A diferencia de los demás alfas de la hermandad Jeon, Jeon Jungkook nunca quiso verse atado a ningún omega, ya sea hombre o mujer, por muy encantador que éste fuera, y la mansión de su amiga Amarinta le parecía el lugar perfecto para ocultarse de los caza maridos de Londres. Pero un día Jungkook conoció a Park Jimin y todos sus esfuerzos se fueron al traste. Park Jimin por su parte no estaba dispuesto a sucumbir a sus encantos...