28: Consecuencias

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Traté de tomar una gran bocanada de aire y tosí.

—¡Ah! ¡Ya despertó! —escuché decir.

Volteé hacia un lado para escupir la sangre que obstruía mi boca al suelo. Tenía la vista borrosa, me costaba respirar a pesar de que el dolor que sentía en mi pulmón apenas seguía molestando.

Los recuerdos de mí charlando con una mujer de piel negra llegaron a mi mente con poca nitidez. Cerré los ojos con fuerza, en un intento de que ese recuerdo se volviera más claro.

—Karin, deja que te muerda —dijo una voz que reconocí como la de Orochimaru.

—¿Ah...? Ya dije que solamente quiero ser mordida por Sasuke...

—¡Ya ves! ¡Te gusta Sasuke!

—¡¿Q-Qué mierdas estás di-diciendo, Suigetsu imbécil?!

—Apresúrense o volverá a desmayarse.

Abrí los ojos con rapidez y los entrecerré, buscando enfocar a quién había hablado. Era Kabuto.

—¿Cómo...?

—Karin, deja que te muerda —repitió Orochimaru—. Así terminará por recuperar más rápido la conciencia.

—¿Kabuto no es un buen ninja médico también? —preguntó Karin, apuntándolo.

Orochimaru le hizo una de sus múltiples caras horribles y Karin se estremeció haciendo una cara de asco.

Escupí sangre con saliva al suelo y traté de reincorporarme, pero me sentía demasiado mareada y débil como para hacerlo.

Karin afirmó mi nuca con una mano, levantó un poco mi cabeza y puso uno de sus brazos cerca de mi boca. Recordé que en la pelea contra Danzo, Sasuke la había mordido un poco y se había recuperado bastante bien de una herida que estuvo cerca de convertirse en una mortal.

Apreté suavemente su carne entre mis dientes y succioné un poco, como con timidez. No sabía muy bien como funcionaba su cuerpo.

Rápidamente el mareo se fue y me sentí completamente despierta. Abrí mi mandíbula, dejando ir su brazo. Karin se limpió mis babas refregando su brazo contra su camiseta.

Me senté y miré a mi alrededor. Orochimaru, Kabuto, Suigetsu, Juugo y por supuesto Karin, estaban junto a mí.

—¿Qué pasó? —pregunté.

—Sasuke-kun nos dejó a tu cargo —dijo Orochimaru sonriente—. Kabuto los había encontrado cuando estabas a punto de morir.

—¿Kabuto...? ¿Pero no habías quedado atrapado en la técnica de Itachi...o algo así?

—Logré escapar del ciclo del Izanami de Itachi. No estaba contento con lo que era y tampoco sabía quién era. Bajo la tutela de Orochimaru-sama acabé perdiéndome a mí mismo... pero Itachi logró mostrarme la verdad: soy Kabuto y tuve un lugar al cual regresar. Ahora solamente me queda esperar no haber perdido ese lugar.

—Se volvió buenito o algo así, ¿no? —preguntó Suigetsu, viéndose confundido.

—Así es el Izanami. Hace que te mires a ti mismo y si no te aceptas tal como eres, es imposible salir del bucle —dijo Orochimaru.

—Kabuto... si saliste de la técnica de Itachi entonces es porque realmente te diste cuenta de quién eres y qué es lo que quieres pero... ¿por qué me ayudaste? —pregunté, poniéndome de pie con lentitud.

—Itachi quería protegerlos a Sasuke-kun y a ti, esos sentimientos llegaron a mí.

—¡¿Qué?! —saltó Suigetsu— ¡No tienes ningún derecho a hablar sobre proteger! ¡Tú eres uno de los que empezó esta guerra aliándote con el falso Madara! —le gritó, apuntándolo con un dedo.

El último FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora