Lunes por la mañana, eso significa que toca ir nuevamente a la universidad.
El despertador sonó a las 6:00hs. Como es de costumbre, de inmediato salté de la cama con el objetivo de darme una ducha. Usualmente no tenía tiempo para desayunar, ya que siempre me quedaba vagueando en la cama hasta las 6:30, pero éste día tenía ganas de hacer algo diferente y tener un poco más de tiempo.
Tomé todas mis cosas y luego comencé a caminar hacía la ducha, pero en cuanto me estaba quitando la ropa, sonó el timbre.
- Ash... - Espeté fastidiada. – ¿Quién mierda es a esta hora? – Pregunté con mi clásico acento argentino.
Me coloqué mi bata, ya que solo me encontraba con mis bragas puestas y procedí a salir del baño en dirección hacia la puerta de entrada. Abrí la misma y de inmediato fruncí el ceño.
- ¿Qué haces aquí a esta hora? – Cuestioné algo enojada, él notó esto.
- Te dejaré pasar el maltrato que acabas de hacerme solo porque me recibes vestida así de sexi. – Dijo mirándome de arriba abajo mientras posaba sus manos en mi cintura.
- Estaba por entrar a la ducha. – Admití con desgano.
- Siento haberte interrumpido hermosa. – Se acercó a mi besando mi mejilla. – Pero tengo algo que decirte. – Espetó Alex.
- Está bien. - Dije reboleando mis ojos.
Debo admitir que no soy una de esas personas que se despiertan de mal humor en las mañanas, pero particularmente, en éste día, no tenía la misma actitud relajada de siempre.
- Pasa... - Exclamé haciendo un ademán con el objetivo de indicarle que pasara.
- Lamento perturbar tu paciencia a esta hora, pero... – Hizo una pausa para sentarse en el sofá. – Tengo un chisme.
- ¿A qué te refieres? – Cuestioné con el ceño fruncido mientras cerraba la puerta.
- No aguanté y llamé a Matt. – Cerró sus ojos esperando a que yo lo reprendiera por esto.
- ¡Ash Alex! – Espeté. – Emma nos dijo específicamente que no nos metiéramos en esto.
- Lo sé... Lo sé, pero no lo pude evitar. – Admitió.
- ¿Y qué le dijiste? – Pregunté curiosa. Amaba el chisme y Alex lo sabía perfectamente.
- Básicamente le hice un interrogatorio.
- ¿Y...? – Insistí para que siguiera contándome lo que Matt le había dicho.
- Me confesó que sí, Estella lo ha estado llamando y buscando sin parar, pero que él jamás pensaría en cambiar a Emma por otra mujer y menos por ella.
- ¿Y entonces? ¿Por qué la dejó? – Cuestioné algo confundida.
- Quiere estar un tiempo a solas. Dijo: "Tu sabes mejor que nadie lo estresante que han sido estas últimas semanas y he notado que Emma estaba un poco cansada de que no pudiésemos vernos, gracias a esto la notaba triste. Prefiero mil veces dejarla antes que estar con ella y hacerle daño."
- ¿Y tú que le dijiste?
- Que era un idiota. – Respondió cortante para luego continuar hablando. – Le dije: "Sabes lo que ella te ama, sabes que estaría dispuesta a renunciar a su felicidad si eso te hace feliz a ti idiota, y tú vienes y le haces esto... Demostrándole que no le importas."
- ¿Y qué dijo?
- Se limitó a callar, lo que me da a entender que tengo razón con todo lo que le dije. De todos modos, hoy lo veré en el estudio... Asumo que ahí podremos hablar mejor.
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TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).
Roman d'amourMegan, una chica que debe abandonar su país para irse a vivir a New York, con el objetivo de empezar sus estudios universitarios. Allí descubre un mundo totalmente nuevo al que conocía. Personas nuevas, un idioma que deberá perfeccionar y varios pr...