MEGAN.
Efectivamente era Alex. Casi de manera inmediata, apenas el bajó de su auto, nos quedamos viendo como si tuviésemos algo que decir, pero ninguno de los se animaba a hablar.
Estar toda la tarde sentada fuera de casa, me ayudo a darme cuenta de que en verdad estaba comenzando a sentir cosas por Alex.
- Hola Meggy.- Dijo él.
Me parecía algo tan hermoso que me llamara de aquel modo.
- Hola Al.
Debo admitir que lo había extrañado. Se que es algo tonto, debido a que no nos conocemos hace mucho, pero el pensar en lo bien que la habíamos pasado anoche, me hacía darme cuenta que disfrutaba su compañía.
- ¿Cómo estás?- Preguntó con una sonrisa mientras se acercaba a mi.
Dios, si que era sexi.
- Bi... Bien ¿Y tú? - Dije algo nerviosa.
- ¿Segura que estás bien?- Cuestionó.
- Si... ¿Por qué preguntas? - Fruncí el ceño.
- Porque te observé mientras estaba en el auto y te noté triste.
- ¡Oh! Em... Es que... Me decepcionó un poco el no verte en todo el día.
- ¿Y eso por qué?
- Quería pedirte disculpas... Por lo de ayer. En verdad estuvo muy mal de mi parte tratarte de esa forma. Además tienes razón. - Agaché mi cabeza. - Tú no tenías la culpa de lo que Arielle me hizo. Perdón Alex.
- Jaja no te preocupes hermosa. Tú perdóname por mal interpretar las cosas contigo.- Dijo él.
- No tengo nada que perdonarte Alex.- Expresé.
- ¿A qué te refieres?- Preguntó con cara de confusión.
- Que no tengo nada que perdonarte... En realidad si estábamos en la misma sintonía...
¡¿Qué?! ¿Qué mierda acabo de decir? Era la verdad, pero se suponía que Alex no debía de enterarse que estaba sintiendo cosas por él. Mi mente le decía a mi boca que callara todo lo que sentía, pero mi corazón decía todo lo contrario.
- ¿Qué? - Cuestionó.
- No... No nada.
Me di la vuelta y corrí a mi departamento intentando evitar a Alex, cerré rápidamente la puerta y me quedé apoyada en la misma. Pude sentir como Alex intento seguirme, pero yo fui más rápida. Espere a que golpeara, pero no lo hizo.
ALEX.
- Que no tengo nada que perdonarte... En realidad si estábamos en la misma sintonía... - Admitió ella cabizbaja.
- ¿Qué?- Cuestioné algo confundido.
Toda clase de pensamientos cruzaban por mi mente ¿A caso Megan y yo sentíamos lo mismo el uno por el otro? ¿Era posible sentir cosas por alguien en tan poco tiempo? Es decir... A penas nos conocíamos.
- No... No nada. - Exclamó para luego salir corriendo en dirección a su apartamento.
Intenté seguirla, pero ella fue más rápida. Caminé rápidamente hasta llegar a la puerta de su apartamento, estaba por golpear la puerta pero...
- Alex, vámonos.- Exclamó Matt.
- Pero hermano, necesito hablar con ella.- Dije con tono de preocupación.
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TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).
RomantizmMegan, una chica que debe abandonar su país para irse a vivir a New York, con el objetivo de empezar sus estudios universitarios. Allí descubre un mundo totalmente nuevo al que conocía. Personas nuevas, un idioma que deberá perfeccionar y varios pr...