CAPÍTULO 63

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TORY.

—Tomaré la parte trasera, van a querer huir, tienen varios túneles subterráneos que dan a las afueras de la ciudad —informo levantando la metralleta, la linterna que hay en mi casco me alumbra el camino.

La ciudad está rodeada por si quieren escapar escucho a Henry del otro lado de la línea Tomaré el frente, liquiden a todo el que se resista, pero los Maksimov deben estar con vida demanda.

Estamos en el club de Jackson "Temnyy Korol" la INTERPOL los quiere y los quiere ya, están cansados de sus juegos y por ello nos han mandado a nosotros para darle fin a sus travesuras.

El escuadrón Cobra se dispersa con gran agilidad por la parte trasera del enorme club.

—Ellos están en la planta más baja —Nick llega a mi lado— Te cubro la espalda —asiento antes de entrar tumbando la puerta de una patada, rápido todos entramos sin encontrar a nadie, el pasillo esta vacío, la luz roja de los rifles y las linternas es la única luz que hay.

Mi padre: el primer ministro junto con los demás ministros: mis tíos y otros dos individuos, fueron claros al ordenar desmantelar a esos carroñeros, quieren la basura rusa fuera de Reino Unido. Henry encabeza la misión con su escuadrón Alpha.

Luigi, Lucy, Trevor y Nick me cubren la espalda. Fanny no está con nosotros ya que su rendimiento no es bueno a causa de toda la porquería que se mete.

—Entramos en tres, dos —el ojiverde inicia la cuenta regresiva— Uno —abrimos las grandes puertas.

Comenzamos a disparar a los hombres que carecen de poca ropa.

—¡AAAAAHHHHH! —gritan las mujeres tratando de cubrirse.

Damos de baja a todo el que se atraviesa, muchos comienzan a sacar sus armas, pero somos más rápidos al momento de disparar.

Los gritos, las detonaciones, los golpes, es lo único que se escucha mientras nos cercioramos de limpiar cada maldito cuarto. La mayoría de los clientes se echan al suelo mientras son esposados por los oficiales.

—¡Sargento! —me llama Lucy— Trata de blanca —informa abriendo lo que parece un armario.

Mujeres sucias y temerosas se encuentran ahí adentro, no hay edad específica.

—¡¿Quién es la menor?! —pregunto.

—Una beba de solo nueve meses —contesta una mujer que parece ser norteamericana.

—Somos agentes de la INTERPOL, están a salvo —informo— Asegúrate de revisar cada maldito rincón —Lucy asiente y se queda a supervisar todo.

Nick y yo seguimos adentrándonos a lo profundo de este club. Damos con una cocina de drogas, nos sueltan balas de alto calibre, corremos a protegernos tras los muros.

—¡Necesito refuerzos! —pido por el aparato— ¡Creo que tienen granadas! —tal y como lo imagine, una granada cae a mis pies, me levanto como un rayo corriendo lo más que puedo, pero la detonación me manda al suelo.

—¡Luigi está herido! —escucho como Lucy grita al otro lado de la línea— Mataron a la mayoría de las víctimas de trata de blancas ¡Nos están rodeando!

«Es como si esos imbéciles supieran que íbamos a venir»

—¡Henry, responde! —me preocupo por mi hermano— ¡Responde!

¡Han dado de baja a dos de mis hombres! espeta enfurecido ¡Han colocado bombas en los muros, se activan con el movimiento!

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