El viaje de Konoha a Amegakure era de un día y medio. De haber estado en circunstancias normales no hubiésemos hecho ninguna parada en todo el camino, pero Doushi insistió en hacerlo para revisar mis signos vitales. Sintiéndome un estorbo, me dejé revisar a regañadientes. Tomó mi temperatura, mi frecuencia cardiaca y pegó su oreja a mi pecho para oír que "todo estaba en orden".
—Está todo bien, no hace falta tomar un descanso.
—Ya te dije que todo estaba bien —bufé, cruzándome de brazos—. Hazme caso, yo estoy a cargo de ti, no al revés.
—Sai me advirtió que podías llegar a ser muy testaruda, por eso insistí tanto. Me dijo lo mismo de Naruto, pero que en cuanto a Yamato-san no había ningún problema.
—Ese Sai... —gruñó Naruto.
—Deberíamos avanzar. Solamente nos falta medio día para llegar —habló Yamato, llamando nuestra atención.
Antes de partir a la misión tenía miedo de que mi resistencia me jugara en contra, pero me alegró saber que no fue así. Pudimos hacer todo el viaje sin necesidad de hacer más paradas.
Mientras más nos acercábamos al País de la Lluvia, el frío y la humedad en el aire se hacía más notoria. Las hojas de los árboles eran de colores oscuros y la tierra era casi negra.
—Estamos a punto de entrar al País de la Lluvia —nos informó Yamato desde la cabeza del equipo—. Entraremos sin camuflaje pues no venimos como espías, pero no bajen la guardia.
—Entendido —asentimos Naruto y yo.
—Si Amegakure se transformó en terreno potencialmente hostil, ¿no sería mejor entrar camuflados? —preguntó Doushi—. Así podríamos ahorrarnos posibles emboscadas.
—Entrar camuflados podría levantar sospechas sobre nosotros. No venimos a agarrarlos por sorpresa, venimos en una misión de reconocimiento. Y si nos tienden una emboscada, solamente nos defenderemos. No atacaremos. El mejor escenario posible es encontrarnos con aldeanos y obtener información sobre el estado político de la aldea.
—Entiendo.
No recorrimos mucho más cuando nos encontramos con ninjas de Konoha que vigilaban la frontera.
—Ya nos avisaron de ustedes —dijo uno de ellos a Yamato—. No hemos visto comportamientos irregulares desde aquí, así que intuimos que todo está bien. Buena suerte.
Agradecimos sus palabras y seguimos con nuestro camino.
Avanzamos hasta que por fin nos alcanzó la lluvia, indicando que no solamente estábamos dentro del País, también muy cerca de Amegakure.
A la orden de Yamato, cambiamos nuestra formación. Nos pusimos en fila con Yamato a la cabeza, seguido de mí, a mi espalda estaba Doushi y finalmente Naruto cubría la retaguardia.
Pronto vimos edificios gigantes a lo lejos y apuramos el paso. Amegakure estaba rodeada por lo que parecía un inmenso lago. Pasamos por un puente de cemento y la entrada de la aldea se irguió frente a nosotros. Con pasos discretos entramos y nos pillamos con dos guardias, que en cuanto nos vieron se acercaron a nosotros.
—Shinobis de Konoha, ¿qué hacen aquí?
Sus distintivos ninjas tenían una raya, como de ninjas renegados. Ninguno de ellos parecía preocupado por nuestra presencia ahí.
—Somos enviados de la Quinta Hokage —respondió Yamato, sacando un pergamino de uno de los bolsillos de su chaleco táctico—. Ella envía esto.
Uno de los sujetos tomó el pergamino, lo desenrolló y lo abrió. A su lado, su compañero se inclinó sobre él para así poder leer.
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El último Fénix
FanfictionSegunda temporada de "La Última Uchiha". Sasuke se ha ido con Orochimaru en busca de poder para vengar a su clan masacrado, Hanako queda en Konoha bajo la manipulación de Danzo. La realidad no parece ser complaciente ni amable con los Uchiha.