35. NOCHE.

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(...)

 - Cuéntame algo de ti que no sepa. – Dije mientras bebía un sorbo de vino.

- ¿Qué quieres saber? – Preguntó.

- No lo sé... Algo sobre ti, sobre tu familia, desde cuando sabes tocar la guitarra... Lo que sea.

- Bueno... Crecí y me crie en Sheffield, una ciudad de Inglaterra. Soy hijo único, así que no tengo hermanos.

- Sí, eso ya me lo habías dicho. Dime algo que no sepa. – Insistí.

- Amm... No sé. – Depositó una de sus manos en su mentón y se quedó pensativo unos segundos. – ¡Ah sí! Bueno... Ya sabes que mi madre se llama Penny y padre es David.

- Sí, me lo dijiste.

- Bien... Pero lo que no sabías es que de ahí salió mi segundo nombre. David.

- ¿¡Tu segundo nombre es David!? – Pregunté para luego largar una carcajada.

- Jajaja no seas mala. – Rio al igual que yo.

- Okay... Okay... Sigue. – Dije calmando mi risa. – Cuéntame ¿De qué trabajan tus padres?

- Mi madre era profesora de alemán. Mi padre enseñaba física y música en una escuela de Rotherham.

- Entonces... ¿Él te enseñó a tocar la guitarra? – Pregunté con el ceño fruncido.

- ¡Si! En realidad, lo primero que aprendí a tocar fue el piano, también sabía tocar el saxofón y la trompeta... Más o menos a los 15 años me regalaron mi primera guitarra, fue para navidad. Esa guitarra... Me obsesioné con ella.

- ¿Y la banda?

- La banda se formó un verano, éramos Cook, Helders, Nicholson y yo.

- ¿Siempre fuiste el cantante principal? – Indagué más.

- No, no... Jamás pensé en ser el vocalista. A mí me gustaba tocar la guitarra y nada más, aunque debo admitir que era bastante tímido... Lo sigo siendo. – Aclaró.

- ¿Tú tímido? – Reí.

- Aunque no lo creas soy bastante tímido, trato de luchar con eso día con día. En fin, el cantante principal tuvo que irse y... Ahí entre yo, no porque quisiera, sino porque nadie más que yo lo haría. Admito que al principio no era tan bueno, pero después fui mejorando. – Bebió un sorbo de su vino. – Ahora tú. Cuéntame algo de ti que no sepa.

- La verdad no hay mucho que contar. Mi vida no es tan interesante como la tuya. – Admití.

- De todos modos, quiero saber. Cuéntame.

- Okay... - Exhalé. – Amm... Nací y me crie en Argentina. Mi infancia fue normal, estudiaba y en las tardes hacía atletismo.

- ¿Ya no haces deporte? – Preguntó.

- Alex... - Hice una corta pausa mirándolo directo a los ojos. – Fumo como chimenea... ¿A ti te parece que puedo hacer algún deporte?

- No seas exagerada, no fumas tanto. A demás eso no es excusa, yo fumo y aun así hago deporte.

- Cierto... Juegas tenis ¿Verdad?

- Si... A veces hago boxeo. – Dijo.

- Tienes razón... El problema es que yo no puedo realizar ningún deporte sin morirme a los dos segundos. – Admití.

Alex rio.

- Está bien, está bien... Continúa.

- Bueno... Yo tampoco tengo hermanos, solo un perro llamado William. Aún que él es como mi hijo.

TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora