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Volvimos al establecimiento para buscar a Adam, pero él me conocía como nadie y sabía que había llorado, intenté ocultarlo, fue inútil.
Al ver que no le decía nada se aventó a Derek y estaba a punto de golpearlo.
No me quedó otro remedio más que decirle toda la verdad. Así es, desde como lo conocí, todo lo que pasamos hasta casarnos.
Adam nos mira sin expresión, con su mentón sobre sus manos juntas como si estuviera rezando.
—Adam, di algo por favor
—están locos... verdaderamente locos
—no es le fin del mundo Adam —digo apenada
—a pasar de ello, se que la amas... Y quiero que se pasan que tienen mi apoyo —ambos, soltamos el aire que sin darnos cuenta, conteníamos.
—pero te a divierto, si lastimas a mi hermana, sin tan solo las haces llorar por cualquier cosa, será mejor que yo no me entere, porque te desfiguraré tu linda cara —dice muy serio, pero yo intento contener una risa.
—lo tendré en cuenta —Derek traga con dificultad, pero a pesar de su hilo de voz, hay seguridad en esa pequeña oración
—bienvenido a la familia —Adam extiende su brazo y esboza una media sonrisa.

Cuando llegamos a casa, mi madre ya casi tenía todo preparado, Derek y Adam subieron a cambiarse y yo me quedé con ella para ayudarle a terminar.
—puedes revisar el pavo si quieres —me evita la mirada.
—¿quieres que termine de preparar la pasta?
—ya casi está —sonríe forzada
—mamá ¿quieres decirme algo?
—no
—mamá te conozco bien, algo pasa por tu cabeza... vamos, suéltalo —me mira nerviosa, asustada— vamos mamá, solo dilo, no lo tomaré a mal
—¿estás embarazada? —¿Qué?  ¿como puede pensar eso? Me quedo en shock— ¿por eso te casaste con él? Porque estas embarazada
—¿como puedes pensar eso de mi mamá?  —me ofendo
—tranquila Jade, solo tenía esa duda, ¿recuerdas lo que decías cuando eras más joven?
—si, decía que jamás me casaría, pero que si encontraba alguien que valiera la pena, compartiría mi vida con él... mamá verdaderamente lo amo y él a mi
—me siento muy orgullosa de ti Jade, y quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que sea hija.
—gracias mamá —la abrazo— pero no quiero que tengas problemas con mi papá
—no me importaría
—gracias mamá... Por cierto ¿donde está?
—fue a recoger a tu abuela
—¿la abuela viene? —la boca se me seca —¿no pasaría las vacaciones con el tío John?
—él y su familia pasarán las vacaciones en un crucero y ya sabes que tu abuela no le gusta viajar.
No puedes ser, la abuela está aquí, y me preguntará sobre el dinero. Dios estoy en problemas si lo menciona.

La tensión en la mesa es muy hiriente, todos comemos en silencio —incluso Adam—  y solo el agudo sonido de los cubiertos chocando con la cerámica de los platos especiales que usábamos ese día, era la única melodía con la que nos podíamos deleitar en esos momentos... Hasta que.
—pero que coño, ¿quien ha muerto? —dice la abuela
—para papá... Jade —le sigue el juego Adam
—¿estás molesto con tu hija Joe?
—no es necesario hablar de eso en estos momentos madre
—bien... —ignora a papá— ¿por qué estás con mi nieta? —se dirige a Derek.
Derek que esos momentos parecía estar concentrado en sus pensamientos, alzó su mira directo a mi abuela, la mira por unos segundos y luego me mira a mi.
—porque Jade es mi luz, mi guía, soy un desastre si no esta a mi lado, por ella sueño, y ambiciono, además, es encantadora —me guiña un ojo y me sonrojo.
—tengo que reconocer que tu forma de mirarla es... Muy peculiar, y puedo ver que realmente la amas
—con todo mi ser —Derek mira a mi abuela directamente a los ojos
—¿me darán un bisnieto?
Mi padre casi se ahoga con su bebida —claro, pero no Ahora —mi abuela hace un mohin
—cuéntame sobre tu familia —le pide mi abuela y papá pone los ojos en blanco.
—bueno, ahora somos mamá y yo, papa murió hace tiempo y soy hijo único, pero ahora mi madre pasa por la terrible enfermedad de la demencia
—oh lo siento mucho
—no hay problema —sonríe con educación, a papá se la hace un nudo en la garganta que intenta ocultar.
Luego, el comedor se vuelve a quedar en silencio. Tenso.  Cortante e hiriente.
—y ¿has comprado el auto con el dinero que te envié Jade? —pregunta mi abuela de repente.
Oh Dios, creo que arderá troya.
—aún no lo he comprado abuela
—¿que dinero? ¿de que hablan? —pregunta mi padre
—no es de tu interés
—claro que si, ese dinero es para sus estudios, lo dijo mi padre en su testamento. Y yo que sepa, no tiene que recurrir a ello aún
—pero Jade quería comprar un coche, así que se lo envíe
—¿y donde esta el dinero ahora?
—guardado —digo sin mirarlo
—bien, en cuanto llegues me enviaras el cheque
—no lo voy hacer papá, ese dinero es mío... Y ya no lo tengo —esa revelación vino a mi, como un vomito verbal
—¿que hiciste con el?
—es asunto mío
—te exijo que me lo digas... Ahora
—me lo dio a mi —intervino Adam
—¿Qué?
—si, como tú le has dicho a la abuela que no me De nada, le pedí a Jade su parte para comprar una cámara —Adam soñaba con ser director de cinematografía, pero papá quiere que valla a la universidad.  por ahora trabaja como asistente
—¿que demonios les pasa a ambos?
—calmate Joe, no es el fin del mundo
—¡tú cállate madre!
—no le grites a mi abuela —golpea Adam la mesa con sus puños
—basta —dice Derek, yo aprieto su mano suplicando que no diga nada— el dinero me lo ha prestado a mi, tenía que pagar la escuela si no me hecharian
—genial, se usó para la universidad, asunto arreglado —dice la abuela intentando dar fin a la disputa, pero papá tenía que sacar su furia
—para la universidad de mis hijos
—bueno, ahora el también es tu hijo
—¿por eso te casaste con mi hija?
¿es tu minita de oro?
—Joe —le reprende mi madre, Adam y yo, incluso la abuela lo fulminamos con la mirada.
—basta —aprieto los dientes
—si, tiene razón, no lo había visto de esa manera
—¿que quieres decir?
—eso, que me casé con Jade por conveniencia, tiene buena posición económica, es de buena familia, es muy sexy... que mas puedo pedir
—¿se está burlando de mi?
—oh no señor Lane, solo que si va a odiarmen sin razón, al menos quiero darle una para que lo haga —Derek reta a mi padre, pero yo sabía que lo que había dicho era mentira.
—¡fuera de mi casa!
—claro, me largo —se levanta y mi corazón se rompe— pero me llevaré conmigo a mi esposa
—mi hija no se irá
—si mi esposo no es bienvenido en tú casa, lo siento papá, pero mi lugar es a su lado, así que si, me voy
—yo también me largo —dice Adam
—Adam sube por mi equipaje, yo también me voy —se une la abuela
—Joe pide disculpas, porque si ellos se van, lo lamentarás, no bromeo y sabes a lo que me refiero —le dice mi madre con amor, con tranquilidad. sólo mamá podría hacer entrar en razón a papá. Él por su parte no podía llevarle la contraria, la amaba tanto, que no soportaría perderla.
Pero yo siempre intuía que había algo más.
—Sally, no por favor —ella espera unos segundos
—bien, disfruta de tu casa... Solo.
Derek sale del comedor y yo lo sigo, está muy molesto, pero no sólo eso, está herido, y yo se perfectamente que saca su enojo golpeado algo, pero se detiene en no hacerlo. Camina con paso firme y aprieta sus puños, tanto que sus nudillos se han puesto blancos, y su piel se ha teñido de rojo.
—oye —acuno su rostro con las palmas de mis manos y pego mi frente a la suya. Sus ojos están desorbitados.
—tranquilo, todo está bien —respira agitado
—perdóname Jade... No... Yo no... sabes que no quise decir eso
—shhh, lo sé,  salgamos de aquí ¿quieres?
—la verdad si, no quiero estar ni un minuto más aquí
—vamos por nuestras cosas.
—alto —la voz de mi padre se escucha a nuestras espaldas. Yo volteo pero Derek no, él va tras de mi dos peldaños abajo y me súplica con sus ojos que continúe mi camino
—no se vallan —dice papá— perdonen mi comportamiento, no debí decir todo eso.
Escruto la reacción de Derek a sus palabras, se queda inerte, no sabe que decir.
—nos has lastimado papá, y mi esposo y yo hemos tomado la decisión de irnos
—jamás debí de decir eso, lo se, pero debes entender que esta noticia me ha tomado por sorpresa
—lo siento si no puedes lidiar con eso papá... vamos Derek
—lo intentaré, solo denme tiempo, Derek por favor... disculpa mi ofensa, quédate
—sólo si puede entender que mis intensiones hacia su hija son las más honestas y que realmente la amo —lo mira fijamente, sin pestañar, sin titubear, habla fuerte y claro
—lo intentaré
—supongo que es algo
—¿se quedan?
—¿que dices? —gira para verme
—si tu quieres
—hay que intentarlo —su media sonrisa me derrite.

Cuando Las Hojas Caen  (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora