CAPÍTULO 30

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TORY

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TORY.

 
Me gusta mucho la relación que tengo con John, me está gustando demasiado y a decir verdad, no sé si este bien.
 
—¿Entonces nos vemos en la noche? —pregunto untándole mantequilla y miel a mi tostada de nuez.
 
—Por supuesto, pequeña —promete al otro lado de la línea— cuídate mucho —se despide antes de colgar. Dejo en teléfono sobre la mesa.
 
Me acomodo la toalla que envuelve mi cabello tratando de no embarrarme el aguacate esparcido por mi rostro.
 
—¿Qué planes hay para hoy? —le pregunto a Tony que se mantiene al margen mientras que los sirvientes se encargan de llenar la mesa de juegos, quesos, carnes, frutas, frutos secos y demás para acompañar a mis ligeras tostadas.
 
—Tiene una reunión con la señorita Gallagher en el patio de su casa hoy dentro de tres horas, me ha pedido que cancele sus reuniones el día de hoy —responde el susodicho revisando la tablet.
 
—Perfecto —sonrío bebiendo de la micro taza de café. Tomo otro pan colocando brie, tomate deshidratado y una nuez para después llevarlo a mi boca.
 
—Señorita Kendall —Anders entra al comedor junto con un ramo de rosas— un joven llamado Ian Wales le ha enviado estas rosas junto con unos bombones de chocolate —el anciano me entrega las rosas las cuales las recibe una sirvienta pero me quedo con la tarjeta que viene dentro.
 
“Te dije que te iba a recordar mi nombre hasta que sepas de mi existencia ¿cierto? Disfruta los bombones. Con cariño: Ian Wales”
 
Boto la tarjeta haciendo una nueva combinación con mi tostada la cual ahora le coloco queso de cabra, miel, duraznos y lo envuelvo en parmesano.
 
—Me di a la tarea de investigar al chico, no es nada más y nada menos que un pobre diablo con una familia mediocre, va en la misma universidad que usted ya que su tío perteneció a la organización policíaca —no presto mucha atención a lo que dice el mayordomo de la casa y me dedico a desayunar.
 
Levanto mi taza vacía que rápido un sirviente se encarga de llenarla de nuevo.
 
—¿Eso me debe de importar? —pregunto cansada de que me quiera tratar como a una niña pequeña.
 
—No pero tal vez a su padre sí, no debería socializar con el chico —comenta al margen de la mesa.
 
—Mírame ¿crees que me junto con gente de esa calaña? —sus ojos claros cruzan con los míos.
 
Anders ha sido desde siempre el mayordomo de los Kendall, de hecho, también fue el mayordomo de mi abuelo, pero ahora le rinde lealtad a mi padre.
 
—Tiene razón, lamento levantarle falsos, con permiso —inclina su cabeza antes de salir dejándome en paz.
 
—Lady Kendall, me ha llegado una invitación a la cena real de navidad que tendrá lugar el día de hoy en el Palacio Buckingham —me informa El castaño de Tony
 
—No iré, vétala —demando tajante, lo que menos quiero es ir y convivir con su majestad.
 
—¿Pasara sola navidad? Sus padres no están en casa y aún no sabemos cuándo regresarán, no es buena idea…
 
—No estaré sola, Súper Nova me acompañará —el dóberaman levanta la cabeza al escuchar su nombre pero rápido la vuelve a recostar sobre la alfombra peluda.
 
—Si me deja sugerirle…
 
—No quiero sugerencias —lo corto— estaré bien ¿si? —el trajeado asiente resignado.
 
Sigo disfrutando de mi mañana un poco más antes de arreglarme para recibir a la pelirroja que entra a mi patio con una radiante sonrisa y un vestido de cóctel.
 
—¿Y esa emoción? —sonríe aún más ante mi pregunta.
 
—Nada importante solo un par de noticias que te harán volar la cabeza —Lucy es una mujer culta y elegante, me sorprende mucho su actitud extrovertida el día de hoy.
 
—¿Tiene que ver sobre las páginas que estamos buscando? —niega divertida tomando asiento en la silla bajo la sombra de un pequeño techo.
 
—Es algo aún mejor ¡adivina quién está saliendo con el decano Williams!
 
—No sé ¿la profesora Kathy? —me lanza una mirada de reproche que me hace reír— ¿De verdad esta saliendo contigo?
 
—Algo así —ladea la cabeza mientras su cabello con caireles falsos se mueven— hace dos días sucedió algo divino, según no nos llevamos bien pero yo sé que en el fondo él me aprecia. Bueno, hace un par de días estábamos ambos en la biblioteca del edificio F1 y nos quedamos encerrados, no sé cómo pasó pero ambos declaramos que sentimos atracción el uno por el otro así que lo besé ¡y no me rechazó! —su emoción crece contagiándome— la escuela nos hizo profesor y alumna pero la vida nos hará marido y mujer —ambas soltamos una carcajada al saber las pocas posibilidades que existen de que eso ocurra
 
—Me enorgulleces, espero que sigas así y hagas caer a tus pies a cualquier hombre —le guiño un ojo empinándome la botella de agua.
 
—¿Y qué tal tú? Hace mucho que no tienes un novio o amante formal ¿acaso ya te están gustando las mujeres? ¡oh por Dios! ¡te gusta Andrea! —escupo el agua sobre el verde césped.
 
—¿Qué locura acabas de decir? —me limpio los labios con una servilleta, miro a la pelirroja con el ceño fruncido— Andrea no me gusta y desafortunadamente no soy lesbiana.
 
—¿Entonces? Últimamente has estado comportándote mucho —observo como comienza a temblar por el frío que se desata en estas épocas del año.
 
—No es nada, simplemente mi vibrador me gusta más, no vienen con un hombre incluido ¿no es increíble? —asiente divertida, llamo a un sirviente y le pido que le traigan un abrigo a mi invitada— ¿Qué has encontrado en la web? —pregunto cambiando al tema que realmente me interesa.
 
—Los chicos me han estado enviado los archivos y URL pero siempre que trato de entrar es como si desapareciera, solo puedo entrar por un pequeño lapso de tiempo —de su maletín saca su laptop personalizada colocándola sobre la mesa.
 
—¿De qué te sirve ser una súper genio en sistemas y tener acceso al 80 por ciento de internet si no puedes encontrar una red de pedofilia global? —inquiero divertida, lo que Lucy menos tolera es que duden de sus capacidades intelectuales.
 
—Dame un minuto —pide y sonrío interiormente.
 
Sus manos son hábiles al momento de moverse tecleando a la velocidad de la luz, las pecas de la pelirroja resalta con su piel pálida por el frío, disfruto de la tarde junto con Lucy que no tarda demasiado en dar con una dirección.
 
—¡Listo! He dado con un lugar donde se lleva a cabo el intercambio de mercancía —espeta orgullosa— Dan, puedes graficar todo, un mapa del lugar, entradas, salidas, pasillos, necesito todo —le ordena al asistente— también busca una manera de como espiar desde adentro, hackea el sistema.
 
—Enseguida, señorita Gallagher —responde Dan.
 
—Listo, en unos minutos tendremos todo un plan... ¿Por qué tanto afán en sacar a la luz los trapos sucios de los Reyes? Sé que no se llevan bien pero no creo que sea para tanto —curiosea llevando una golosina a su boca pintada de café.
 
—Me han estado cagando el palo desde el año pasado, ¿sabes cuántas veces me han citado para hablar de mi “mal comportamiento”? Ellos no quieren dialogar lo que quieren es reprimirme —enfurezco— mi padre no hace nada así que lo haré yo, por si quieren volver a intentar mandarme a una misión suicida al menos no seré la única perjudicada.
 
—Si algo te pasa las pruebas que los culpan saldrán a la luz ¿cierto? —concluye.
 
—Que lista eres —sonrío.
 
—¿Quién se encargará de eso precisamente?
 
—Alguien de mi confianza —asiente no muy convencida.
 
—Todo listo, señoritas —la voz de dan se hace presente— el lugar es London Zoo que se encuentra en Outer Cir, London NW1 4RY, Reino Unido. Aquí abundan especies en…
 
—Silencio —lo corto— ¿Qué tiene que ver un maldito zoológico? Dan ¿estás seguro? —le pregunto al maldito asistente.
 
—Muy seguro, los planos del lugar ya están en sus teléfonos celulares al igual que los horarios de entrada y salida de visitantes y del personal, igualmente tienen acceso libre al sistema y sus cámaras de seguridad.
 
Reviso mi celular confirmando lo que dijo Dan, ¿Por qué rayos estoy revisando un maldito zoológico?
 
—No hay nada fuera de lo común —comenta Lucy— aunque concuerdo en que es un excelente lugar para hacer intercambios de mercancía, tal vez vengan junto con los animales.
 
La observo unos segundos, hay probabilidad de que tenga razón ¿pero como rayos descubriremos eso?
 
—Escanee el inmueble, hay túneles donde llevan a los animales cuando hay mantenimiento de sus hábitats, pero no hay cámaras en ese lugar —sigue el asistente inteligente.
 
—¿Sabes si hay una forma en que Tory y yo entremos? —le pregunta la pelirroja.
 
—Por supuesto, oficialmente las dos están contratadas, empiezan mañana después de las cuatro con un horario de estudiantes y un salario mínimo de cien libras —ambas nos atragantado con el agua al recibir la información.
 
—¿Qué mierda acabas de hacer? —espeto.
 
—No hay otra forma de entrar si no eres un trabajador —es lo único que responde.
 
—Genial, ahora seré una empleaducha con un salario de cien libras —ironizo.
 
—Ve el lado bueno, pasarás más tiempo conmigo —sonríe levantándose— Vayamos al laberinto de arbustos, hace años que no jugamos ahí —pide animada.
 
—Ya estamos bastante grandes para hacer tal cosa.
 
—¡Anda! —ruega levantándome a la fuerza— Pasemos un rato agradable —sonríe antes de llevarme al gigante laberinto bien cuidado.
 
 

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