15. SOLO TÚ Y YO. (parte 3)

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Entré al apartamento cerrando la puerta tras mi espalda mientras Alex se dirigía hacia la mesa de la cocina para dejar la comida. De un momento al otro, y sin percatarme de ello, comencé a tiritar debido a que mi ropa se encontraba empapada.

- ¿Tienes frio? - Preguntó.

- Creo que si. - Le dije temblorosa.

- Ven conmigo. - Exclamó mientras rodeaba mis hombros con su brazo.

Nos dirigimos hacia la habitación. Entramos a la misma y él abrió la puerta de su armario.

- ¿Quieres usar algo de mi ropa? Porque si te quedas con esa mojada puedes pescar un resfriado.

- Okay. – Respondí con una sonrisa.

- ¿Qué quieres usar? - Preguntó.

- No lo sé... Elige algo tú.

- Amm... Esto, ten. - Dijo tirando una camisa, color azul cielo, sobre la cama.

- Me gusta. Buena elección. - Dije sonriéndole.

- Lo sé. – Expresó de forma soberbia. - Bien... Póntela.- Ordenó mientras se sentaba en la cama sin quitarme la mirada de encima.

- ¿Vas a quedarte aquí? - Cuestioné mientras me quitaba mi buzo.

- Si... ¿Qué tiene de malo? - Preguntó mientras se recostaba en la cama aún con su mirada clavada en mi.

- No quiero que me veas mientras me visto. - Espeté.

- Megan... Ya te he visto desnuda ¿Lo olvidas? - Revoleo sus ojos.

- Si... Lo sé. Es que me da vergüenza que me estés mirando. - Admití.

- Está bien. - Se levantó de la cama. - Iré a preparar las cosas para comer. No tardes. - Salió de la habitación entrecerrando la puerta.

- Gracias. - Dije con una sonrisa en mi rostro.

Comencé a desvestirme. Me quite toda la ropa excepto mis medias y mis bragas, ya que mi sujetador también estaba empapado. Salí de la habitación y me dirigí hacia la cocina.

- ¡Fuiit Fiuuuu! - Silbó al verme. - Hasta con mi ropa luces sexi. – Dijo acercándose a mí.

- ¿Tú no vas a cambiarte? - Pregunté.

Él tomó de mi cintura.

- No... Solo se mojó mi chaqueta, pero mi ropa está seca.

- Mmm Okay. - Dije.

- ¿Comemos? Muero de hambre. - Expresó él.

- Sí... Yo también muero de hambre.

(...)

Almorzamos en la cama mientras veíamos una película, está vez la eligió Alex, Fast & Furious. La verdad es que nunca había visto una de esas películas, ya que mi estilo eran más las de genero romántico, pero me terminó gustando bastante.

Terminamos de almorzar y Alex preguntó:

- ¿Quieres helado?

- ¿Tú quieres engordarme? - Cuestioné entre risas.

- No seas tonta. - Rio.

- Si... Si quiero. Gracias.

- Ahora lo traigo. – Dijo él para luego salir de la habitación.

TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora