54. CONFLICTO.

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Transcurrieron un par de días desde la presentación. Mi vida y mi rutina seguían intactas: Despertar con aquel sonido tan exasperante que poseía el despertador. Ducharme. Ir a la universidad. Tomar apuntes. Hacer tareas. Volver a casa. Pero había algo diferente y ese algo era Thomas, no lo había visto desde aquel día tan caótico entre nosotros. Parecía como si se lo hubiese tragado la tierra; ya que no asistía a clases y mucho menos contestaba mis mensajes.

- Quizás está enojado – pensé en vos alta mientras caminaba por los pasillos de la institución dirigiéndome hacia la salida.

La cegadora iluminación del exterior chocó contra mis ojos haciendo que entre cerrara estos para poder ver mejor. Comencé a bajar las escaleras del lugar, cuando mi vista periférica logró divisar unos cabellos rubios pasando por mi lado. Rápidamente volteé pensando que sería Thomas, pero no fue así.

- Meg – escuche una voz clamando mi nombre a mis espaldas, una voz que conocía muy bien.

Volteé rápidamente encontrándome con aquellos hermosos ojos color café.

- Alex – dije con una sonrisa -. ¿Qué haces aquí?

- Vine por ti.

- Pero... ¿No se supone que deberías estar en la disquera?

- Así es – asintió él.

- Entonces ¿Qué haces aquí? – cuestioné sonriendo.

- Tú vendrás conmigo – hizo una corta pausa y luego prosiguió -. John llamó – dijo mientras miraba su celular –. Mencionó algo de que debía hablar con nosotros.

John... La verdad es que después de dos días de espera, ya había comenzado a perder la esperanza sobre que quisieran contratarme. Pero tal parece que solo estaba siendo impaciente y éstas cosas llevan su tiempo.

(...)

Una vez en el lugar, Alex empujó una de las grandes puertas de vidrio, abriéndonos paso al interior de aquel gran edificio. Entramos para posteriormente acercarnos a la recepcionista.

- Señor Alexander – espetó la chica algo sorprendida, dejándonos ver un leve rubor que comenzaba a teñir sus mejillas –. ¿Ti- Tiene cita? – cuestionó entre tartamudeos.

Era una chica muy bella debo admitir.

- Sí – dijo él recargándose sutilmente sobre el mostrador para luego retirarse sus lentes oscuros. Esto provocó que el color sutil de las mejillas de la chica, se intensificara aún más.

Le gustaba Alex, estaba más que claro.

- Con el señor John, él ya sabe que venimos – espetó para luego rodear mis hombros con su brazo derecho.

Éste pequeño acto, hizo que finalmente aquella chica notara mi presencia, provocando que sus mejillas volvieran a su color original de inmediato.

- Lo- Lo siento – tartamudeo -. Pasen – dijo finalmente.

- Gracias – exclamó Alex con una sonrisa para posteriormente giñarle un ojo aquella chica.

Él, rápidamente, emprendió camino hacía la oficina del señor John. Yo por mi parte comencé a caminar tras él, no sin antes echarle un último vistazo a la recepcionista, notando que se encontraba tapando su rostro con sus dos manos; estaba completamente avergonzada.

Hice un pequeño trotecito hasta lograr posicionarme junto a Alex.

- ¿Qué fue eso? – cuestioné con una sonrisa.

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⏰ Última actualización: Sep 12 ⏰

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