07: En la guarida de Orochimaru

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Me quedé callada cuando Sakura por fin pudo curar a Naruto de los daños que había recibido después de haberse convertido en un kyubi miniatura. Me quedé callada cuando Naruto despertó ya en su forma humana y pareció no darse cuenta de lo que sucedía. Me quedé callada cuando Sakura le mintió a Naruto diciendo que Orochimaru lo había noqueado y que por eso no recordaba nada de lo que había pasado.

Me mordí la lengua una y otra vez. El corazón me latía con fuerza contra el pecho. Podía sentir el enojo nacer desde el fondo de mi estómago y correr hacia distintas partes de mi cuerpo. Estaba ardiendo por dentro.

Seguimos con nuestro camino, hasta llegar dónde Naruto y Orochimaru habían peleado. El lugar estaba destrozado. Lleno de cráteres y desniveles, incluso algunos árboles habían sido arrancados de raíz y yacían esparcidos por el lugar.

—¿Qué demonios pasó aquí? —preguntó Naruto cuando llegamos.

Apreté mis puños.

—¿Es que acaso no lo recuerdas? —inquirí, con mi voz sonando sombría.

Quería gritarle. Quería regañarlo. A él y a todo mi equipo.

—¿Ah? —me miró como si hubiera dicho alguna ridiculez— No, ¿por qué?

—Porque tú lo hiciste —le respondí.

—Hanako —me reprendió Sakura.

Así que nuestros papeles se habían invertido. ¿No era yo la que protegía a Naruto sin importar qué? En los exámenes chunin, en la invasión a Konoha por parte de Sunagakure y Orochimaru, en la pelea contra Gaara...

—¿Por qué no quieres decirle la verdad? —le pregunté. Trataba de mantener mi voz tan tranquila como podía— ¿Crees que puedes herirlo?

Sakura me miró con enfado.

—¿De qué hablan? —quiso saber Naruto, viéndose confundido.

—De ti —avancé un paso hacia él—. Fuiste tú quién hizo este desastre. Después de no hacerme caso y ceder ante la rabia. Peleaste aquí contra Orochimaru y todo esto pasó. Esa es la razón de por qué estabas inconsciente. Con el Capitán Yamato logramos reducirte luego de que golpearas a Sakura.

Los ojos de Naruto se abrieron de par en par y miró a Sakura.

—Entonces... eso en tu brazo, Sakura-chan... —su voz se escuchó temblar.

Sakura se llevó una mano al área herida y desvió la mirada.

—Sí, Naruto —respondí—, lo hiciste tú. Ocurrió todo un desastre porque ignoraste lo que te dije y dejaste que el kyubi se apoderara de ti. Porque Yamato se quedó quieto cuando hubo una posibilidad de controlarte. Y Sakura ahora está herida por su imprudencia.

Miré a Yamato por si tenía algo qué decir, pero al parecer con su silencio me dio la razón.

Naruto empezó a respirar muy agitadamente. Reprimí mis sentimientos de pena y me quedé parada en el lugar en que estaba mientras que Sakura ayudaba a Naruto a sentarse en el suelo. Entre los daños que había sufrido por dejarse controlar por el kyubi y la conmoción por los hechos revelados, era obvio que no iba a reaccionar bien.

—Si no puedes seguir con la misión, es mejor que te vayas a la aldea.

Tampoco quiero que estés presente cuando asesine a Sasuke.

—¿Qué dices, Hanako? No podemos dejar a Naruto atrás.

—En este estado vas a hacer que nos movamos más lento —habló Yamato—. Ya que no puedes seguirnos el paso, deberías regresar a la aldea, Naruto.

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