CAPÍTULO 20

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NICK

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NICK.
 

Odio tener que hacer esto pero no me queda de otra.
 
Escupo el resto de sangre que quedaba en mi boca, me limpio los labios con el dorso de mi mano mientras me levanto del suelo viendo alhombre que tal vez está muerto, su sangre sale con abundancia formando un charco enorme en cuestión de segundos.
 
 —Estas dentro —miro al hombre con semblante asqueroso—, trabajarás para mi.
 
—Con tal de que la paga sea buena —lo miro fijamente.
 
Tiene cabellera larga ondulada color negro, es demasiado flaco, sus huesos sobresalen en cualquier parte de su cuerpo, tiene los pómulos sumidos haciendo que sus ojos se vean más grandes y saltones, su nariz está torcida y su sonrisa es lo más horrible de él ya que sus dientes están amarillos y verdes.
 
«Pero que asco»
 
—No me decepciones, Frank porque te mato —me amenaza, asiento.
 
Todo se complicó, llegué buscando trabajo ofreciéndome de chofer, yo iba a manejar las camionetas llenas de esclavas pero un maldito me acusó de pertenecer a la policía desatando el caos en todos, me encañonaron así que tuve que probar que no era un maldito policía. Me echaron a pelear con el tipo que me acusó, solo uno podía salir victorioso y yo no soy ningún perdedor.
 
—Lamento haber dudado de ti —sonríe con falsedad—, y aunque fueras policía ahora nadie puede saber de esto porque te meterían a la cárcel por matar a un hombre.
 
—Eso no pasará porque no soy un maldito policía —aseguro.
 
—Te creo, así que andando ¡que alguien limpie esto!
 
Las cosas no salieron tan mal, después de todo ahora trabajaré junto con el que está al mando. Espero que a Trevor no se le haya complicado nada.
 
Tengo que hacer doble trabajo, primero me enfocare en la misión principal al mismo tiempo en que investigo más acerca de Serpiente y de Muerte.
 
«Que sobrenombres tan más estúpidos»
 
El primero no es tan importante pero el segundo… el segundo aún tiene cuentas pendientes con Tory y sobre todo conmigo. Ambos nacieron de las mismas entrañas pero uno es más poderoso que el otro y yo voy por lo mejor.
 
«Me las pagará»
 
 

***

 

 
Las semanas pasan, la abstinencia de sexo me tiene mal, todo el tiempo estoy enojado, necesito con quien descargarme.
 
La campanilla del local suena llamando mi atención, Andrea entra con una radiante sonrisa, nos ve de inmediato y camina hacia nosotros.
 
Trae una boina roja, una camisa blanca con rayas negras y una falda a juego pero sus botas color cereza que le llegan arriba de las rodillas se lleva toda mi atención.
 
La maldita rubia me calienta, empiezo a hiperventilar imaginando cómo se sentiría emplearla contra la pared mientras sus botas se entierran en mis glúteos. Me remuevo incómodo encontrándome con una casa de campaña en mis pantalones.
 
«Joder ¡estoy erecto!»
 
—¿Quieres agregar algo más, Nick? —me pregunta Luigi, niego—. Bien, ya le mandé el informe a la general, eso es todo chicos ¿vamos por unos tragos? Tanto café ya me hastió.
 
 —¡Sí! Deberíamos recorrer la ciudad ¡será espectacular! —responde airosa la rubia.
 
—No creo que sea buena idea, alguien pude reconocernos y todo acabaría —opina Trevor.
 
—Que cada quien se largue a su casa —me levanto colocándome mi saco.
 
—Seguro que tu te irás a algún club de adultos —se mofa el pelinegro— ¡anda! Solo vamos por unos tragos, hay un lugar que no es muy concurrido y solo van personas de poco dinero.
 
Volteo a verlos, todos quieren ir, joder, yo solo quiero zacear mis ganas de coger. Comienzo a caminar a la salida del café, volteo a verlos con el ceño fruncido.
 
—¿Vienen o no?
 
—¡Sí! —exclaman todos a la vez.
 
A veces creo que aún son unos malditos niños.
 
Todos nos adentramos al auto de Fanny. Llegamos a una taberna de mal gusto con alcohol barato.
 
—¡Traigan otra botella! —pide por cuarta vez, Fanny— ¡vamos a celebrar por el triunfo de la misión!
 
—Pero apenas vamos un mes en esto —dice Andrea, me concentro en la forma en que se mueven sus labios de bratz.
 
Son tan besables.
 
—¿Te sirvo más? —me pregunta el rubio pero niego.
 
Deje de tomar desde que mi vista se volvió borrosa, de seguro este alcohol está adulterado. Todos terminaremos en un coma etílico.
 
—Esta es tu primera misión ¿te siente emocionada? —Trevor le pregunta a Andrea.
 
Decido quedarme callado, odio establecer conversaciones vagas.
 
—Sí, estoy dando lo mejor de mi y…
 
—Es muy buena la información que nos entregas —la interrumpe Luigi—, he estado viendo como le coqueteas al bar tender ¡picarona! —la codea con complicidad.
 
Ruedo los ojos molesto, ya me quiero largar de aquí. Salgo a fumar, enciendo el aparato que me permite contactarme con los demás.
 
Tory.
Sé cómo manejar situaciones como estas, Serpientes no es problema para mí y lo sabes.

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