39. LINDA CHICA.

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8:30hs. El celular de Alex comenzó a sonar de manera incesante, pero éste parecía no escuchar el insoportable ruido que el móvil emanaba. Me acerqué a él en la cama proporcionándole un pequeño empujón para que despertara.

- Alex, el despertador... Apágalo. – Me quejé.

- Lo siento. – Espetó con su voz ronca mientras apagaba la alarma.

Mis ojos aún se encontraban cerrados debido a que la luz que entraba por la ventana, me encandilaba al punto de no dejarme abrir estos. Pude percibir como Alex se acercaba a mí para luego abrazarme haciendo cucharita.

- Tenemos que levantarnos. – Dijo en un susurro mientras daba suaves besos en mi cuello. – Debo ir a buscar a mis padres al aeropuerto.

- Mm... No quiero. – Protesté.

- Vamos. – Me animó para luego dar una leve nalgada a mi trasero. – Iré a mi apartamento a ducharme y cambiarme esta ropa. – Anunció mientras se levantaba de la cama. – Vuelvo en una hora, necesito que estés lista para entonces.

No respondí. La verdad es que estaba tan cansada que no tenía ni energía para hablar.

- ¿Me oíste? – Preguntó.

Asentí con mi cabeza aún con mis ojos cerrados.

- Te quiero. – Espetó para luego besar mi frente. – Vuelto en un rato.

Los pasos de Alex se dirigieron hacia la entrada del apartamento y posteriormente logré escuchar un portazo.

Luego de un par de minutos en la cama, decidí levantarme para poder darme una ducha. Tomé una toalla y emprendí camino hacia el baño. Entré a éste y procedí a despojarme de mi ropa. Abrí la llave del agua y esta empezó a caer provocando que el vapor se apoderara del aire dentro de la habitación. Me introduje en la ducha y dejé que el agua caliente me renovara por completo.

(...)

Una vez fuera de la ducha me dispuse a buscar algo que usar, no tenía idea como debía vestirme. Quería estar linda, pero a la vez quería verme seria para darles una buena impresión a los padres de Alex. Me volteé para mirar por la ventana, verificando así si el día estaba soleado o nublado. Logre divisar como las nubes comenzaban a cubrir parcialmente el cielo y como el viento movía bruscamente los árboles; lo que indicaba que una tormenta se avecinaba. Nuevamente dirigí mi vista hacía el armario y de inmediato encontré el outfit perfecto para usar.

 Nuevamente dirigí mi vista hacía el armario y de inmediato encontré el outfit perfecto para usar

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Tomé mi bolso de maquillaje y me dispuse a arreglarme.

- Corrector, corrector, corrector. – Dije mientras lo buscaba en mi neceser. – ¿Dónde lo metí? – Me cuestioné a mí misma.

Me dirigí hacia mi habitación en busca de este, ya que no recordaba el lugar exacto en donde lo había dejado. Comencé a revolver todos los cajones de mi armario para luego proceder a revisar la mesita de luz, pero en cuanto estaba por abrir esta, el sonido de la puerta de entrada abriéndose, me sacó de lo que estaba por hacer.

TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora