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Escucho los pasos de Derek atrás de mi, camino más rápido pero él me alcanza. Me toma del brazo con fuerza y me estruja. Sus ojos reflejan el furor y los celos cuando lo miro.

—¡Jade! —grita Allie, está entrando junto con mis padres al hospital.

Derek se ve obligado a soltarme mientras yo finjo una gran sonrisa.
Ha dejado dolor en mi brazo. Aún puedo sentir su dedos cortando la circulación de sangre en mis venas. Me duele, más no lo demuestro.

Allie corre hasta mi, Derek se aleja un poco, con mirada pesada, es penetrantante, aunque no lo veo, lo siento, quema mi piel.

—¿es cierto? ¿ha despertado? —pregunta con gran entusiasmo
—si, te espera —hago un ademán con la mano para que continúen.
Espero a que se adelanten, cuando se alejan lo suficiente lo enfrento.

—¿qué demonios te pasa? —mascullo
—¿quién es ese imbécil? —Derek el celoso, esta faceta de el jamás la había visto, o mas bien, hace mucho que no la veía.
—¿de qué hablas?
—no finjas, lo he visto todo
—y si lo has visto todo ¿qué me preguntas?
—¿por qué? —para él hacer esa pregunta le resulta tan doloroso como mil pinchazos en el corazón.
—sólo es un hombre más, quizá afligido y sólo necesita una amiga
—¿y por qué tú?
—y ¿por qué no? —me mira con una intensa furia— soy libre de tener amigos, a relacionarme con quien se me de la gana y tú no lo puedes impedir.
Giro para alejarme de él, no le permito que diga una palabras más
—¡Jade! —grita, sin embargo, no me detengo a su orden.

Cuando alcanzo a mi familia en el pasillo, puedo ver que están reunidos a fuera de la habitación de Adam, señal que aún no ha llegado de los estudios.
Cuando me acerco 3 pares de ojos se clavan en mi pidiendo respuestas.
Camino con paso firme aunque por dentro todo mi ser tiembla.
Esta pelea silenciosa me esta destrozando, esta acabando conmigo lentamente.
Al estar frente a ellos, sonrío tan ampliamente como me es posible.
La angustia y la devastación se anidan en mi garganta privandome de oxígeno. 

—¿qué ha sido eso, Jade? —pregunta mi madre en un susurro.
—nada mamá, es sólo que Derek y yo no...
Ella entiende mis gritos ahogados y, no hace mas preguntas.

Allie me mira con compasión, intenta enteder por lo que estoy pasando, en cambio, solo se limita a consolarme y darme espacio.
En estos momentos, la que sufre más aquí, soy yo. No debería ser así. No debería ser yo a la que miren con lástima. Pero lo hacen.

Me recargo contra el muro, agacho mi cabeza, me abrazo y cierro los ojos. La furiosa y herida mirada de Derek esta clavada en mi mente.
Como quisiera poder disfrutar de sus celos, de su dolor, saborear la venganza, más no puedo y, me enojo conmigo misma por ser tan débil, por intentar ocultar mis sentimientos. 
Desearía que fuera tan fácil y dejar de amarlo tan rápido, con la misma velocidad con la que me enamoré de él. Con la misma intensidad en la que llegué amarlo. Sin embargo, me cuesta tanto arrancarlo de cada partícula de mi ser.

Escucho a Allie sollozar, abro de golpe los ojos y miro a los doctores empujando la cama de Adam.
Mi dolor se aminora un poco al ver la felicidad de aquella chica a la que apenas conozco. Sus hermosos ojos llenos de ternura y amor al ver a mi hermano. Me preguto en silencio ¿mis ojos se veían igual cuando miraba a Derek? ¿cómo se verán a ahora?

Adam levanta un pulgar con debilidad mientras sonríe al ver a la chica de sus sueños al otro extremo del pasillo.
Me imagino que es un soldado herido, héroe de la nación esperando volver con su amada.

Todos esperamos afuera a que lo instalen. Al terminar, cedo mi lugar y dejo que mis padres y Allie entren primero, pero unos de los doctores me dice que no hay problema en estar todos juntos. Entro, y a los pocos segundos entra Derek.

Cuando Las Hojas Caen  (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora