CAPÍTULO 58

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Florencia, Toscana, Italia.

ANDREA.

Florencia, una ciudad situada en el norte de la región central de Italia, capital y ciudad más poblada de la ciudad metropolitana homónima y de la región de Toscana, de la que es su centro histórico, artístico, económico y administrativo. Florencia es bello y cuenta con gran cantidad histórica ya que es el núcleo urbano en el que se originó en la segunda mitad del siglo XIV el movimiento artístico denominado Renacimiento, y se la considera una de las cunas mundiales del arte y de la arquitectura, así como también una de las ciudades más hermosas del mundo.

En mi vida he viajado muy poco, cuando vivía en Washington solo iba a Canadá y México ya que son países vecinos, recuerdo que cuando era más pequeña visite la gran ciudad del amor: París, Francia. Pero tengo vagos recuerdos de eso. No llevo viviendo ni un año en Inglaterra y ya he visitado cuatro países diferentes: Gales, Irlanda del Norte, Francia y ahora Italia.

Sonrío con felicidad viendo los hermosos edificios del siglo XIII, la gran basílica de la Santa Cruz se extiende sobre nosotros. Aprieto la correa de mi pequeño bolso blanco con manchas imitando a una vaca.

—¿Qué te parece? —Damián se posa a mi lado, sin evitarlo lo abrazo.

—Es hermoso, todo es hermoso —confieso viendo mi alrededor— Gracias por traerme —volteo a verlo queriendo besarlo, pero eso no pasa.

—Me alegra oír eso, tengo que ir a la central de la ciudad, Conor y sus hombres te harán compañía para que conozcas la ciudad —informa mientras teclea algo en su teléfono.

—Pensé que tú querías venir conmigo —me acomodo un mechón de cabello tras la oreja sin desacomodar mi boina minimalista negra.

—Lo siento, cariño —una ola de aire nos golpea, el cabello del ministro se desordena haciéndolo lucir tremendamente sexy con las Ray-Band azules que trae puestas— Te veo en la noche —se acerca dejando un beso al borde de mis labios, apenas asiento cuando ya está de vuelta en la camioneta.

Un Rolls-Royce plateado último modelo se estaciona frente a mí, tres hombres descienden de este.

—Andrea, estamos aquí por órdenes del primer ministro —informa el que debe ser...— Soy Conor Becker y hoy estas a mi cargo —informa el tipo vestido de traje— ¿Tiene algún destino en especial o me permite aconsejarla? —me habla con sumo respeto haciéndome sentir bien de nuevo, le sonrío.

—Por favor aconséjame —asiente y empieza a explicar los lugares turísticos más visitados de la ciudad.

Me adentro al auto, los dos hombres que no me han hablado se ponen de piloto y copiloto mientras que el señor Becker se queda a mi lado explicándome casi cada edificio de la ciudad, ¡se sabe hasta la historia de cada uno!

—En la plaza del Duomo encuentras la catedral de Florencia con tres edificios con gran riqueza artística, —informa Conor y bajamos a visitar este bello lugar— el Duomo, con la famosa cúpula de Brunelleschi, el Baptisterio y la torre campanario.

—Woow —me quedo con la boca se mi abierta.

Pasamos por unos helados y hacemos un recorrido cuando de nuevo estamos en el auto. Se ven tiernos los hombresotes dándole lengüetazos a los gigantes helados con colores vivos.

Entre visita y visita pasan cinco horas, estoy muerta. Hemos visitado la Plaza de la Signoria, el Palazzo Vecchio, el Ponte Vecchio, el museo la Galería de los Uffizi y...

—Esta es la famosa Torre de Pisa —me informa y mi cansancio se esfuma.

Desde el auto veo el espectáculo que hay afuera, muchos turistas toman fotos, ha oscurecido, pero eso no le quita lo bello y hermoso, además de que está perfectamente alumbrada.

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