36: Preparaciones

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—¡Pasé el examen!

Naruto gritó con alegría y lanzó lejos sus apuntes.

—Felicidades, ahora te falta pasar el examen jounin —dijo Kakashi-sensei con voz cantarina.

Los ojos de Naruto se pusieron blancos y casi se desmayó. Sakura alcanzó a sujetarlo antes de que su cuerpo cayera al suelo.

—¡¿Otro examen?! —chilló, reincorporándose.

—Sí, y es el triple de difícil que el examen chunin.

Me estaba divirtiendo mucho de ver a Kakashi-sensei atormentando de esa forma a Naruto, hasta que vi a Naruto ponerse a llorar y maldecir su propia vida.

—Naruto, para ser jounin solamente necesitas un par de recomendaciones y que Tsunade las apruebe. Eso es todo.

—¡¿En serio, Hanako-chan?! —preguntó, con sus ojos volviendo a la vida.

—Sí —corroboró Sakura—, Kakashi-sensei solo te estaba molestando.

—¡¿Kakashi-sensei, por qué me asusta de esa manera?! —le chilló Naruto— ¡Casi muero!

—Oh, es que en mis tiempos debías tomar un examen. No lo estaba haciendo a propósito, Naruto. Yo nunca te haría eso.

Era obvio que Kakashi-sensei estaba siendo sarcástico pero Naruto no pareció darse cuenta.

—¡Entonces pronto seré jounin! ¡Entonces: BAM! ¡¡Seré Hokage!!

—Entonces nada —lo corté, riendo—. Te faltan un montón de conocimientos para ser Hokage, Naruto. Política, historia, relaciones externas, la jerarquía completa de la aldea...

—Pero Shikamaru puede encargarse de eso... —murmuró con un puchero cansado.

—No puedes dejarle todo el trabajo al pobre Shikamaru —lo regañó Sakura.

Naruto pareció estar a punto de llorar, pero algo le levantó el ánimo de inmediato, porque me miró con la emoción brillando en su rostro.

—¡Ahora que por fin soy chunin y para ser jounin solamente me falta recibir recomendaciones o lo que sea, iré a pedirle a la Abuela Tsunade que nos deje ir a la misión en Amegakure! —dijo.

—¿Misión en Amegakure? —preguntó Sakura.

Kakashi-sensei también nos observó con curiosidad, esperando una respuesta.

—Hace mucho tiempo le hicimos una promesa a una persona de Amegakure —respondí—. Debemos encargarnos de eso.

Tanto Kakashi-sensei como Sakura nos miraron con disconformidad. No parecían satisfechos con mis palabras, pero luego de tantos años conociéndome (y que además, Naruto estaba de mi parte y él era el rey de los tercos), simplemente suspiraron con resignación y no nos dijeron palabra alguna.

—Bueno, confío en el juicio de Tsunade-sama... —terminó por decir Sakura.

Como si eso fuera una autorización, Naruto y yo salimos corriendo hacia la mansión Hokage.

Tsunade estaba en su oficina, rodeada de papeles y con Shizune a su lado, leyendo algo de una libreta que tenía en la mano:

—Sunagakure ya envió la lista de sus participantes para el examen chunin, como también quién será su representante jounin durante el tiempo que duren los exámenes...

—¡Adivinen quién ya pasó el examen! —anunció alegremente Naruto.

Hubiese sido infinitamente absurdo e injusto poner a Naruto competir contra otros genin en un examen de habilidades ninja, así que simplemente se habían medido sus conocimientos (Naruto no lo sabía, pero Iruka fue quién insistió en un examen escrito, pues él dejó en claro que durante sus días en la academia Naruto había aprendido apenas lo mínimo).

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