La semana ha pasado volando. Los encuentros con Derek han sido esporádicos, pues ha tenido urgencias en el hospital. Hay un caso que los tiene trabajando más de la cuenta. No obstante, las veces que ha venido han sido fugaces pero cargadas de miradas lascivas.
Estoy llegando de mi rutina matutina cuando veo el coche de Derek, son a penas las 8 de la mañana.
¿que hace tan temprano en mi casa?—¿Hola? —saludo cuando entro. Está sentado en la sala.
Se levanta muy rápido y mira el reloj de su muñca —llegas a tiempo —fruso el ceño.
—¿A tiempo para qué?
—Iremos a desayunar los niños y yo, estás invitada. —era algo habitual cuando los niños están de vaciones.
—No, gracias, me tengo que duchar.
—No hay problema, te esperamos. —estoy apunto de decirle que no es necesario cuando bajan mi hijos.
—Si, mamá ven conostros —me suplica Drew. Tengo que cumplir mi promesa
—Bien, tengo ducharme —todos sonríen alegres por mi decisión.Tomo una ducha rápida, no quiero tardar más de la cuenta, al terminar me envuelvo en una toalla y salgo a buscar mi ropa. Doy un respingo cuando veo a Derek colado en mi habitación.
—¿Que demonios haces aquí? Sal ahora mismo... —lejos de parecer enojada, estoy nerviosa.
—Solo queria pedirte algo
—¿Y no puedes esperar a que baje?
—No. —se acerca a mi— ¿podrías poner carmín en tus labios?
Levanta su mano y con su índice acaricia mi labio inferior. Trago con dificultad mientras me aferro con fuerza a mi toalla.
No detiene su recorrido, su dedo sigue un camino apenas palpable y desceiende por mi cuello. Arde.
—No —carrespeo— no tengo planeado usar maquillaje.
—Por eso he venido a pedirtelo —su mano ahora esta en mi muslo. El pulso se me acelera cuando se minisculle de bajo de la toalla y empieza a subir con lentitud. Aún no me he pesuto bragas.
—¿Lo harás? —su voz es muy grave.
—No —me alejo de su toque, tomando voluntad de no se donde para hacerlo— si me permites me tengo que cambiar. —Me encierro en el armario.Me recargo en la puerta y tranqiuilizo mi respiración. Esto te va a costar sangre y sudor, Derek, aunque me encante tu coqueteo, no me vas atener tan fácil.
Me repito mentalmente.Elijo jeans, una camiseta super sencilla blanca y zapatillas negras, cuando salgo ya no está, seco mi cabello y lo dejo rebelde y me dispongo a bajar, pero me detengo y lo pienso bien.
Resalto mis pestañas y labios, no uso carmín, pero si rojo cereza. Aunque Derek no distinga entre uno y otro.Al bajar intento reprimir una sonrisa, esté boquiabierto, y no me quita la mirada de encima.
—¿nos vamos?
—si, si —sacude la cabeza.Vamos al pequeño local que solíamos frecuentar, intento sentarme lo más alejada de él pero no lo permite, mueve a Drew de lugar y este cómplice acepta.
Por debajo de la mesa busca mi pierna, en ocaciones la acaricia o roza su rodilla con la mía, truco viejo pero infalible. Lucho con todo mi ser para no caer en la tentación. Me mantengo serena y indiferente.
—¿puedo probar esos labios? —susurra a mi oído de una manera muy sútil.
No digo nada.De regreso a casa se disculpa con los niños y aununcia que tiene que ir al hospital. Promete regresar. Per antes de marcharse me pide que le ayude con algo, no es más que otra trampa.
Me toma de la cintura y me pega a su cuerpo. Intento zafarme pero me lo impide.
—déjame probar esa boquita.
—no, suéltame —lo empujo de los hombros con ambas manos.
—¿por que te resistes?
—¿por que tengo que ceder?
—porque lo deseas.
—¿que te hace pensar eso?
—tu mirada, tu rubor, tu respiración —acerca sus labios y lo esquivo.
Me toma de la nuca invovilizándome, apoderándose de mi boca. Me besa con violencia, sin delicadeza y le correspondo. Nos fundimos en un beso apasionante por unos segundos hasta que me aparto de él.
—ah no, nada de besos ni insinuaciones, te comprtas o..
—¿o que?
—no habrá más salidas juntos.
—salidas no...besos ¿si? —esboza una retorcida sonrisa
—ninguna —ruedo los ojos
—o ambas —ladea su cabeza
—ya basta, esto no es una negociación, hablo en serio —camino a la puerta de entrada.
—no finjas que no te ha gustado —me giro para verlo
—se te hace tarde. Ya lárgate. —sonrío.
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Cuando Las Hojas Caen (EDITANDO)
Short Storydespués de 15 años juntos Jade Romanov decide dejar a sus esposo, Derek Romanov un exitoso neurocirujano y de los más prestigiados de Estados Unidos, al descubrir que el le era infiel. Jade al enterarse de las múltiples mentiras e infidelidades actú...