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2012
Sueño cosas del pasado, cosas bonitas, en mis sueños está Derek,  también yo, sueño sobre nosotros, nuestro amor, los bellos momentos, todo es un poco borroso, pero en el hay paz... luego un destello ciega mis ojos, es tan fuerte que duele, los abro y me siento un poco desorientada, segundos después recobro el conocimiento y y reconozco donde estoy.
Estoy en mi inmaculada, enorme y ahora fría habitación, la cabeza me duele, y mis ojos arden, y descubro que el sol está apunto de llagar a su punto más alto, por Dios santo, me he quedado dormida. Pego un brinco de la cama, calzo mis pantuflas y me coloco mi bata, corro a las habitaciones de mis hijos.
—Jade —grita mi madre
—mamá ¿por qué no me has despertado? Ya se me hizo tarde para la escuela
—tranquila hija, los he preparado y Derek pasó a recogerlos
—¿pasó?
—si... Jade, recuerda que anoche lo echaste
—oh —lo había olvidado por completo
—¿estás bien?
—si mamá
—bueno, ¿quieres desayunar?
—no tengo hambre... creo que iré al gimnasio, necesito distraerme
—entonces, supongo que pasaré la mañana sola —dice mi madre un poco triste
—puedes acompañarme si quieres madre
—descuida estaré bien —dice seria

Después de una hora de ejercicio, decidí que era suficiente, tomé mis cosas e intenté escabullirme de Enrique.
—¿te irás sin despedirte? —no lo logré, me atrapó justo antes de salir
—Hola Enrique, lo siento es que mi madre esta de visita y no es bueno dejarla sola
—entiendo, ¿pero no entiendo porque huyes de mi?
—no lo hago... hablamos luego ¿si? —besé su mejilla y salí lo más rápido que pude y monté mi mini van.
Antes de arrancar mi móvil comenzó a sonar, eres el director del hospital. Mi corazón dio un vuelco, y mis manos empezaron a temblar, pensando que algo malo pudo pasarle a Derek
—¿si? —contesté nerviosa
—Hola Jade, disculpa que llame a tu móvil, pero quiero saber que pasa con Derek
—¿qué pasa de que?
—no se ha presentado a trabajar, tampoco contesta mis llamadas... ¿Jade sucede algo?
—señor, tenemos problemas, pero no sabía que no ha ido al hospital
—no, tienes 3 días, y supuse que había pasado algo malo...
—no, estamos bien a cuanto de salud... Solo que no estamos juntos
—oh —hubo unos segundos de silencio— si logras verle ¿puedes decirle que me llame cuanto antes?
—claro que si señor, cuente con ello
—gracias... ah y espero que todo se arregle —su tono era serio

El resto del día esperé a que Derek llegara con los niños de la escuela, pues mi madre me dijo que él los recogería y los llevaría a casa.
—Jade... Jade —mamá chasqueó los dedos en mi cara
—¿ah?
—te estoy hablando
—perdón mamá no te escuché
—hija ¿que es lo que te tiene así?
—el director del hospital, me llamo hace rato y me ha dicho que Derek no se ha parado en el hospital y tampoco coge sus llamadas
—¿crees que se deba a los problemas que están pasando?
—no lo se, pero si es así es una estupidez
—y lo que tú haces también hija
—mamá no te atrevas a decirlo, no lo defiendas
—no lo hago Jade, pero piensa, al no darle una oportunidad lo estas arrojando a los brazos de otra... —la fulmino con la mirada, dio justo donde más me duele— aunque me veas así, te lo tengo que decir... Él es hombre, y sabes que tiene necesidades y...
—basta mamá, no sigas
—piénsalo bien hija —se da la media vuelta y me deja sola en la inmensa cocina.

15 minutos más tarde llega Derek con los niños, los escucho a lo lejos, y por sus sonidos, se que se la han pasado bien con su padre.
—Hola mamá —dice Drew con una enorme sonrisa— en el camino a casa vimos una ardilla que jugaba con su cría se veían chistosas —ríe con euforia al recordarlo
—si y papá detuvo el auto y nos bajamos para hacer un video —ríe Regina— ¿quieres verlo?
—tal vez más tarde nena... ¿por qué no van y le cuenta a la abuela? Está muy aburrida
—si mamá —y ambos salen corriendo.
Me quedo sola con Derek, y es increíble como su presencia aún me hace temblar, me inmuta el hecho de que esté cerca y me mire, trato de no verlo directo a los ojos así que quito pelusas imaginarias de mi ropa, y miro mis uñas.
—¿podemos hablar Jade? —me dice con voz grave, muy grave y, maldición es tan sexy
—si, tenemos que hacerlo
—¿vamos al estudio? —asiento, y sin decirle nada camino hacia allá, el me sigue.
—uau, que hermosas vista —susurra, y me río para mis adentros sabiendo que Derek no puede ver que me sonrojé
Aún así no caigo en su pantano de seducción.

Cuando Las Hojas Caen  (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora