Ven y descubre lo peor de la Monarquía, Mafias, Familias, Amistad y Amores unidas por un terrible pasado.
Tory Kendall y Andrea Cooper te mostrarán el camino.
Dos chicas completamente diferentes pero con algo en común: ellas tienen el poder de hace...
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*En la foto esta Ian*
ANDREA.
—¡Vamos! ¡levántate! —escucho como dice alguien mientras me mueve violentamente obligándome a abrir los ojos— Todas saben la regla, se largan al amanecer —la luz no me deja ver bien de quien se trata— ¡Anda, largo! —mi vista se aclara revelando a un perfecto adonis frente a mi.
Lleva solo unos vaqueros sin camisa, sus tatuajes son más visibles; un tigre le cubre todo el pecho derecho, el brazo de ese mismo lado está completamente cubierto por tinta de colores distintos. Su costado izquierdo tiene un enorme tatuaje pero no sé qué es.
—¿Ya acabaste de follarme con la mira? —pregunta arqueando una ceja.
—Lo… lo siento —digo y rápido me levanto, mi cabeza duele y el mareo es tan fuerte que necesito rápido un retrete.
Corro por todos lados hasta encontrar uno y vomitar, sosteniéndome de la taza.
—Parece que vomitaste hasta tu primera papilla —comenta Nick en el marco de la puerta— tu lo lavarás.
—Ya déjala —llega Tory— ten, hará que te sientas mejor —me da una pastilla junto con un vaso de agua, lo toma rápidamente— parece como si nunca te hubieras drogado.
—Nunca lo había hecho —jalo la cadena del retrete y lavo mis manos.
—Bien, pues bienvenida al club —sigue— el chófer nos está esperando.
Trae un short gris junto con un top del mismo color y unas zapatillas deportivas ¿en qué momento se cambio?
—¿Qué hora es? —pregunto sosteniendo mi cabeza
—Las dos de la tarde —responde Nick— duermes como un tronco y creo que tienes problemas de ronquidos.
—¡Yo no ronco! —exclamo a la defensiva.
—Y yo soy virgen —responde con sarcasmo.
—Joven Jefferson —lo llama un hombre con traje— la mesa esta lista —voltea a ver el retrete y comenta— ahorita mismo hago que limpien eso —se va y Tory lo sigue.
«Pero que vergüenza»
—Tory deje ropa en la cama —comenta el pelinegro— deberías de bañarte antes de desayunar —salimos del baño.
—Al parecer no eres tan hijo de puta como creí —comento.
—Oh, espera —me detiene— ¿crees que me estoy preocupado por ti? —asiento y sonríe con burla— no lo hago por eso, es solo que apestas tanto que me arruinarías el desayuno —voltea echándose a andar hacia el pasillo.
«Idiota»
***
Admiro todas las mansiones a través de la ventana del auto, simplemente hermosas.
