43. IMPEDIMENTO.

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Los días de descanso finalizaron, teniendo que retomar mis actividades universitarias. Hacía aproximadamente una semana los padres de Alex habían vuelto a Inglaterra y todo transcurría de manera habitual.

Hoy es lunes por la mañana y el despertador suena sin cesar avisándome que ya es hora de levantarme, estiro mi brazo y de forma brusca golpeo la pantalla de mi celular para que éste dejase de producir aquel tan estrepitoso sonido. Me giro sobre la cama para luego tapar mi cara con la almohada, pero me sobre salto al escuchar una voz diciéndome:

- Ya es hora de levantarte.

- ¡Alex! – Exclamé sobre exaltada mientras ponía la mano en mi pecho.

Él vociferó una sonora carcajada para luego levantarse de la cama.

- ¿A caso olvidaste que estaba aquí? Mente de pez. – Dijo para luego reír nuevamente.

- Deja de burlarte de mí, casi me matas del susto. – Exclamé para luego esconderme bajo las sabanas.

- Arriba. – Espetó Alex con un tono imponente.

- Unos minutos más. – Quisquillé.

Él tiró de mi sabana haciendo que mi cara quedara al descubierto.

- Siempre llegas tarde por esos minutos de más. Vamos, prepararé el desayuno. - Salió por la puerta de la habitación. - Cuando acabe con eso quiero que estés lista. - Sentenció.

No respondí.

- ¿Me escuchaste? – Cuestionó.

- Sí... - Respondí fastidiada.

Odio las mañanas. – Pensé para mis adentros.

(...)

- Gracias por traerme. – Dije para luego abrir la puerta del vehículo.

- Meg. – Espetó él llamando mi atención.

- ¿Si? – Cerré un poco la puerta del mismo.

- Ya... ¿Ya pensaste en mi propuesta? – Preguntó entre tartamudeos.

- Amm... - Dirigí mi vista hacia la entrada de la universidad para luego volver a verlo. - ¿Podemos hablar después? Es que llegaré tarde. - Mentí.

Para serles honesta había estado intentando no pensar en eso. Sé que dentro de poco Alex se irá de gira y quiere una pronta respuesta de mi parte sobre si iré con él o no, pero se me hace imposible tomar una decisión de esas magnitudes en poco tiempo.

Durante los últimos días había estado teniendo una gran lucha interna con respecto a su propuesta. Por supuesto que amaría poder acompañar a Alex a su gira y estar junto a él en sus conciertos, pero por otro lado estaba mi carrera, mi vida, mis padres... Mi madre. Mi respuesta era un rotundo no, estaba claro, pero aún no estaba lista para destruir las ilusiones de Alex. Cada vez que él sacaba el tema yo trataba de evitarlo, ya que no estaba ni estoy lista para hablar de eso, pero como mencioné con anterioridad, está más que claro que no podré ir con él y tarde o temprano tendré que decírselo.

- Todavía tienes unos minutos antes de que sea tu hora de entrar. – Dijo el insistiendo para que le diera una respuesta.

- Alex... No estoy lista para... Para hablar de eso ahora.

- ¿Y cuándo me darás una respuesta? – Cuestionó con insistencia.

- Algún día.

- Lo mismo dices siempre. – Protestó.

- Mira... Debo irme. – Repetí mirando nuevamente hacia la puerta de entrada. – Pero... - Volteé a verlo. - Cuando llegue a casa podemos hablar, aún que creo que ya sabes cuál será mi respuesta. – Dije dándole a entender que mi decisión no sería positiva.

TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora