi humor.

—Me iré a mi cuarto, que nadie me moleste y avísale a mi padre que ya he llegado —volteo a ver a la rubia que me ha acompañado—. Atiende a Andrea.

Subo por la escalera doble, veo como mi padre sale de algún lugar se la mansión, saluda amenamente a Andrea ¿qué rayos es esto? Se quedan más tiempo charlando, los ignoro y decido hacer lo que tengo que hacer.

Nick taladrar mi teléfono con sus llamadas las cual no respondo. Me cambio de inmediato las malditas alas que han quedado todas rotas a causa de nuestro pequeño enfrentamiento con Serpiente.

«Me las pagará»

Me cambio rápido con ropa más cómoda, también me coloco el traje de protección para motocicleta, me coloco estratégicamente armas por todo el cuerpo. Las necesitaré si las cosas se ponen feas. Bajo por los muros de la enorme mansión.

Esquivo las luces que se pasean por todas lados, parece como si estuviera huyendo de la prisión, los perros guardianes se pasean por los jardines pero no me hacen nada. Vuelvo a escalar la pared llena de arbustos y salto llegando a la calle. Voy al escondite donde dejo una moto de emergencia, me monto en ella y parto camino a mi venganza.

Entro al club nocturno, por donde quiera que paso hay gente enferma viendo las posiciones en que están las mujeres; enjauladas, amarradas e incluso colgadas en posiciones no muy cómodas mientras los hombres las manosean y hacen con ellas lo que les plazca.

Ubico a Jackson, camino segura a él que está con una chica entre las piernas. Apenas me ve y le propino un puñetazo en la nariz haciéndolo sangrar.

—¿Qué mierda te pasa? —se enoja sosteniendo su nariz y alejando a la chica.

—Que sea la primera y última vez que vas a verme sin mi consentimiento —tomo asiento frente a él, tomo su vaso con whisky y me lo tomo.

Me ve algo anonado, su gente está al pendiente alrededor, me relajo en mi lugar antes de tomarlo del cabello y azotar su cabeza sobre el roble de la mesa.

—¿Escuchaste bien o tengo que repetirlo? —aprieto los dientes, sus hombres levantan sus armas contra mi pero rápido mi pandilla levanta armas más avanzadas apuntándole a ellos.

Hemos tomado el club por completo, la música de fondo se detiene, todos centran su atención en nosotros. Suelta una pequeña risita.

—¿Enojada? No veo el porque, te fui a exigir lo que me debes —intenta levantar la cabeza pero nuevamente se la vuelvo a azotar.

—Yo no te debo nada, da gracias que no te mate, pero vuelves a hacer algo estúpido y no lo dudes —lo suelto, rápido se incorpora, ahora no solo le sangra la nariz, sino la frente también.

KRIPTONITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora