ALEX.
Estos últimos días han sido una mierda para mí, no he parado de pensar en lo sucedido con Arielle y en sus palabras. Admito que me he estado comportando un tato raro y distante con Megan, pero es inevitable para mí; ya que no paro de hacerme la cabeza sobre qué es eso que estará planeando Arielle para destruir mi relación.
(...)
Podía escuchar a Megan llorar del otro lado de la puerta, sabía perfectamente cuál era el motivo. En la mañana había recibido una llamada de Emma, ella comenzó a contarme lo que habían publicado en el diario. Salí de casa para ver cómo solucionar el tema, pero fue demasiado tarde; ya que los diarios estaban circulando por toda la ciudad. Por esta misma razón le había pedido a Megan que no saliera del apartamento, pero no me hizo caso. No pretendía que se quedara para siempre encerrada, solo que quería ser yo quien le contara lo que estaba pasando; en lugar de que lo viera en un diario y sacara sus propias conclusiones.
- Megan, sé que estás ahí dentro.
No obtuve respuesta de su parte. Luego de algunos segundos sus sollozos dejaron de serlo y ella comenzó a llorar en un volumen más elevado, esto hizo que mi corazón se rompiera por completo.
- Solo vete. – La oí decir.
Estaba a punto de hacerlo, pero algo me incitó a abrir la puerta del apartamento de Meg. Deposité mi mano en el pomo y lo giré con la esperanza de que la puerta se abriera, y efectivamente así fue. Me encontré a una Megan que jamás había visto, se la veía destruida y me hacía mierda pensar que todo era por mi culpa.
- Meg.
- ¡Vete Alex! – Gritó entre sollozos.
- No voy a irme hasta que no hablemos, necesito que me dejes explicarte.
- No necesito que me explique nada Alexander. – Exclamó mientras se levantaba del suelo.
Secó sus lágrimas y comenzó a dirigirse hacia la mesa de la cocina.
- Ten. – Dijo poniendo un diario entre mis manos. – Que sean muy felices. – Sonrió falsamente y una lagrima cayó por su rostro.
Estiré mi mano intentando tocar su cara, pero ella tomó de mí y me pechó fuera del departamento cerrando la puerta frente a mi rostro. Estaba a punto de abrirla nuevamente, pero escuché como Meg le puso llave a la misma.
Como ya dije, en la mañana había salido para solucionar todo este problema, pero en ningún momento tuve tiempo de ver que era lo que se había publicado en verdad. Tomé el diario entre mis manos y comencé a leer la cantidad de cosas que habían escrito sobre mí, sabía que todo esto era obra de Arielle; pero nunca pensé que fuese capaz de llegar tanto lejos. Ella dijo que destruiría mi relación y así lo hizo, jamás debí subestimarla.
Me quedé durante algunos minutos sentado en las escaleras del apartamento de Megan, podía escucharla llorar; pero por más que tuviese ganas de seguir insistiendo en que me dejara entrar, ella ya me había dejado más que claro que no quería verme. Así que opté por irme y esperar a que las cosas se enfriaran un poco, era obvio que si seguía ahí no lograría nada.
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TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).
RomanceMegan, una chica que debe abandonar su país para irse a vivir a New York, con el objetivo de empezar sus estudios universitarios. Allí descubre un mundo totalmente nuevo al que conocía. Personas nuevas, un idioma que deberá perfeccionar y varios pr...