44. OPORTUNIDADES.

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Los días pasaban rápidamente y pronto se acercaba la fecha en la que Alex debía irse de gira. Trataba de no meditar demasiado sobre ello, pero me era inevitable. Él se iría y eso me hacía pensar en Elio de manera automática y en aquellas palabras suyas '... prometo que volveré cuando él ya no esté.'

Era viernes por la tarde, el día transcurría bastante tranquilo a excepción de los trabajos de la universidad que me encontraba realizando. Alex por su parte se encontraba sentado en el sofá, afinando su guitarra mientras tarareaba la melodía de una de sus canciones.

- ¿Necesitas ayuda? - preguntó él, sacándome de mi concentración.

- Sí... Pero dudo que puedas ayudarme.

- ¡Hey! - Espetó con el ceño fruncido. - Soy más inteligente de lo que piensas.

Reí ante sus palabras.

El silencio se apoderó de nosotros hasta que una estrepitosa exhalación de mi parte rompió el hielo.

- Estoy harta de la universidad. - Admití para luego apoyar mi cabeza sobre la mesa.

- ¿Por qué no le pides ayuda a Thomas?

Alcé mi vista, algo confundida por sus palabras. No estaba acostumbrada a que él hablara de Tom con tanta naturalidad y menos que me aconsejara que le pidiese ayuda.

- ¿Es chiste? - Cuestioné algo divertida.

- No... - Se levantó del sofá, dejó su guitarra sobre éste para luego comenzar a caminar hacia donde me encontraba yo. - Quizás él pueda ayudarte y así terminaras más rápido. - Se sentó sobre la mesa justo sobre mis cuadernos.

- Hey ¿Qué...?

- Háblale. - Espetó interrumpiéndome. - O se nos hará tarde.

- ¿Tarde? - Fruncí el ceño. - ¿Para qué?

- Saldremos. - Sentenció para luego dirigirse hacia el sofá nuevamente.

- Pero... ¿A dónde?

- Es una sorpresa. - Tomó su guitarra para luego emprender camino hacia la puerta de entrada. - Apúrate o llegaremos tarde. - Me dedicó una última sonrisa para luego cerrar la puerta tras su espalda.

Me quedé recalculando durante un par de segundos para luego tomar rápidamente mi celular. Envié un mensaje a Tom consultándole sobre la tarea y, como era de esperarse, él ya la había realizado. No tardó mucho en explicarme con exactitud qué era lo que debía hacer y después de unos cuantos minutos de estrés, logré finalizar con el trabajo. Miré la hora en mi celular, percatándome de que ya habían pasado casi cuarenta minutos desde que Alex se había ido del apartamento. Me apresuré en tomar mis cosas para entrar a la ducha, pero el sonido de alguien tocando a mi puerta me sacó de lo que estaba haciendo. Me coloqué rápidamente la bata y luego emprendí camino hacia la puerta.

- Amo cuando me recibes en bata. - Espetó él con una sonrisa juguetona.

Pude sentir como el calor se apoderaba de mis mejillas.

- ¿Ya estás lista? - Preguntó él mientras entraba al apartamento.

- ¿Bromeas? Ni siquiera me he duchado aún. - Espeté.

- A ver... - Dijo para luego tomar su celular. - Son las... 19:00 hs. Tienes hasta las 20:30 hs. para estar lista, o se nos hará tarde.

- Okay... ¿Ya me dirás a dónde iremos? - Cuestioné en lo que caminaba hacia mi cuarto.

- Es una sorpresa.

- Bien. - Espeté. - Pero al menos dime como debo vestirme ¿Formal? ¿Casual?

TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora