1997:
Después de ese diminuto encuentro, el fin de semana no lo vi, me cuestioné, ¿que hacía por las tardes? Y ¿que hacía el fin de semana?.Ryan me invitó a cenar el domingo por la noche, a un pequeño restaurante, era muy acogedor y muy limpio, nos sentamos en una mesa para dos, esperando a que llegara el mesero o mesera a tomar nuestra orden
—ven a esquiar conmigo
—ya te dije que no tengo suficiente dinero, mis papas están ahorrando, quieren ir a París a festejar sus 25 años de casados, no puedo, ni quiero pedirles dinero —bueno la verdad es que si tenía, pero no quería ir con el, los deportes extremos no son lo mío
—sabes bien que mi papá me pude dar el dinero, solo es cosa que se lo pida —maldito niño rico
—no Ryan, no quiero que le pidas nada, ve sin mi, estaré bien
—claro que no voy a ir sin ti, así que ya lo decidí vienes conmigo quieras o no, de verdad muero de ganas de ir y lo quiero pasar contigo
—tú no decides sobre mi Ryan, no voy a ir, no quiero, y yo no quiero que te lo pierdas por mi, pero no me obligarás
—Jade por fa...
—¿listos para ordenar? —mi corazón se paralizó, esa voz, tan única y sensual sólo podría ser de alguien
Levanté mi cabeza, y confirmé mis veredicto, ¡Derek de mesero!
Siempre creí que era el típico niño rico que obtenía todo con el chasquido de sus dedos.
Me equivocaba.
Llevaba una camisa tipo polo negra y un pantalón negro también, siempre tan sexy
—el repara sesos —espetó Ryan burlándose. Fruncí el ceño, ¿Ryan le conocía?
—Ryan... ¿que tal? —dijo muy serio y formal
—nunca creí que te humillaras tanto
—Ryan ¿que te pasa? Ser mesero no es humillarse —me molestó demasiado su comentario
—tú cállate nena
—¿que te pasa imbécil? ¿Te sientes el sol o que demonios tienes en el cerebro?
—Jade, nena baja la voz
—no Ryan, ¿por qué tratas a la gente así?
—¿por que defiendes a este mujeriego? —me gritó furioso
—no voy a permitir que le hables a una mujer así, sal de aquí Ryan —se retaron con la mirada, desafiantes como dos enemigos que se odian a muerte
—vamonos, Jade —se levantó Ryan arrastrando su silla
—yo no voy contigo
—Jade, no estoy para tus berrinches, nos vamos dije —jaló de mi brazo
—Ryan sultame me lastimas
—suéltala Ryan —dijo Derek con toda tranquilidad
—o si no que perdedor ¿me golpearás?
—jamás en tu vida me vuelvas a llamar perdedor —dijo entre dientes apretando los puños
—¿o que? —lo retó
—basta Ryan, vamonos —dije de repente para evitar una riña.
Salimos del local, y nos dirigimos al los dormitorios del campus, en todo el camino no le dirigí la palabra.Al día siguiente Ryan tenía práctica. No fui.
Me quedé en el comedor, entonces lo vi pasar, tomado de la mano de otra chica diferente, algo dentro de mi se apoderó, me sentí irritada, enojada, sin tener algún argumento, pero aún así lo sentí.
Cerré de un golpe mi libro y salí de ahí.Me sentía intranquila, ansiosa, porque no había visto a Derek en tres días, así que tuve una idea, ir al restaurante donde trabajaba... Pero ¿que iba a decir cuando llegara? ¿ y si piensa que lo estoy siguiendo? No quería que pensara que yo fuera una zorra. Pero moría de ganas por verlo pero ¿por qué?. Me debatía en ir o no ir hasta que me arme de valor y me dirigí al restaurante.
Con cada paso mi corazón se aceleraba, las piernas me temblaban. Literalmente moría de nervios. Cuando llegué me senté en una mesa para dos, busqué por todos lados para ubicarlo, pero no lo lograba. Minutos después salió por una puerta, creo yo que pudiera ser de la cocina.
Arrugó su frente cuando me vio, caminó con paso vacilante hasta mi mesa
—Hola cosa —me enseñó esa sonrisa, la cual me derretía
—no me gusta que me digas cosa
—¿vienes sola? —asentí— ¿puedo?
—si —entonces se sentó frente de mi
—¿que te trae por aquí? tu cardiólogo personal no estará muy contento
—no me importa, quería alejarme de él —me miró en silencio, sin expresión alguna
—hace unos días te importaba mucho
—la verdad es que quería charlar contigo —alzó sus cejas sorprendido
—creí que no querías nada que ver conmigo por ser un don nadie
—al contrario, eres... interesante —mordí mi labio inconsciente de ello. Se le ensombreció la mirada ante mi gesto
—haber cosa... dejemos en claro algo, ¿que buscas de mi? —parpadeé como idiota.
Yo quería todo de él, pero no se lo iba a decir. No en ese momento
—tú amistad, por supuesto
—¿sólo eso? —no, pensé
—si... Tiene algo de malo ¿o tu novia se enoja? —se río,
—creí que ya sabías que no tengo novia, la pregunta es ¿no se enojará el patán de tu novio?
—no tiene por qué saberlo
—yo no quiero ser tu amigo —fruncí el ceño— no me gusta besar a mis amigas
—no quiero que me beses
—¿segura?
—creo que fue un error venir, no se por quien me tomas
—tranquila cosita, siéntate, seámos amigos entonces
—¿por que dices no sueles tener novias? No lo entiendo cada semana te veo con alguien diferente —me miró durante un buen rato.
—está bien, ya que somos amigos te lo contaré... Yo no puedo tener novia porque todo el día me la paso trabajando, a diferencia de tu novio yo no nací en cuna de oro, trabajo para pagar mis estudios y una novia implica cuidados, atención, amor, cosas que yo no tengo, pero soy hombre y tengo necesidades, así que me quito las ganas con las chicas sexys
—¿jamás te has enamorado?
—¿que es el amor?
—no lo se...perder la cabeza por alguien, soñar con esa persona, sentir tu corazón acelerarse cuando la veas, querer cuidarla, protegerla, pensar en ella antes que en ti
—ves, yo no tengo tiempo para eso, y para poder darle todo lo que se requiere, primero necesito ser alguien
—el amor no avisa, simplemente sucede
—¿estás enamorada de Ryan?
—no
—entonces ¿por qué eres su novia?
—no lo sé, si lo quiero pero no estoy enamorada de él
—entonces, si follas sin sentir amor —me ruboricé
—oye, también tengo necesidades. —ambos reímos.
El local estaba algo vacío y de vez en cuando Derek se levantaba a atender a la gente que llegaba o se retiraba. Platicamos mucho tiempo, tanto que la media noche nos sorprendió.
Derek era un tipo muy agradable y me hacía reír mucho, me sentía muy cómoda con él, como si lo conociera de años, en ratos quería lanzarme a sus brazos y probar esos labios, pero reprimía las ganas.Días después mientras iba caminando lo vi pasar hecho una furia. Entonces Le seguí.
Su vestimenta siempre era vaqueros y playeras con estampados o lisas y una chaqueta de piel negra en conjunto con botas o converse.
Caminó y caminó hasta llegar a un parque, ahí, aventó su mochila y le dio de patadas a un poste de madera que estaba enterrado en la tierra, lo pateaba una y otra vez mientras maldecía, cuando lo aflojó lo tomó con las manos y arremetió contra un árbol, lo golpeaba tan fuerte que las frágiles hojas otoñales caían con cada sacudida. Derek tenía mucho enojo, y esa, creo yo era la única forma de desahogarse, segundos después cayó de rodillas. Las hojas crujieron.
—Derek —me acerqué sigilosamente— ¿estás bien? —dio un respingo y secaba sus lágrimas
—ahora no, cosa, necesito estar solo
—pero quiero saber que te pasa ¿somos amigos no? Hablamos de las cosas que nos perturban, de cosas que nos afligen —me senté a su lado
—ay cosita, tu me encantas, pero tengo que resignarme a ser tu amigo —acarició mi labio inferior con su pulgar— soy tan poco para ti —tragué saliva
—¿dime que te pasa? —preferí cambiar de tema
—tengo una deuda —resopló—. enorme, me he atrasado con los pagos del banco y no he podido pagar la universidad, estoy hundido, no puedo más, pero no quiero dejar de estudiar, esta es mi pasión, no se que hacer
—¿debes mucho dinero?
—muchísimo, con lo que gano en el restaurante no ajusto, tendré que truncar unos años mi carrera y buscar un trabajo de tiempo completo
—tengo ahorrado dinero, puedo prestartelo —me miró como bicho raro
—definitivamente no
—¿por que no? Después cuando seas el mejor neurocirujano del país me lo pagarás —frunció los labios
—es que eso no es todo, mi madre ha perdido su casa por ayudarme a pagar, ahora vive con mi tía y está enferma
—¿y tu padre?
—el murió cuando tenía 13 años, un infarto fulminante acabó con su vida, me hizo tanta falta
—lo siento mucho
—está bien, fue hace mucho tiempo —se encogió de hombros
—déjame ayudarte
—¿por qué cosita? Ni si quiera me conoces lo suficiente, además, es tu dinero, no puedo hacer eso... Ya me las arreglaré
—veo mucho potencial en ti, y no es justo que por dinero trunques tu sueño
—bueno, no todos tenemos suerte
—acéptalo, por favor —negó con la cabeza y en un impulso entrelacé mis dedos con los suyos —por favor —le supliqué. Nuestros ojos Bailaron en silencio
—no me mires así cosa —luego apoyé mi cabeza sobre su hombro —lo haré con una condición —me erguí rápidamente
—¿cual? —pregunté intrigada
—que tengamos una cita —increíblemente su humor era distinto, tan relajado y jovial como siempre
—creí que tu no eras de citas —bromeé
—es lo mínimo que puedo hacer
—¿como amigos?
—como lo que tu quieras.2012:
—Jade, mi amor ¿que tienes? —el hombre al que le entregué mi juventud, mi tiempo, mi vida, mi corazón, era un excelente actor
Llevaban años haciendo esto y actuaba como si no pasara nada. En ese momento al hombre que yo más amaba, lo odié.
—nada, tengo dolor de cabeza, estoy muy cansada, solo quiero dormir
—¿necesitas algo? te puedo dar un masaje, ven quiero abrazarte toda la noche, te extrañé muchísimo —Entre mas hablaba más lo repudiada y mi furor aumentaba, pero no quería enfrentarme a él, aun no era tiempo. me abrazo por de tras —quiero sentir tu cálida piel en la mía, mi amor
—Derek no me toques, aléjate de mi —le dije frustrada
—pero ¿que tienes cosita? ¿por qué me tratas así?
—sólo mantente alejado de mi
—es por que no llegué a al recital ¿verdad?
—olvídalo Derek, hace mucho tiempo deje de confiar en ti, dejé de esperarte
—ven mi amor, sabes que trabajo para darles lo mejor a ti y a mis hijos ¿no?
—ahórrate tu discurso, no quiero hablar contigo y mejor me voy a dormir a la habitación de huéspedes. —ya no soportaba estar cercas de él, me daba asco.Estaban tan deprimida, no podía conciliar el sueño, intentando recordar cuando fue que pasó, ¿por qué jamás lo intuí?
¿cuanto tiempo se burló de mi?
Rodaba y Rodaba en la fría y solitaria cama, de pronto escuché la puerta abrirse. Derek enteraba
—mi amor, ¿podemos hablar? —no contesté —no me ignores cosita, si no me dices que tienes, no sabré que hice mal —se sentó en el borde de la cama
—por favor Jade, me duele tu silencio —y a mi su traición, entonces ya no lo pude soportar, y exploté en llanto
—no nena, por favor no llores, me parte el corazón verte así
—Derek, vete por favor, no quiero verte ni oírte, déjame sola
—pero Jade, ¿cual fue mi delito?
—vete, si me amas, vete.
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Cuando Las Hojas Caen (EDITANDO)
Short Storydespués de 15 años juntos Jade Romanov decide dejar a sus esposo, Derek Romanov un exitoso neurocirujano y de los más prestigiados de Estados Unidos, al descubrir que el le era infiel. Jade al enterarse de las múltiples mentiras e infidelidades actú...