CAPÍTULO 61

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ANDREA

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ANDREA.

Amos las redes sociales, las adoro y me desvivo por ellas, me gustan los chismes de famosos y las noticias falsas me enganchan, me gusta saber de la vida de otras personas, nunca lo he ocultado, soy fanática de las Kardashian, fan de One Direction y seguidora fiel de la saga Crepúsculo, creo que lo mejor de haber nacido en esta época es la tecnología, pero todo eso se va al carajo porque cada vez que entro a mis redes sociales solo se habla del noviazgo del Príncipe Nicholas Jefferson y la Princesa Mischa Royals, son sensación, todas las revistas online de chismes hablan sobre eso y como si fuera poco, la noticia del cumpleaños de Tory número 19 se suma al cotilleo, todo el mundo está centrado en estos tres.

Sigo deslizando mi dedo por la pantalla pasando la veintava publicación sobre #ToryKendall'sSoonBirthday en Twitter. Dejo mi teléfono a un lado dando media vuelta sobre el verde césped de mi casa, Bug lame mi cuello haciéndome cosquillas.

—Aléjate —me siento— No quiero que vuelvas a romper mi nuevo teléfono —la reprendo pero le vale un pepinillo y se me viene encima tirándome— Ya estas más grande —comento feliz y la abrazo.

Mi teléfono suena con la notificación de un mensaje nuevo, hago a Bug a un lado y lo tomo.

Tory.

Andrea, hablemos. Ven a mi casa esta noche.

Mi corazón se detiene. Tory no me ha dirigido la palabra desde el incidente del otro día. No le respondo y la dejo en visto.

Salgo a correr un rato junto con Bug, mi vecindario ya es más seguro desde el primer ministro implemento una nueva reforma sobre la seguridad del ciudadano.

Salgo del vecindario para adentrarme a una zona llena de árboles, aquí muchas personas vienen a correr así que no me preocupo y sigo con lo mío. Después de una hora mi cuerpo está sudando y siento la cabeza caliente.

—Bug, te dije que trajéramos agua —jadeo y Bug respira feo con la lengua de fuera— Me estoy secando.

Comienzo a caminar hacia el supermercado más cercano, la sensación de que alguien me vigila no me deja, volteo a todos lados cada minuto, es como si me estuvieran asechando, jamás me había sentido observada como ahora mismo.

—Mejor vamos a casa —hablo con mi bebe.

Le doy agua y después de descansar unos minutos, pido un taxi que me deja fuera de casa, el sol se está metiendo dando inicio a la noche. Me doy un baño rápido para quitar cualquier rastro de sudor. Me coloco pantalones cómodos y una playera desgastada con una chaqueta negra, uso zapatillas de tacón bajo, aún estoy dudando entre ir o no a la casa de Tory.

—¡Andrea! —Sasha entra sin tocar la puerta, esta vestida como si fuera a ir a algún club— Diles a nuestros padres que no voy a llegar hoy —y sin decir más se va.

—Oye, yo también voy a salir —salgo a alcanzarla.

—No, te vas a quedar —responde bajando las escaleras.

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